
Por Miriam Calderón y Pablo González de Castejón
Cuando la noche del 26 de marzo de 2011, Jordi González se dirigió a un joven profesor de la Complutense, en corbata, vaqueros y con una coleta, ni siquiera sabía cómo se llamaba.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLejos estaba de pensar que aquella noche el programa La Noria iba a ser el bautismo de fuego en la televisión nacional del desconocido profesor. Y el primer peldaño de una carrera que llevaría al joven docente hasta las puertas de La Moncloa.
No sabemos si finalmente Pablo Iglesias Turrión (Madrid, 1978) llegará parcialmente al Gobierno. Pero ya lo tenemos en el Congreso con 69 diputados y negociando cuotas de poder con otro partidos. Y hace sólo cinco años era un perfecto desconocido.

Pero la carrera televisiva de Pablo Iglesias había comenzado un año antes con la puesta en marcha de La Tuerka.
De esta televisión han salido las caras que han revolucionado el panorama político español. Esta plataforma les ha servido a Iglesias y a los suyos para aprender a envolver adecuadamente sus mensajes y venderlos con eficacia.
Recurren a tres armas infalibles: hablar en titulares, venderse como partido del pueblo y usar las redes sociales
Los de Podemos no solo tienen ‘telegenia’ entendida como “dar buena imagen fotográfica”.
Iglesias, Errejon, Bescansa y Monedero cuentan además con otras virtudes que hacen que su persona conecte con el telespectador.
Saben hablar en titulares, 10 o 15 palabras, lo que les hace efectivos. Saben venderse como el partido del pueblo, actuando como tal. Y saben utilizar las redes sociales. Tres armas infalibles.
Mientras el resto de partidos las utiliza como mera marca personal, los de Podemos utilizan Twitter y Facebook como un elemento más de participación, lo que les diferencia de las élites y les acerca a los más jovenes.
Sólo Ciudadanos tiene un concepto similar del uso de la tele y las redes y Rivera un feeling tan telegénico como el de Iglesias, pero con menos contundencia, persistencia y estrategia.
Una carrera mediática construida con dinero del régimen de los ayatolás
El líder de Podemos comenzó con la puesta en marcha de La Tuerka en 2010, programa que debutó en Tele K. De ahí se trasladó por problemas de licencias a Canal 33 y en la actualidad es emitido en Público TV.
Poco tiempo después, en enero de 2013, llevó a la cadena de la capital iraní Hispan TV Fort Apache, una versión similar a La Tuerka, con la finalidad de tener cobertura en toda España y Latinoamérica.
A través de esta cadena de televisión el líder de Podemos podría haber recibido grandes cantidades de dinero procedentes del Gobierno de Irán.
Fuentes policiales han indicado que uno de cada cuatro euros que Irán envía a 360 Global Media, la productora de Hispan TV, termina en los dirigentes de Podemos.
En cuanto a La Tuerka, Juan Carlos Monedero creó una sociedad limitada unipersonal llamada «Caja de Resistencia Motiva 2 Producciones S. L.» en octubre de 2013 y declaró que dicha sociedad financia el programa.
El salto a la fama: de La Tuerka a Intereconomía
Sin embargo, el podemita se dio a conocer en el ámbito nacional con una intervención en La Noria (Telecinco) presentado por Jordi González que desconocía su nombre y en un momento de lapsus le presentó como profesor de la “Universidad Complutense Pablo Iglesias”.

Dos años después, en 2013, irrumpía en la tertulia política de Intereconomía TV ‘El gato al agua’ para hablar del movimiento ‘Rodea el Congreso’. Allí se fajó con periodistas incisivos y no precisamente complacientes con la extrema izquierda. Pero Iglesias supo sacar provecho de la experiencia. Fue a partir de ese momento cuando empezó a ganar popularidad.
El líder de Podemos ya había tenido su propia banco de pruebas en los debates políticos de La Tuerka, que le dieron las tablas suficientes para salir airoso en las tertulias frente a los defensores de “la casta”.
A partir de este momento, comenzaba verdaderamente su etapa televisa. Tanto Mediaset como Atresmedia se fijaron en él y le ofrecieron que participara en sus segundos canales, La Sexta y Cuatro.
Es a estas cadenas a las que Podemos tiene que dar las gracias, ya que sin la continua presencia de Iglesias y su equipo en ambas, el éxito de la formación morada el 20D no hubiese sido posible.
A bronca por tertulia con los periodistas
Desde su irrupción en los medios de comunicación, el politólogo ha protagonizado no pocos enfrentamientos televisivos. Alfonso Rojo, Eduardo Inda, Isabel San Sebastián, Jaime González, Francisco Marhuenda… muchos son los tertulianos que han hecho frente común contra Iglesias, que se defiende sin alterarse hasta de las acusaciones más graves.
Iglesias no sería Iglesias sin las enganchadas con periodistas como Eduardo Inda o Francisco Marhuenda
«¿Cuánta pasta te metes al mes?», le dijo Iglesias a Eduardo Inda, ex periodista de El Mundo y actual director de Okdiario, después de que éste le dijera que cobraba más de 1.800 euros al mes por «dar dos horas de clase». Tras mostrar su nómina y dejar claro que los datos de Inda no eran correctos, ambos se enzarzaron en una sonada discusión.
Inda además, ha sido uno de los que más empeño ha puesto en relacionar a Iglesias con ETA y con el régimen venezolano.
