
Ocho son los candidatos que contienden por la presidencia de la Republica de Chile. Desde la perspectiva de los valores que defienden sólo uno es abiertamente provida y profamilia, los demás o tienen una postura ambigua o respaldan el aborto, el ‘matrimonio’ homosexual, restricciones a la patria potestad y a la libertad de educación, y políticas públicas pautadas por la ideología de género.
El primer turno de la elección se realizará el próximo domingo 19 de noviembre. Hasta hace algunos años Chile era un país con un orden jurídico que protegía la vida desde la concepción, y protegía al matrimonio y a la familia garantizando el papel protagónico de los padres en la educación de los hijos.
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Con la llegada de Michelle Bachelet al poder eso cambió. Su segundo gobierno, iniciado en marzo de 2014, con la ayuda de la Democracia Cristiana impulsó una agresiva agenda de ingeniería social.
De los actuales candidatos a la presidencia seis están comprometidos con esa agenda, otro es ambiguo y pragmático en relación a ella y solo uno se ha comprometido de forma clara a frenarla.
Kast, un político provida y profamilia sin complejos
José Antonio Kast Rist es el único de los ocho candidatos a la presidencia de Chile que es claramente y sin ambigüedad alguna provida y profamilia.
Sin complejos ni miedo a ser rotulado presenta siempre sus convicciones con voz serena y firme, tanto en ambientes amigables como en medio de los más exacerbados debates.
Este abogado católico de 51 años esta casado con la también católica y abogada María Pía Adriasola Barroilhet.
Participan juntos del movimiento Schoenstatt y tienen nueve hijos: Josefina, José Antonio, María Pía, Nicolás, Matías, Trinidad, Agustín, María Isabel y Benjamín. La mayor tiene 25 años y esta casada; el menor tiene 10.

