¿Una patada a los españoles en el culo de Franco?

    Un PSOE en horas bajas tira de guerracivilismo y pide sacar al general del Valle de los Caídos. Tendrá mucha Memoria Histórica pero ignora que quien tomó la decisión de enterrar allí a Franco fue D. Juan Carlos.

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    Panorámica del Valle de los Caídos / Flickr
    Panorámica del Valle de los Caídos / Flickr

    Los diputados, representantes del pueblo y conocedores de sus problemas, saben que lo que de verdad interesa a los españoles no es el desempleo, no son los sueldos por debajo de mil euros mensuales, no es el invierno demográfico, no es el islamismo, sino qué hacer con el cuerpo de Franco.

    El Congreso de los Diputados debatirá una proposición no de ley promovida por el PSOE que pide, entre otras cosas, la exhumación del cuerpo del general Franco del Valle de los Caídos. La petición se ampara en la ley de ‘memoria histórica’ aprobada por el PSOE de Zapatero y que el PP de Rajoy no derogó en su legislatura con mayoría absoluta (2011-2015), aunque se opuso a ella durante su tramitación.

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    Pese a lo que sostiene la leyenda negra impuesta estos años gracias a la citada ley y al discurso repetitivo desde los medios de comunicación y la universidad sin permitir réplica alguna, Franco ni planeó el Valle de los Caídos para sí ni pidió ser enterrado en ese lugar.

    Hay que tener claro que son el príncipe Juan Carlos de Borbón y el presidente del Gobierno Carlos Arias Navarro quienes deciden, a espaldas de la familia Franco, el destino del cuerpo de que gobernó España casi cuarenta años.

    La Operación Lucero

    El SECED (Servicio Central de Documentación) redactó la Operación Lucero, para las exequias de Franco y la proclamación de su sucesor, incluyendo los protocolos de los actos y los invitados a éstos.

    Un miembro del SECED, el general Juan María Peñaranda, ya contó (Memoria oculta del Ejército) por qué el Estado se apoderó del cadáver de Franco. Reproduzco su testimonio:

    ¿Por qué el Valle de los Caídos al final? Pues no fue una decisión de Franco. No. Fue una decisión de Presidencia, a sugerencia nuestra. Pero, claro, ¿dónde ibas a enterrarle una vez que se decide que iba a ser aquí, en Madrid? La ventaja del Valle de los Caídos es que lo sacas de la ciudad, pues no había un sitio permanente en Madrid donde poder enterrarle. El Valle de los Caídos, en ese sentido, parecía un sitio estupendo; la basílica se había hecho para conmemorar a los caídos, aunque pocos del bando republicano quisieron enterrar allí a sus familiares. Algunos incluso lo prohibían.

    «¿Se consultó con la familia? No lo sé… Aunque, claro, Arias tenía buena relación con la familia del Generalísimo…»

    En fin, nosotros hicimos la sugerencia, explicamos los pros y los contras, y luego lo aprobaron quienes lo tenían que aprobar. ¿Se consultó con la familia? No lo sé… Aunque, claro, Arias tenía buena relación con la familia del Generalísimo… Llega luego un momento en el que se ve que la salud del Caudillo decae rápidamente. Yo creo que eso es a la vuelta del verano del 75. Al inicio del otoño quizá Arias se lo dice a la familia… Y Doña Carmen [Polo, esposa de Franco] debió decirle: “Haced lo que os parezca más oportuno”. Pero no era un tema de consulta, sino tener la cortesía de anunciarles lo que íbamos a hacer…

    Visita de Franco y Carmen Polo a las obras del Valle de los Caídos, en 1940/Fuente:EFE.
    Visita de Franco y Carmen Polo a las obras del Valle de los Caídos, en 1940/Fuente:EFE.

    Para la operación Lucero, el Valle de los Caídos era un asunto firme. Esa clase de decisiones tan importantes tardaron en tomarse, pero eran básicas para poder continuar… Tenías que decidir dónde enterrabas a Franco, dónde se ponía el féretro para que lo visitara la poblacion… Y eso no lo dejabas al albur para, cuando llegue el momento… Porque todos los dispositivos de seguridad, de tráfico, de autoridades, de viajes…, todos estaban relacionados con esos puntos. Y ya se dijo: Valle de los Caídos [para el entierro] y Palacio Real [para la exposición del cadáver].

