Pujol y Mas, la mano que meció la cuna del islamismo en Cataluña, por Pedro F. Barbadillo

    Fue en 2001. Artur Mas, entonces subordinado de Jordi Pujol, declaró que no le importaría tener una nieta musulmana si hablaba catalán. El catalanismo ha fomentado la inmigración musulmana, sobre todo marroquí, porque creía que la podría manipular para su plan separatista.

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    Jordi Pujol y Artur Mas/Actuall.

    El fracaso del nacionalismo vasco y catalán se revela en que ambas regiones españolas, gobernadas casi ininterrumpidamente desde 1980 por partidos nacionalistas, tienen bajísimas tasas de natalidad. Los vascos y los catalanes nacionalistas, que se creen superiores al resto de los españoles, que sostienen que hacen mejor las cosas que en ‘Madrid’, que son más europeos y cultos, han optado por la esterilidad y la extinción.

    Jordi Pujol estaba preocupado por la escasez de catalanes ‘de verdad’ y la inmigración andaluza y murciana, como demostró en su libro ‘La inmigración, problema y esperanza de Cataluña’ (1977). Mientras construía una inmensa fortuna mediante la corrupción, lamentaba que los catalanes no siguiesen su ejemplo, ya que él tenía siete hijos.

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    El periodista Xavier Horcajo ha contado que cuando el corrupto mayor del reino hablaba con los periodistas que le seguían en sus viajes por el interior de Cataluña, les solía preguntar si tenían hijos y les animaba a tener varios.

    Con el boom económico que comenzó a finales de los años 90, el catalanismo temió que la llegada de cientos de miles de hispanoamericanos, reacios a aprender catalán, agravase la ‘aculturación’ de su Cataluña de tebeo. Entonces, a algunos cerebros se les ocurrió la brillante idea de traer inmigrantes musulmanes, sobre todo marroquíes y paquistaníes, porque, ya que tendrían que aprender un idioma para vivir en Cataluña la Generalitat podría hacer que fuese el catalán.

    Marta Ferrusola, en la que es inocultable el carácter racista del catalanismo, expuso en una charla el toma y daca que se proponían con los marroquíes: «Quieren imponer sus cosas. Ahora bien, nosotros, seguiremos con la lengua: que la hablen».

    Embajada en Casablanca para captar inmigrantes

    De esta manera, los catalanistas tendrían cohortes para sus movilizcaiones separatistas y mano de obra barata (¿podría cruzar el Ebro o los Pirineos para ganarse la vida un muchacho que hablase sólo árabe y catalán y que dependiese de los subsidios?) para el servicio y la fábrica.

    A pesar de las quejas del Gobierno nacional, en 2003, la Generalitat abrió una delegación en Casablanca (Marruecos), a cuyo frente nombró a Àngel Colom, antiguo mandamás de Esquerra Republica (ERC), abducido, como su compañera Pilar Rahola, por la máquina de comprar favores de Pujol. A diferencia de otras ‘embajadas’, como la del Vaticano, esta delegación estaba vinculada a la consejería de Trabajo y se dedicaba a ofrecer empleo en Cataluña a los marroquíes.

    Artur Mas, cuando era ‘conseller en cap’ de Pujol, declaró en una entrevista en TVE (noviembre de 2001) que no le importaría tener una nieta musulmana si hablaba catalán

    En los años siguientes, Colom siguió colocado en el partido de Pujol se llamase Convergència Democrática (CDC) o PDCat, como secretario de Inmigración y presidente de la fundación Nous Catalans, que fue cerrada en 2016, durante el colapso de Convergència.

    En 2011 Colom expuso claramente que el catalanismo debía convertir a los recién llegados en catalanes nacionalistas, que cantasen Els Segadors y se emocionasen con las victorias del Barça sobre el Real Madrid.

    El ex presidente de la Generalidad, Artur Mas, siempre ha tenido claro sus prioridades / El Mundo

    Lo importante para los separatistas era que los musulmanes ondeasen la ‘estelada’ y fueran a la Diada. Su integración era secundaria.

    Artur Mas, cuando era ‘conseller en cap’ de Pujol, declaró en una entrevista en TVE (noviembre de 2001) que no le importaría tener una nieta musulmana si hablaba catalán. Sorprende semejante confesión en un individuo que asiste a misa y que ha medrado en un movimiento político, el catalanismo burgués, conocido por su clericalismo católico. Sería de esperar que para un católico la fe estuviera por encima de todo lo demás, pero el nacionalismo ya se sabe que mata la religión.

    Oriol Junqueras (ERC), actual vicepresidente de la Generalitat, con tal de ganar carne de cañón para la independencia, asistía a una procesión católica y a una mezquita. Entre la fe y la nación, la nación, pero es que hay gente que, a diferencia de Mas, Pujol o Junqueras, no está dispuesta a renunciar a su fe.