Militó por más de 20 años en la Unión Demócrata Independiente (UDI), invitado por su fundador Jaime Guzmán. Allí desarrolló su vocación política convirtiéndose, a pesar de su juventud, en uno de sus líderes más representativos.
Dejó la sigla en mayo de 2016 por considerar que la UDI no seguía más sus principios originales. «Quiere ser un partido ‘grande’ a cualquier coste, yo no estoy dispuesto a pagar el precio de ese pragmatismo», dice.
Es el único candidato sin respaldo de partidos en el proceso electoral, es diputado y ha ganado desde 2002 y de forma consecutiva cuatro comicios legislativos. Durante varios años fue líder de la bancada de la UDI en la Cámara de Diputados.
Para Kast el matrimonio, como unión conyugal de un hombre y una mujer, así como la familia, comunidad natural derivada de esa unión, debe contar con la protección del Estado
Para Kast el matrimonio, como unión conyugal de un hombre y una mujer, así como la familia, comunidad natural derivada de esa unión, debe contar con el más amplio respaldo y protección del Estado. «Se trata de una estructura fundamental de la que depende la solidez o fragilidad del tejido social», dice.
Coherente con esta visión ha lanzado dentro de su plan de gobierno el programa ‘más familia’ que busca reforzar y promover el rol protagónico de esta institución en las políticas públicas, con una especial atención a las que se encuentran en estado de vulnerabilidad social. Su administración – dice – tendrá un ministerio de Familia y Desarrollo Social.
También ha prometido revertir de manera inmediata la ley del aborto por tres causales que Michelle Bachelet aprobó este año con la ayuda de la Democracia Cristiana (DC) en el Congreso.
Y presentará una serie de políticas públicas para apoyar a las madres que tienen que llevar adelante embarazos no deseados o complejos y agilizar los protocolos de adopción.
Es contrario a la actual unión civil homosexual, al llamado ‘matrimonio igualitario’, a incentivar a través del aparato estatal el cambio de sexo para adolescentes y niños y rechaza la inserción de la perspectiva ideológica de género en el sistema educativo nacional.
Menos Estado, menos impuestos, más libertad
Apuesta por una economía de mercado, libre y con responsabilidad social, pretende cobrar menos impuestos, dar un uso transparente al erario, y reducir el aparato burocrático.
Además quiere combatir la corrupción, el crimen organizado y el terrorismo.
Diversos analistas consideran la adhesión popular a la candidatura de Kast como un fenómeno político que podría abrir una nueva alternativa real a quien vota pautado por lo que en ese país llaman «la agenda valorica».
Lea aquí su programa de gobierno.
Piñera, rechaza el aborto pero acepta la agenda LGBT
Sebastián Piñera quiere ser de nuevo presidente. Gobernó el país de 2010 a 2014, entre el primer y el segundo gobierno de Bachelet. Fue el primer mandatario de derecha en ser elegido democráticamente desde 1958.
Es dueño de una de las mayores fortunas de su país; de acuerdo con la revista Forbes tiene un patrimonio de 2.700 millones de dólares.
Es el candidato de la coalición Chile Vamos, integrada por Renovación Nacional (RN), Evolución Política (Evópoli), el Partido Regionalista Independiente (PRI), y la UDI. Además cuenta con el apoyo del partido Amplitud. Es el actual puntero en los sondeos de opinión.
Es católico y está casado con la orientadora familiar Cecilia Morel, con quien tiene cuatro hijos: Magdalena, Cecilia, Juan Sebastián y Cristóbal; todos adultos.
Piñera siempre se ha posicionado abiertamente a favor de la vida desde el momento de la concepción y niega que el aborto sea un derecho
Piñera siempre se ha posicionado abiertamente a favor de la vida desde el momento de la concepción. «Creo que hay que estar siempre a favor de la vida», dice a cualquiera que le interpela al respecto de este tema y niega que el aborto sea un derecho
Sin embargo, durante toda la campaña, no ha dicho ni una sola vez que revocará la ley del aborto en tres causales. Se ha limitado a decir, de forma genérica, que introducirá cambios o que la revisará, pero no que la abolirá.
Sobre la agenda LGBT su posición es aún más ambigua: «debe respetarse la institución del matrimonio (como unión de un hombre y una mujer) pero no se debe discriminar a los homosexuales».
En la adopción «debe velarse por el bien superior del niño pero no puede descartarse a ningún posible tutor por su orientación sexual».
Respecto a la «identidad de género» no es prudente que un niño pueda cambiarse de sexo de la noche a la mañana, debe haber «un proceso que pase por ciertos filtros».
O sea, en un eventual segundo gobierno suyo el «perfeccionamiento» de una figura jurídica «similar pero no igual» al matrimonio tendrá la puerta abierta, así como la adopción por personas del mismo sexo, la institución del nombre social y el cambio de sexo a temprana edad, siempre que pase «ciertos filtros».

De hecho, fue Sebastián Piñera quien, en agosto de 2011, y ante la perplejidad de muchos de sus electores, envió al Legislativo un proyecto de ley que instituía la unión civil entre personas del mismo sexo, dándole efectos similares al matrimonio. En 2015 fue aprobado y promulgado por Bachelet bajo el nombre de Acuerdo de Unión Civil.
El enviarlo al Congreso, Piñera dijo: «no existe un sólo tipo de familia, existen múltiples formas y expresiones de familia».
Ahora, en esta campaña ha asegurado que no aceptará el «matrimonio igualitario» recientemente propuesto por Bachelet pero que «perfeccionará» cuanto sea necesario el Acuerdo de Unión Civil. En la practica, lo equiparará al «matrimonio», solo que sin darle ese nombre.
Defensor a ultranza del capitalismo liberal, sobre Piñera se ciernen desde hace algunas décadas las sobras de la corrupción y del conflicto de intereses.
Son significativos los datos arrojados por la revista Forbes. En 2009, Piñera contaba con una fortuna de mil millones de dólares. En 2011, transcurrido su primer año de su gobierno su patrimonio llegaba a los 2.400 millones de dólares.
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Carolina Goic, el beso de Judas
La presidente Bachelet no consiguió mantener unida la coalición que le eligió y que le posibilitó obtener una mayoría confortable en el Legislativo. Y el Partido Demócrata Cristiano (DC), que daba a la coalición Nueva Mayoría (NM) una apariencia centrista aunque en realidad es una alianza claramente socialista, decidió lanzar a su propia candidata presidencial: la senadora Carolina Goic.
Carolina es sobrina de Alejandro Goić, vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Chile.
Es católica y esta casada con Christian Kirk Miranda, biólogo marino y fotógrafo, y son padres de dos niñas: Catalina y Alejandra. Su carrera política se desarrolló bajo la sobra de los gobiernos socialistas de Lagos y Bachelet.

