
La violencia se ha desatado en los centros de asilo para refugiados en Alemania y se ha propagado a las ciudades, según un informe de los servicios de inteligencia del país.
El informe, filtrado al periódico sensacionalista Bild, fue elaborado para Markus Ulbig, ministro del Interior de Sajonia, donde más de 40.000 inmigrantes están alojados en centros de refugiados.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSegún el documento, hubo diez asesinatos o intentos de asesinato en los centros para refugiados en esta región en 2016, además de 960 agresiones físicas, 671 casos de lesiones graves, siete violaciones, diez agresiones sexuales a menores y 268 casos de tráfico de drogas. El informe también citaba cientos de incidentes relacionados con robos, coacción, incendios provocados, refriegas y ataques a policías.
Otro informe de la Policía Criminal Federal (Bundeskriminalamt, BKA por sus siglas en alemán) detalla que, de los 40.000 delitos en toda Alemania –casi 150 diarios- en los primeros nueve meses del año pasado, 17.200 fueron agresiones, 6.500 robos, 510 ataques sexuales y 139 asesinatos o intentos de asesinato.
Los analistas advierten de que esto es solo la parte visible ya que la mayoría de los delitos no se denuncian por miedo a las represalias, especialmente en pequeñas localidades donde el contacto entre los nativos y los extranjeros es mayor.
Los datos son preocupantes. En Baden-Wurtemberg, el 87% de todos los inmigrantes que fueron víctimas de delitos en 2016 fueron atacados por otros inmigrantes, según las estadísticas oficiales. En Berlín, la policía registró más de 2.000 agresiones en centros de integración, además de 800 robos, 86 violaciones y tres homicidios.
El gobierno alemán está justificando los ataques en vez de castigarlos y de endurecer las leyes
El ministerio de Interior se defiende diciendo que “el alojamiento prolongado de muchas personas en espacios pequeños, como las primeras estructuras de acogida, pueden dar lugar a estados mentales temporales y excepcionales que pueden conducir a peleas físicas en casos individuales. Dicho efecto se intensifica por la heterogeneidad de entornos étnicos y culturales”.
El gobierno alemán está justificando los ataques en vez de castigarlos y de endurecer las leyes, si fuera necesario.

Esta falta de ‘mano dura’ envalentona a los delincuentes que ven cómo no son castigados por sus actos. Uno de estas consecuencias es el llamativo aumento de ataques con armas blancas.
En los últimos meses, personas armadas con cuchillos, hachas y machetes han causado estragos en los 16 estados federales de Alemania. Se han empleado cuchillos no sólo para cometer atentados yihadistas; también para cometer homicidios, robos, allanamientos, agresiones sexuales, asesinatos por honor y otros tipos de delitos violentos, según recoge Gatestone Institute.
La policía admite que las cifras les superan y no dan abasto, y que cada vez tienen menos capacidad para mantener el orden público, de día y de noche.
Algunos policías creen que el sistema judicial políticamente correcto de Alemania fomenta la violencia contra ellos
No existen estadísticas fiables sobre la violencia con cuchillos en Alemania, donde la policía ha sido acusada de no reportar muchos delitos, aparentemente para intentar no «inquietar» a la opinión pública.
Sin embargo, la policía informó de más de 3.500 delitos relacionados con cuchillos entre enero y octubre de este año, frente a aproximadamente 4.000 delitos reportados en todo 2016, y sólo 300 en 2007. En total, en los últimos diez años, los delitos relacionados con armas blancas han aumentado en Alemania más de un 1.200 %.
La policía también es el objetivo
Los delincuentes, envalentonados por la falta de dureza legislativa, también atacan a la policía, que poco o nada puede hacer para defenderse ante el miedo de que se les tache de racista, como ocurre en otros países de gran inmigración como el Reino Unido, Suecia o Francia.
La Oficina Federal de Investigación Criminal (Bundeskriminalamt) recogió 36.755 ataques contra la policía alemana en 2016.

La violencia —incluida la violencia verbal, las agresiones físicas e incluso el asesinato— contra la policía está descontrolada en los dieciséis estados federales de Alemania. Según la BKA, el epicentro del problema en 2016 fue Renania del Norte-Westfalia (8.929 incidentes), el estado con mayor población migrante, seguido de Baviera (4.930); Baden-Wurtemberg (4.355); Berlín (3.154); Baja Sajonia (3.030); Hesse (1.870); Sajonia (1.573); Renania-Palatinado (1.537); Hamburgo (1.339); Turingia (1.228); Schleswig-Holstein (1.237); Brandemburgo (1.009); Sajonia-Anhalt (899); Mecklemburgo-Pomerania (658); Sarre (521); y Bremen (486).
Algunos policías creen que el sistema judicial políticamente correcto de Alemania fomenta la violencia contra ellos ya que es permisivo con el delincuente extranjero.
Algunos ayuntamientos están tomando medidas para proteger a la policía. En Maguncia, por ejemplo, donde la violencia contra la policía se ha disparado más del 50 % desde 2014, la policía va equipada con cámaras corporales como medida disuasoria contra la violencia, indica Gatestone Institute.
La Alemania segura, tranquila y respetuosa está dando paso a una violenta, caótica e incapaz de defenderse.
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