
Los programas de los partidos, en cuanto a lo que de verdad importa, son idénticos: aborto, eutanasia, ideología de género, homosexualismo, feminismo radical, imposición doctrinal en las aulas y etc, etc, etc.
Es decir, todos han asumido sin rubor ese burdo oxímoron que es el “marxismo cultural”, porque si hay algo incompatible con la cultura y la civilización es precisamente el marxismo y sus hijos espurios, los ideólogos de género.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAsí que, en cuanto a lo que de verdad importa, la llegada del Frente PPopular o del Frente Popular es inevitable. Se lleva cociendo desde 1978. De modo que aquí termina el análisis de la jornada electoral. No hay más.
Hay que ser muy tonto para no darse cuenta de que a la supuesta extrema izquierda la ha aupado el Sistema –si no, no hubieran salido tanto en las televisiones-. Hay que ser muy tonto para no darse cuenta de que el Partido Popular ha seguido las políticas del PSOE de Rodríguez Z sin cambiar una coma. Hay que ser muy tonto para no ver que el uso del adjetivo “popular” recuerda demasiado a las “repúblicas populares soviéticas”, o a la actual República Popular China: tergiversar el lenguaje hasta la náusea, esa práctica tan habitual en los estalinistas y en los asesores de marketing político.
La suerte está echada y las cartas marcadas desde 1978 por las cloacas del Estado y algunos servicios secretos extranjeros
No hay más. La suerte está echada y las cartas marcadas desde 1978 por las cloacas del Estado y algunos servicios secretos extranjeros. Porque lo que se pretende impedir desde altas instancias económicas y políticas internacionales es que España vuelva por sus fueros –lo digo con segundas, claro-.
Hay que ser muy tonto para no darse cuenta de que, a pesar de todo, somos hoy una potencia en sectores como la ingeniería, la banca, las telecomunicaciones, la logística, la energía, el armamento, el comercio a escala mundial o el turismo. Imaginen qué sería España sin todos los impedimentos “democráticos”, sin todos los turbios manejos de las logias, sin todas las cortapisas de otras potencias.
El Imperio Español está demasiado presente en la memoria de Inglaterra y de Francia, humilladas por España durante siglos. Los britanicos promovieron las independencias hispanoamericanas y conspiraron en las luchas fratricidas del XIX español. Siguieron conspirando durante el siglo XX con la ayuda yanqui, pero la cosa les salió mal con Franco. Es a don Francisco a quien debemos las bases de nuestra estructura industrial y empresarial. Y eso les dio mucho miedo a nuestros competidores. Volver a conquistar Sudamérica económicamente estuvo en nuestras manos hasta hace muy poco, pero alguien nos engañó con una guerra falsa, ya saben.
Las políticas del marxismo cultural las firmarán marxistas de verdad, y no embaucadores “de derechas”. Es más fácil combatir a un lobo que no viene disfrazado
España no puede ser fuerte ni estar unida. Débil y desunida, cainita como siempre, ha logrado cotas impensables de bienestar y de riqueza. Imaginen si, en vez de Frentes PPopulares o Populares, tuviésemos una clase política que se preocupase del bien común. Seríamos, sí, una, grande y libre.
Pero no nos dejarán. Ya lo han visto.
Coda o post scriptum, a modo de resumen: si finalmente ganan las izquierdas y hay un Frente Popular, las políticas del marxismo cultural las firmarán marxistas de verdad, y no turbios embaucadores “de derechas”. Es más honesto. Y es más fácil combatir a un lobo que no viene disfrazado. Que Dios reparta suerte.