Su articulación en el senado fue fundamental para que Bachelet consiguiera aprobar sus iniciativas legislativas, especialmente la ley del aborto en tres causales.
Como presidente de la DC se empeñó para que diputados y senadores de las siglas votaran en bloque a favor de un tema que contraría al ideario del partido. Fue el beso de Judas.
Goic defiende todo lo que su partido debería rechazar por llevar el nombre de cristiano
Con voz mansa y dulce, con actitud refinada y encantadora, con una narrativa que adhiere a lo políticamente correcto, Goic defiende todo lo que su partido debería rechazar por llevar el nombre de cristiano.
Es abortista, aunque argumenta que asesinar a un bebé fruto de una violación no apoya a la mujer que fue vejada.
Está a favor de la ideología de genero «porque nadie debe discriminado», y está a favor del llamado ‘matrimonio igualitario’ porque «todos tienen derecho de amar».
Su actitud en relación a la ley del aborto le ganó una dura carta del respetado cardenal Jorge Medina en la que apuntaba su incoherencia y le llamaba al arrepentimiento por el mal cometido.
El purpurado además pidió a los católicos que no le brindaran ya su voto, ni a ella ni a los que abrieron las puertas del aborto en el país.
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Alejandro Guillier, masón y candidato del oficialismo
El senador Alejandro Guililer es el candidato del oficialismo. Aparentemente, la apuesta de Bachelet.
Es la oferta de la coalición Nueva Mayoría, integrada por el Partido Radical Social Democrata (PRSD), el Partido Socialista de Chile (PS), el Partido por la Democracia (PPD), el Partido Comunista de Chile (PCCh), la Izquierda Ciudadana (IC) y el Movimiento Amplio Social (MAS- Región). Le apoya también Por la Integración Regional (PLIR). Es decir, la izquierda en todos sus tonos.
Guillier es periodista y sociólogo formado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, importante enclave del izquierdismo activista e intelectualizado.
Está casado con María Cristina Farga y son padres de tres hijos: Andrés, Cristóbal y Alejandro. Todos adultos. Es masón desde hace años y desde 2014 es miembro de la Logia Parlamentaria de Valparaíso.

A pesar de que su carrera política inició en 2013, con la candidatura al senado, en 2016 fue capaz de imponerse al interior de los diversos sectores de la izquierda oficialista y derrotar al expresidente Ricardo Lagos que pretendía candidatas de nuevo al Ejecutivo.
Para algunos analistas esto es una muestra de que Bachelet y la masonería, con toda su fuerza y oficio, han hecho una apuesta real y clara por el senador.
La agenda de ingeniería social de Bachelet es la agenda integral de Guillier, condimentada con más populismo y estatismo
Al presentar su programa de gobierno, aseguró que su principal compromiso es “profundizar en las transformaciones sociales” que impulsó Bachelet.
La agenda de ingeniería social de Bachelet es la agenda integral de Guillier, condimentada con más populismo y estatismo.
Los sondeos de intención de voto lo colocan en segundo lugar, detrás de Piñera, con casi 20 puntos porcentuales de diferencia.
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Beatriz Sánchez, feminista y fuera del presupuesto
Beatriz Sánchez se presenta como la candidata de la izquierda no oficialista. Agrega a los grupos políticos que están fuera del presupuesto o que tienen diferencias con el gobierno.
Ha sido propuesta por la coalición Frente Amplio (FA), integrada por dos partidos legalmente constituídos, Revolución Democrática (RD) y el Partido humanista (PH).
A su candidatura se adhiere una pléyade de partidos regionales: Poder Ciudadano, Partido Liberal, Partido Ecologista Verde, Partido Igualdad, Movimiento Autonomista, Izquierda Autónoma, Nueva Democracia, Izquierda Libertaria, Movimiento Democrático Progresista, Movimiento Socialismo y Libertad, Movimiento Democrático Popular y el Partido Pirata de Chile. No, no es broma, han leído correctamente, Partido Pirata.

