Tres propuestas para salvar a Carmena del ridículo con el cambio de calles de la Memoria Histórica

    La alcaldesa está a punto de perpetrar una injusticia removiendo el guerracivilismo. Le ofrecemos tres alternativas para evitar que pase a la Historia como una política sectaria y sobre todo para que no haga el ridículo siguiendo la estela de Zapatero.

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    José Millán Astray, Manuela Carmena y Julián Besteiro / Actuall

    La alcaldesa Carmena va a proceder a retirar las placas de calles para borrar la huella franquista, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

    Nos parece una decisión injusta y absurda, porque un alcalde no está para reescribir la Historia, sino para que la ciudad sea más próspera, limpia y segura (¿lo es Madrid?), y atraiga inversores y genere empleo (¿lo hace?). Para eso está.

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    Antes de que consume la controvertida medida le ofrecemos tres alternativas, y pueda pasar a la Historia como la edil de todos los madrileños, y no como una sectaria ignorante. Dudo que nos haga caso, pero ahí queda nuestra oferta.

    1. Dejarlo todo como está.- Sería la postura más barata y la más práctica. Porque la ley de Memoria Histórica está desacreditada y sólo sirve para dividir a los españoles.

    Carece de rigor histórico, tanto en su origen como en su ejecución. En su origen, porque la II República no tiene legitimidad para acusar al golpe de Franco de falta de legitimidad.

    Lo sabíamos de antiguo – la Revolución de Asturias instada por el socialista Largo Caballero que demostró la bolchevización del Régimen en manos del Kremlin-.

    ¿Qué legitimidad podía exhibir ante el golpe del 18 de julio un Régimen que ya estaba fuera de la ley?

    Pero nuestras peores sospechas se acaban de confirmar con el libro «1936; Fraude y violencia” (Espasa) de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa,  que demuestra que el Frente Popular llegó al poder en febrero de 1936 haciendo trampas. ¿Qué legitimidad podía exhibir ante el golpe del 18 de julio un Régimen que ya estaba fuera de la ley?

    El hallazgo historiográfico no ha tenido el menor eco en la Comisión de la Memoria Histórica, que demuestra así que está formada no por historiadores sino por comisarios políticos. En lugar de parar máquinas y revisar su cometido han seguido a piñón fijo con la retirada de calles.

    Pero también ha carecido de rigor la ejecución del cambio de placas. Carmena se vio obligada a dar marcha atrás tras retirar la placa de ocho seminaristas, entre 18 y 23 años, fusilados a sangre fría en el 36. Y en la lista está Millán Astray -que no participó en el Alzamiento- o los caídos de la División Azul -que fueron a la URSS a combatir contra el estalinismo-.

    Los generales Varela y Franco y el coronel Moscardó
    Los generales Varela y Franco y el coronel Moscardó tras la liberación del Alcázar de Toledo

    Todos estos son argumentos suficientes como para que la señora Carmena deje de hacer ridículo dando alas a la disparatada ocurrencia de Zapatero, que -este sí que es un dato rigurosamente histórico- ha sido el peor gobernante que ha tenido España en los últimos 40 años.

    2. Optar por la flora y la fauna.- Sería la postura más ecológica y la que menos molestaría a todos. Otra cosa es que sea la más sensata. El consistorio podría aparcar la Historia y apostar por las Ciencias Naturales. En lugar de general Franco, calle del Pez Espada; en lugar de Largo Caballero, avenida de los Cerezos en Flor; en lugar de Pasionaria, plaza de las Ballenas en peligro de extinción. Y así no pisaría ningún callo. 

    ¿Qué hacemos con Serrano, que primero colaboró con Espartero, pero luego le derrocó uniéndose a Narváez y posteriormente apoyó el retorno de Espartero?

    Pero si quiere ser coherente, tendría que revisar medio callejero de Madrid y no sólo el de los generales del 36. El siglo XIX está plagado de generales golpistas ¿Qué hacemos con Serrano, que primero colaboró con Espartero, pero luego le derrocó uniéndose a Narváez y posteriormente participó en la Vicalvarada apoyando el retorno de Espartero? ¿Y qué decir de O’Donnell y de Prim?

    Y ¿por qué quedarse en el Ochocientos? Puestos a reescribir la Historia ¿Por qué no retroceder en el tiempo y limpiar España de restos de monumentos romanos, el Imperio que oprimió y exterminó a los primitivos pobladores de Hispania (Numancia)?