Otro de los incidentes más sonados lo tuvo con el director de La Razón, Francisco Marhuenda, cuando éste le preguntó cuántas matrículas había sacado en su carrera. El secretario general de Podemos presumió de 13. El periodista molesto soltó una retahíla de descalificativos hacia Iglesias: “grosero”, “maleducado”, “faltón”, “ridículo”…
No menos intenso fue el rifirrafe que mantuvo con el director de Periodista Digital, Alfonso Rojo, quien tras afirmar que el líder de Podemos cobraba dinero «de Venezuela, de los iraníes y de los ayatolas», acabó acusándole de «chorizos» y «mangante» y «de cobrar dinero de todos los asesinos del mundo».
A lo que Iglesias le respondió: «Una cosa es publicar una noticia y otra cosa es mentir. A tí un tribunal te condenó por mentir y a lo mejor estaría bien que dejaseis de mentir».
Lo importante es que hablen de uno, aunque hablen mal
Pero esta estrategia multiplicaba el efecto viral y de escaparate que buscaba Iglesias. No importaba demasiado que los periodistas le dejaran en evidencia, o que se enredase en polémicas subidas de tono, lo importante era colarse casi diario en los hogares a través del televisor y convertirse en un personaje popular. Que hablen de uno, aunque hablen mal.
De los platós a las ruedas de prensa en el Congreso
La formación morada no sólo no ha abandonado su presencia masiva en los medios de comunicación tras las elecciones del 20-D, sino que la ha aumentado con numerosas ruedas de prensa que ofrece en el Congreso de los diputados, un escenario nuevo para ellos (acostumbrados a platós de televisión) pero que ofrece una imagen mucho más seria que no han dudado en aprovechar.
Su espectáculo mediático ha crecido y ahora son ellos los que llenan las salas ante la posibilidad de obtener grandes titulares en cualquier comparecencia de sus principales cabezas de lista. Una estrategia que les vale para marcar la agenda informativa.
Iglesias y su troupe han estado en casi todo: Los desayunos de TVE, Al Rojo Vivo, El objetivo, laSexta Columna o Más vale tarde
En el último mes a Pablo Iglesias le han entrevistado en Los Desayunos de TVE, en Informativos Telecinco, en la Cadena Ser, en Onda Cero o en Al Rojo Vivo (laSexta), entre otros programas. Pero es en esta última cadena donde más presencia tienen los podemistas y donde se sienten más cómodos.
Al Rojo Vivo, laSexta Noche, El objetivo, laSexta Columna o Más Vale Tarde, son los principales programas políticos de la televisión nacional desde que Podemos se ha convertido en su protagonista. Una posición a la que han llegado gracias al lenguaje, la ropa y las formas que usan, mucho más agresivas y rompedoras que sus competidores políticos. De esta manera han logrado focalizar el descontento y el hastío general de la ciudadanía pasando a convertirse en un fenómeno sociológico.
La batalla del lenguaje
Para ver las diferencias entre la “nueva” y la “vieja” política no hay más que asistir a una rueda de prensa de Pablo Iglesias y compararla con otra de Soraya Sáenz de Santamaría.
El líder podemita usa un lenguaje novedoso y agresivo, focalizado en deslegitimar a su rival y situarse como la única opción viable y honorable para el bien del país.
De esta manera ha llegado a encandilar a personas con una ideología muy distinta a la suya, pues el círculo morado es de creencias comunistas aunque intentan atraer también a votantes de centro y derecha bajo su discurso de regeneración.
Gobierno del “cambio”, de “regeneración”, “plural” o “progresista”, son los calificativos más repetidos por la tercera fuerza política en España. También utilizan expresiones como “plurinacionalidad” y “regeneración” para situarse frente a dos de los problemas que más preocupan a los españoles: el independentismo y la corrupción.
Iglesias ha conseguido que se le identifique con el centro-izquierda, a pesar de los puños en alto o la conexión con Irán y Venezuela
Lo que llama la atención es que muchos le sitúan en el centro-izquierda, como ellos pretenden, a pesar de los puños en alto, de las referencias guerracivilistas o de sus conexiones con países contrarios a los Derechos Humanos (como Irán con las condenas a muerte a homosexuales o Venezuela y el encarcelamiento de opositores políticos).
A la hora de atacar a sus rivales, principalmente al Partido Popular, recurren a “casta”, “viejas élites”, “partidos tradicionales”, “inmovilismo” o directamente les tachan de corruptos.
El lenguaje de Soraya Sáenz de Santamaría es más correcto para la política, pero totalmente inadecuado para la televisión
Lo nuevo frente a lo viejo, lo bueno frente a lo malo, lo limpio frente a lo sucio. Conceptos básicos, directos, que calan entre los telespectadores y que, sobre todo al inicio de la andadura de Podemos, no supo contrarrestar el bipartidismo.
Es más, aunque ha habido una reacción por parte del PP y PSOE, aún están lejos de la habilidad en la comunicación de Pablo Iglesias y Albert Rivera. Y más cuando en los nuevos partidos son los propios líderes quienes acuden a los programas televisivos mientras que Rajoy y Sánchez mandan a sus portavoces.
Si se atiende a una rueda de prensa de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta en funciones del Gobierno, al referirse a Podemos utiliza palabras como “miedo”, “incertidumbre”, “frente popular”, “pacto de la radicalidad” y sobre todo hace hincapié en el peligro de la economía.
Un lenguaje mucho más correcto para la política pero menos efectivo para la televisión.
Eso explica muchas cosas.