    Bandera catalana con la media luna islámica

    Para cumplir su plan, a los políticos catalanistas les importa un comino que algunos de los ‘nous catalans’ prediquen el salafismo o sean espías. Cuando el CNI pidió la expulsión del marroquí Noureddine Ziani, militante de CDC, por sus vínculos con el servicio de inteligencia de su país, Colom y otros dirigentes del partido le defendieron y señalaron que todo era una conspiración de Madrid para debilitar el apoyo al separatismo entre los musulmanes

    Otro militante de CDC y partidario de la independencia de Cataluña, el paquistaní Khalid Shabaz, no sólo era un islamista radical, sino que además fue detenido por estafa y falsedad documental.

    La sustitución demográfica 

    Las consecuencias de este experimento están a la vista, sobre todo fuera de las capitales catalanas. En 2012, el segundo nombre de pila más popular en la provincia de Gerona fue Mohamed. En la comarca de Segarra (Lérida), el 55% de los niños nacidos en 2014 lo fue de madre extranjera; en el municipio de Salt, ese porcentaje subió al 60%. Las madres marroquíes de niños nacidos en Cataluña fueron ese año un 31,3%; las madres rumanas, un 7,9%; y las chinas, un 5,1%.

    En Cataluña ya residen más de 500.000 musulmanes, la mayoría marroquíes, que son un número superior a los votantes del PP, de Podemos o de la CUP.

    Los miembros de la célula yihadista habían sido educados en una ‘escola catalana’; de un colegio de Cambrils salió un vídeo en el que un profesor enseñaba a unos niños a matar españoles

    Junto con las ayudas sociales y las promesas de mezquitas, la escuela es una de las principales vías de adoctrinamiento y de compra de voluntades de los ‘nous catalanes’. El periodista Daniel Ari, que fue profesor de lengua castellana en un instituto de un barrio de Tarragona, ha contado en Twitter su experiencia.

    La directora del centro, de ERC, le explicó que querían cambiar la lengua del barrio, primero mediante la inmersión lingüística y la erradicación del castellano en las relaciones sociales, y luego mediante «una emigración marroquí con todo pagado: casa, luz, carritos de bebé, tarjetas bus, colegio, Sanidad, tarjetas de móvil».

    ¿Nadie es responsable de este odio y esta frustración, aparte del imán muerto?

    Además, añade, las autoridades impusieron la destrucción del nivel educativo: «en los nueve años en los que di clases allí, la población musulmana en las aulas se cuadruplicó y que la dirección hacía lo posible para que nuestros chicos salieran con un nivel que les impidiera acceder a un buen bachillerato, mucho menos a la universidad. Así se lo hizo saber la directora, de modo literal, a un magnífico profesor de matemáticas, a quien mandó inspeccionar».

    Los miembros de la célula terrorista yihadista habían sido educados en esa ‘escola catalana’. Precisamente, de un colegio de Cambrils salió un vídeo en el que un profesor enseñaba a unos niños a matar españoles. Y el conductor de la furgoneta que mató a trece personas en las Ramblas, Younes, era partidario del sí a la independencia en el referéndum que la Generalitat prepara para octubre.

    ¿Nadie es responsable de este odio y esta frustración, aparte del imán muerto?

    Contra Arabia Saudí, pero no contra Marruecos

    En los días posteriores a los atentados de Barcelona, llama la atención que la extrema izquierda del nacionalismo catalán (ERC y CUP) y también la española (Podemos), carguen contra la Corona y el Gobierno nacional acusándoles de hacer negocios con Arabia Saudí y Qatar, sostenedores del Estado Islámico, cuando los terroristas eran todos marroquíes.

    Este desvío de la atención quizás se explique por los vínculos del nacionalismo catalán con Marruecos. El Snowden marroquí, Chris Coleman, aportó recientemente una prueba de la profunda relación entre Jordi Pujol y el régimen alauita.

    País de procedencia de los inmigrantes en Cataluña

    En 2011, Pujol escribió una carta al ministro de Asuntos Exteriores marroquí en la que cubría de elogios al país, que debe permitir la emigración de millones de sus súbditos porque no puede alimentarlos, y reprochaba al PP y al PSOE que no le apoyasen en la UE en la anexión del Sáhara Occidental.

    Como bien sabemos, Jordi Pujol no ha hecho nada gratis en los últimos 50 años. Cabe preguntarse si también cobró por hacer de propagandista en España y la UE de Marruecos, de donde provienen muchos de los yihadistas que matan en Europa y Siria.

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    Cuando me digo por las mañanas que el periodismo es lo más importante, me entra la risa. Trato de tomarme la vida con buen humor y con ironía, porque tengo motivos para estar muy agradecido. Por eso he escrito un par de libros con mucha guasa: Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos, que provocó una interpelación en el Congreso por parte del PNV, y Diccionario para entender a Rodríguez el Progre. Mi último libro es 'Eternamente Franco' (Homo Legens).