Además de su popularidad como periodista, el número de siglas regionales que le apoyan explica, en parte, la capilaridad de su candidatura.
Es la tercera indicada con poco más de 10 por ciento en las intenciones de voto. Aparentemente recibe apoyo diversificado y plural. No es así. Todas estas heterogéneas organizaciones tienen en común que abrazan lo que puede ser llamado de ‘agenda progresista’.
La propia Beatriz Sánchez se presenta como la ‘encarnación’ de esa agenda. «Me declaro como candidata a la presidencia feminista, y creo que es primera vez que pasa; todos los hombres también deberían declararse feministas, para cambiar los roles», afirma orgullosa Sánchez.
Se muestra a favor del aborto, de la perspectiva de género y de una mayor intervención del Estado
A favor del aborto, como derecho de la mujer; del «matrimonio igualitario», como derecho de la comunidad LGBT; de la «perspectiva de género», como derecho a ser quien se quiera ser; de una mayor intervención del Estado, para acabar con las «desigualdades»; de mayores impuestos, para que el gobierno «pueda hacer más».
Tiene 46 años, está casada con el académico Pablo Aravena, con quien tiene 3 hijos: Diego, Sebástian, y Pablo. No cuenta con ninguna experiencia de gobierno o legislativa. Dejó su programa de radio para ser candidata presidencial.
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Enríquez-Ominami, la izquierda ‘caviar’ al poder
El diputado Marco Enríquez-Ominami es el candidato a la presidencia del Partido Progresista (PRO).
Es un miembro de la élite política e intelectual chilena que abraza la narrativa de izquierda, pero sin dejar de lado sus privilegios.
Es la «izquierda caviar» que ha descrito de forma magistral el periodista brasileño Rodrigo Constantino.

Enríquez-Ominami es también cineasta, su último trabajo es el documental ‘Hasta la victoria y más allá’, aún en producción, que hace un elogio a los gobiernos de izquierda del continente, incluyendo el de Nicolás Maduro, a quien se niega a llamar «dictador».
Es hijo del médico Miguel Enríquez, secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, una organización radical y terrorista chilena
Es hijo del médico Miguel Enríquez, cofundador y secretario general del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), una organización de izquierda radical y terrorista chilena.
Después de la muerte de su padre en 1974 fue adoptado por el político Carlos Ominami. legislador y ex ministro de Estado del presidente Patricio Aylwin.
Se educó en París. Se declara ‘deísta de matriz católica, no agnóstico’, tiene 44 años y está casado con la presentadora Karen Doggenweiler, con quien tiene una hija pequeña: Manuela.
Defiende el «derecho al aborto», el «derecho al matrimonio igualitario», el «derecho a la adopción homoparental», y apoya que la «perspectiva de género» sea aplicada de forma transversal en la educación básica y que paute también las políticas públicas del país.
Asegura que es capaz de gobernar como «izquierda moderna», tomando «lo mejor» del liberalismo y del socialismo.
Es la tercera vez que se postula a la presidencia: en 2009, obtuvo 20% de los votos, quedando en tercer lugar; en 2013, obtuvo 11 por ciento de sufragios; y actualmente tiene entre 3 y 4 por ciento de intención del voto. Hay una investigación abierta por el Ministerio Público por corrupción.
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Artés y Navarro, los dos enanos rojos
Los últimos dos candidatos a la presidencia de Chile son Eduardo Artés, secretario general del Partido Comunista Chileno y presidente de la Unión Patriótica (UPA), y el senador Alejandro Navarro, propuesto por el partido País.
Defienden el castrismo y el chavismo, han apoyado integralmente la agenda de ingeniería social de Bachelet
Los dos se definen como genuinos candidatos de izquierda. Defienden el castrismo y el chavismo, han apoyado integralmente la agenda de ingeniería social de Bachelet en los últimos cuatro años y consideran de debería ir «más allá».

Artés y Navarro son inexpresivos electoralmente, son dos enanos rojos que disputan el voto de Guillier y de Sánchez para venderse mejor en una eventual segunda vuelta.
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