
Las mismas caras de siempre. Celia Villalobos, Javier Arenas, Sánchez-Camacho, Pío García-Escudero… Mariano Rajoy no quiere sorpresas en los momentos más delicados y se rodea de sus más fieles. Tanto en el Congreso como en el Senado. El líder del PP no es amigo de las sorpresas ni de los cambios, por eso ha recurrido a personas de confianza. La renovación -que muchos reclaman- tendrá que esperar.
El presidente del Gobierno en funciones ha propuesto para los tres puestos que le corresponden al PP en la Mesa del Congreso de los Diputados a Celia Villalobos, Rosa Romero y Alicia Sánchez-Camacho. La primera ocupará la vicepresidencia primera, la ex alcaldesa de Ciudad Real será vicepresidenta segunda y la presidenta del PP catalán, secretaria. Rafael Hernando seguirá siendo el portavoz del grupo parlamentario popular en el Congreso.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa esposa de Pedro Arriola ha ocupado un escaño de diputada en el Congreso durante nueve legislaturas: desde la tercera (1986-1989) a la actual (2016), que es la undécima. Sus posiciones progresistas y formas nada elegantes han caracterizado su paso por el hemiciclo. Ha defendido posturas contrarias al sentir mayoritario de su partido respecto al matrimonio gay o el aborto.
Villalobos, quintaesencia de lo que el PP entiende por principios, es decir el tacticismo -también llamado arriolismo-, dejó claro que lo que no cabe en el Partido son «personas que digan no al aborto». Más claro, agua.
El único damnificado es Jesús Posada, que ha pagado los platos rotos de la caída electoral del PP el 20-D. Posada cede su puesto de presidente del Congreso a Patxi López. Esta concesión no es sino el gesto que Rajoy le brinda a Pedro Sánchez para que finalmente acepte unirse al pacto de Gobierno de las fuerzas constitucionalistas con PP y Ciudadanos.
La abortista Celia Villalobos seguirá una legislatura más (y van nueve) ocupando un escaño en el Congreso
Aunque el secretario general del PSOE ha negado su apoyo a Rajoy desde la misma noche electoral, ya hay quien da por seguro que al final acabará cediendo y formando coalición con Rajoy y Albert Rivera. Este miércoles, Pablo Iglesias se ha mostrado muy duro con Rivera y Sánchez en una intervención en la cadena COPE: «Es muy triste que otra vez el PSOE se haya puesto de acuerdo con el PP. A cambio de la presidencia del Congreso de los Diputados están entregando el control de la mesa al PP y C’s».
La ‘Operación Soraya’, en marcha
También tuvo reproches para Rivera, al que acusó de querer irse al PP: «A ti veo en el PP», le soltó muy enfadado. El líder de C’s replicó: «Ya sé que tú con el 30% casi de los españoles no tienes nada de qué hablar, yo sí, tengo que hablar con todos los españoles. Te veo muy enfadado y así no se puede empezar una nueva Transición, si Carrillo y Fraga, si Felipe González y Suárez se hubieran hecho reproches en vez de llegar a acuerdos este país no tendría una democracia».
Eso en cuanto al Congreso. Para el Senado Rajoy pensó en Pío García-Escudero, que ya ha sido nombrado presidente de la cámara alta y en Pedro Sanz, otro histórico, que será el vicepresidente. José Manuel Barreiro seguirá como portavoz del PP en el Senado mientras que Javier Arenas sustituye a Antolín Sanz como secretario general tras dejar su escaño en el Parlamento andaluz.

Mientras se reparten los cargos, la guerra interna por la sucesión sigue cociéndose a fuego lento. Fuentes cercanas al PP señalan a Actuall que ya está en marcha la ‘Operación Soraya’. No es que sea un secreto a estas alturas, sobre todo, porque Juan Luis Cebrián lleva apostando por la vicepresidenta del Gobierno desde el principio de la legislatura. El trato que el grupo PRISA -especialmente el diario El País y la cadena SER- ha dispensado a Saénz de Santamaría ya lo quisieran muchos miembros del PSOE.
Rajoy quiere evitar un nuevo Congreso del PP
Estas mismas fuentes aún creen que no todo está perdido en el PP, porque quien ha renunciado a los principios ha sido la actual cúpula dirigente, no las bases ni la gran mayoría de sus votantes, que no comparten esta renuncia a librar la batalla de las ideas. ¿Cambiarán las cosas el sorayismo si se hacen con el partido? Es evidente que no, en tanto que su lucha es tan sólo por el poder y nunca por las ideas, señalan.
Por eso el anhelo de muchos simpatizantes y militantes del PP es el de convocar un congreso abierto, algo que Rajoy quiere alargar en el tiempo lo máximo posible. Las nuevas generaciones -y no sólo los afiliados al partido- demandan que se debatan proyectos e ideas internamente, pues ya no se conforman con una forma rígida y caduca de hacer política.
Esa posibilidad, sin embargo, podría truncarse de celebrarse nuevas elecciones generales. En ese caso no se celebraría tal congreso debido a la modificación de los estatutos del partido en 2012, que permitiría que Rajoy fuera de forma automática el candidato del PP.