Un hombre es atendido en un hospital /Youtube
Un hombre es atendido en un hospital /Youtube

Mariette Buntjens, una señora de 74 años, se encontraba en fase terminal por un cáncer de pulmón. Mariette solicitó la eutanasia a los médicos de la residencia de ancianos donde vivía, Huize Sint-Augustinus, situado en la localidad belga de Diest.

La residencia era cristiana y numerosas pruebas médicas decidió no practicar la eutanasia a esta mujer. Ante esta negativa, la familia sacó a la anciana del centro y organizó su muerte en la casa familiar a manos de un médico privado.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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La residencia debe pagar 6.000 euros por «daños morales» a la familia afectada

Los hijos de la anciana denunciaron más tarde a esta residencia cristiana por «daño morales» y el juez ha condenado al centro a pagar 6.000 euros de multa por negarse a poner la inyección letal.

El juez ha asegurado que «a pesar de que la familia tenía la documentación necesaria, los directores del centro no dieron explicaciones, solo afirmaron que no se habían cumplido los requisitos legales para la eutanasia, por lo que deben indemnizar a la familia».

Aunque el juez ha declarado que la multa es «una indemnización simbólica», este proceso judicial se ha tomado como una decisión histórica en Bélgica para advertir a cualquier institución médica o residencias de ancianos que no acepten las leyes eugenésicas.

Se ha establecido que ninguna residencia de ancianos puede rechazar la eutanasia por motivos de objeción de conciencia

Además, el Tribunal Civil belga ha establecido que ninguna residencia de ancianos puede rechazar la eutanasia por motivos de objeción de conciencia, pero sí podrán negarse los médicos privados.

En Bélgica, la eutanasia no es un derecho del paciente, al menos en teoría, y solo se acepta en casos extremos evaluados previamente por una comisión especial que analiza la legalidad de cada caso.

La eutanasia divide a Bélgica

Este caso de esta anciana ha creado una gran polémica en Bélgica y la sociedad está dividida sobre si qué centros deben practicar la eutanasia y cuales no.

El exsenador belga Patrik Vankrunkelsven ha salido en defensa de su hermano Stefan Vankrunkelsven, el médico responsable que iba a practicar la eutanasia a Mariette Buntjens en el centro de ancianos, y quién finalmente, fue contratado de manera privada por la familia para terminar con la vida de la anciana.

«Los centros de ancianos son la segunda casa de muchas personas, pero no pueden decidir cuestiones médicas entre los doctores y sus pacientes, ellos solo se pueden limitar a dar servicios de hogar».

Arzobispo de Bruselas:  «Las instituciones católicas tienen total derecho a rechazar aquello que vaya en contra de sus creencias»

Por su parte, el arzobispo de la diócesis de Bruselas, Jozef De Kesel, ha salido en defensa del centro de ancianos cristiano y ha asegurado que «las instituciones católicas de cualquier índole tienen total derecho a rechazar aquello que vaya en contra de sus creencias».

Por ello, el arzobispo ha pedido que «se invoque de nuevo la conciencia porque no se puede matar deliberadamente a los seres humanos basándose en el relativismo de la sociedad actual».

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