    3. ¿Y si sumáramos en lugar de restar? Hay una tercera alternativa: puesto que la Guerra Civil forma parte de nuestra Historia y es inútil cambiar lo que ocurrió hace 80 años, puesto que en los dos lados se cometieron terribles atrocidades (Guernica, Badajoz por parte del franquismo; Paracuellos o el bombardeo de Cabra, por parte de la República), puesto que todos estamos de acuerdo en que fue un lamentable enfrentamiento fratricida (alguien sabio y ecuánime como Julián Marías sostiene que se pudo evitar), ¿por qué empeñarnos en sacar de la tumba al fantasma del guerracivilismo?

    "1936: Fraude y violencia", obra de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa (Espasa)
    «1936: Fraude y violencia», obra de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa (Espasa)

    ¿Por qué no optar, por dejar las calles tal como están y dejar además  memoria de los hechos heroicos que hubo por parte de los dos bandos?

    ¿Por qué no reconocer que la actuación del coronel Moscardó en el Alcázar de Toledo fue una gesta ennoblecedora tan épica como la de Guzmán el Bueno en el sitio de Tarifa? ¿Qué más da que fuera del bando franquista?

    ¿Por qué no reconocer el arrojo desesperado del Litri II, Fortuna Chico y Parrita, tres diestros que encuadrados en la 96 Brigada Mixta del Ejército Popular, se batieron el cobre en el frente de Teruel, durante 40 días seguidos, frente al arrollador avance de las tropas de Franco? Era la llamada “Brigada de los Toreros”, a la que el Estado Mayor concedió el Distintivo al Valor. ¿No fueron unos héroes? ¿Qué más da que fueran del bando republicano?

    ¿Por qué no reconocer la proeza del capitán Santiago Cortés en la defensa del santuario de Santa María de la Cabeza (Jaén) ante los milicianos del Frente Popular, que se prolongó durante ocho meses?  165 guardias civiles y 45 paisanos resistiendo la acometida de 10.000 soldados de 4 brigadas mixtas, apoyados por la aviación republicana y carros blindados -los famosos T26 soviéticos-. ¿Qué más da que Cortés y sus hombres fueran del bando franquista?

    ¿O la gallardía del socialista Julián Besteiro que se quedó en Madrid a punto de caer en manos de Franco, como máxima autoridad republicana, sabiendo lo que le esperaba -de hecho moriría en la cárcel de Carmona año y medio más tarde-  ¿ ¿o la del general Escobar, leal a la República que pudo huir en avion y acabó ante un pelotón de fusilamiento? ¿o la del comediógrafo Muñoz Seca, autor de La venganza de Don Mendo, asesinado por sus ideas en Paracuellos? ¿O la de Ramiro de Maeztu…? ¿Qué más da de que bando sean?

    ¿Por qué no reconocer a los oficiales del crucero Canarias que intercedieron por sus rivales en el mar ante Franco para que los indultara y luego les avalaron con su crédito personal?

    ¿Por qué no reconocer gestos de piedad y reconciliación, como los de los oficiales del crucero franquista ‘Canarias’ que salvaron a la veintena de náufragos del ‘Nabarra’ que les hizo frente en la batalla del cabo Machichaco? Los mismos oficiales que intercedieron por ellos ante Franco consiguiendo que les indultara y los pusiera en libertad. Los mismos oficiales, que acabada la guerra, llegaron a avalar con su patrimonio personal a muchos de los marinos del Nabarra.

    En vez de borrar, añadir; en vez de demoler, construir. La alcaldesa y los “comisarios” de la Memoria Histórica deberían superar su guerracivilismo y tomar nota de quienes, como Melchor Rodríguez, el ángel rojo que salvó de la muerte a miles de presos del otro bando -que sí tendrá calle, menos mal- aborrecían la guerra y la violencia, y sostenían que «hay que dar la vida por las ideas, pero jamás matar a nadie por ellas».

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    Nacido en Zaragoza, lleva más de 30 años dándole a las teclas, y espera seguir así en esta vida y en la otra. Estudió Periodismo en la Universidad de Navarra y se doctoró cum laude por el CEU, ha participado en la fundación de periódicos (como El Mundo) y en la refundación de otros (como La Gaceta), ha dirigido el semanario Época y ha sido contertulio en Intereconomía TV, Telemadrid y 13 TV. Fue fundador y director de Actuall. Es coautor, junto con su mujer Teresa Díez, de los libros Pijama para dos y “Manzana para dos”, best-sellers sobre el matrimonio. Ha publicado libros sobre terrorismo, cine e historia.