Al general fichado por Podemos ya le llamaban ‘Julio el Rojo’ en la academia militar

    No hay ningún militar al que le haya cogido por sorpresa la inclusión de Rodríguez en las listas de Podemos al Congreso, del que nadie olvida su discutido ascenso a Jefe del Estado Mayor saltándose a varias promociones.

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    El ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodríguez / Wikimedia

    Existe la tentación de imputar a José Julio Rodríguez su ideología ultraprogresista como la coartada que utilizó para ascender en el escalafón militar antes de que le correspondiera cuando fue nombrado jefe del Estado Mayor por Zapatero. Pero nada de eso: en la Academia general del Aire de San Javier ya le llamaban ‘Julio el Rojo’. Sus convicciones, por tanto, están fuera de toda duda.

    Por eso no hay ningún militar al que le haya cogido por sorpresa la inclusión de Rodríguez como número dos en las listas de Podemos al Congreso por la provincia de Zaragoza. José Julio jamás escondió sus ideas a sus compañeros de uniforme, aunque, por su trayectoria, lo más natural hubiera sido que acabara en el PSOE. Pero dos cosas han cambiado: los socialistas no acumulan el poder que ostentaba antes y lo que hoy seduce a la izquierda ‘pata negra’ es Podemos.

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    José Julio jamás escondió sus ideas a sus compañeros de uniforme, aunque, por su trayectoria, lo más natural hubiera sido acabar en el PSOE

    Fuentes militares aún recuerdan el malestar que suscitó su nombramiento como Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) cuando Carme Chacón era ministra de Defensa. Porque Rodríguez, que mantenía una muy buena relación con Zapatero, era general de división, un cargo incompatible con el de Jemad. Sólo valía el de teniente general, y como ninguno de los generales era del gusto del presidente socialista, aquello se arregló por la vía rápida: ascenso a Rodríguez y de ahí a jefe del Estado Mayor.

    Esta maniobra política no gustó nada entre sus compañeros, que vieron cómo la ministra de Defensa se saltaba varias promociones con tal de poner un Jemad del gusto de Zapatero. Nunca hasta entonces fue tan evidente que para alcanzar el máximo rango militar del ejército español la política es decisiva.

    Una zódiac demasiado rápida

    De su etapa como Jefe de las Fuerzas Armadas, se recuerda su afición a suprimir cualquier acto religioso de las celebraciones militares en las que intervenía. Por supuesto, nadie olvida tampoco la delirante rueda de prensa en la que explicó por qué no pudo ser interceptada una lancha de piratas somalíes que había mantenido secuestrado durante 47 días el pesquero Alakrana y no pudo ser alcanzada por un helicóptero Seahawk.

    José Julio Rodríguez dijo entonces que el helicóptero de la Armada española ‘Sikorsky SH-60 B Seahawk‘ no alcanzó a la zódiac somalí porque los piratas tardaron dos minutos en recorrer 1,7 millas, la distancia que lo separaban de la playa. Según la versión de Rodríguez, la embarcación hizo una velocidad media de 51 nudos, o sea, 94,45 kilómetros por hora. Una locura.

    Sus recientes declaraciones en las que se decantaba por Podemos, le han costado el cese por parte del Gobierno

    Aquello no fue más que una anécdota, pero sus recientes declaraciones en las que se decantaba por Podemos le han costado la destitución por parte del Gobierno. Soraya Sáenz de Santamaría anunció tras el consejo de ministro del viernes el cese del general Ejército del Aire «por falta de idoneidad y pérdida de confianza».  

    Aunque no tiene nada que ver, el último cese que se produjo en el Ejército fue el del teniente general José Mena en 2006El ministro de Defensa, José Bono, ordenó el arresto domiciliario por ocho días y el posterior cese del teniente general por unas declaraciones en las que recordaba que la «Constitución marca una serie de límites infranqueables para cualquier estatuto de autonomía» justo cuando se estaba discutiendo el nuevo Estatuto de Cataluña.

    De su etapa como Jefe de las Fuerzas Armadas, se recuerda su afición a suprimir actos religiosos

    Por lo demás, el general Rodríguez parece poco integrado en la tradición de virtudes castrenses del Ejército español, comenzando por la religiosidad, atesorada desde el tiempo de los viejos Tercios y de Calderón de la Barca. Resulta llamativo que de su etapa como jefe de las Fuerzas Armadas, se recuerde su afición a suprimir cualquiera acto religioso de las celebraciones militares que presidía.

    Más allá del borrón en la hoja de servicios de Rodríguez por el cese anunciado por el Gobierno, su llegada a Podemos recuerda que hasta hace muy poco el partido de Pablo Iglesias defendía la salida de España de la OTAN, aunque ahora recula. ¿Acaso estaba de acuerdo con Podemos en este asunto el general de un ejército integrado en este organismo?

    Y eso por no hablar de la coalición que Podemos formará con Bildu en Navarra para las elecciones generales. Quien antes enterraba de uniforme a compañeros asesinados por la ETA, hoy está en las listas de quien hasta hace dos años daba mítines en Herriko Taberna y hoy pacta con los herederos de los asesinos.

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    Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.