    Así se entiende que una de las primeras decisiones de Juan Carlos I en su reinado fuera la entrega del cuerpo de Franco al abad del Valle de los Caídos para su inhumación en la basílica.

    Estas prisas también explican que la tumba se excavase ese otoño en unos pocos días, con el inconveniente de que apareció una corriente de agua, y la llamativa posición, detrás del altar mayor, ya que en la parte delantera se encuentra la tumba de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española y asesinado después de una parodia de juicio, con la aprobación del Gobierno de Francisco Largo Caballero e Indalecio Prieto.

    La izquierda quiere borrar sus crímenes

    Las tumbas de los gobernantes y los monarcas han sido objeto de saqueo desde el principio de los tiempos: los revolucionarios y la soldadesca franceses destrozaron todo tipo de tumbas no sólo en Francia, sino también en España, Alemania, Italia…

    Las izquierdas españolas saben que no hay oro ni joyas en la tumba de Franco. ¿Qué buscan entonces? Alguien dirá que ganar la guerra que perdieron algunos de sus abuelos (caso de Pablo Iglesias) o quienes les habrían gustado que fueran sus abuelos.

    Lápida de Franco en el Valle de los Caídos.
    Lápida de Franco en el Valle de los Caídos.

    Ucronías aparte, las izquierdas pretenden reforzar su condición de clase moralmente superior: presentarse como sufridores y víctimas del que se ha erigido como mal máximo del siglo XX, el fascismo (el comunismo, que sigue oprimiendo a pueblos en cuatro continentes, ha matado a millones más); ocultar el recuerdo de sus delitos (cuatro presidentes de Gobierno españoles han sido asesinados por terroristas de izquierdas) y matanzas (los campos de concentración los creó en España el Frente Popular); y presentarse como demócratas inmaculados, cuando han montado diversos golpes de estado.

    Y los partidos que no son, al menos por sus votantes, de izquierdas, como el PP y Ciudadanos, aceptan este discurso, que les sitúa siempre en inferioridad, moral y política, como pidiendo disculpas.

    La proposición que se aprobará esta tarde supondrá una bofetada a quien firmó la orden, el rey emérito Juan Carlos I, a la Transición, a los españoles (…)

    La proposición que se aprobará esta tarde supondrá una bofetada a quien firmó la orden, el rey emérito Juan Carlos I, a la Transición, a los españoles que optaron entre 1976 y 1978 por la reforma y no la ruptura y a todos los parlamentarios del PSOE y el PCE que aprobaron la amnistía y la Constitución.

    Una patada a los españoles propinada por resentidos y acomplejados en el culo de Franco… un Franco muerto hace casi 42 años. Cuando el general estaba vivo, los padres y los abuelos de muchos de esos diputados levantaban el brazo y aplaudían al paso del ‘opresor’ sin tener detrás a un policía que les apuntase con un pistolón.

    Construcción Valle de los Caídos
    Construcción Valle de los Caídos

    ¿Va a desplegar el Ministerio de Interior un dispositivo de seguridad permanente para evitar que un grupo de vándalos de la ultra-izquierda profane su tumba?

    Una pregunta. Si se exhuma el cadáver de Franco y se traslada a un cementerio normal, ¿va a desplegar el Ministerio de Interior un dispositivo de seguridad permanente para evitar que un grupo de vándalos de la ultra-izquierda profane su tumba? Porque si se están volviendo a profanar iglesias, por qué no tumbas…

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    Cuando me digo por las mañanas que el periodismo es lo más importante, me entra la risa. Trato de tomarme la vida con buen humor y con ironía, porque tengo motivos para estar muy agradecido. Por eso he escrito un par de libros con mucha guasa: Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos, que provocó una interpelación en el Congreso por parte del PNV, y Diccionario para entender a Rodríguez el Progre. Mi último libro es 'Eternamente Franco' (Homo Legens).