La soledad del PP

    El margen de maniobra y de pacto que tiene el PP son nulos. Sólo el apartamiento de Rajoy al frente del partido y del gobierno podría desatascar esa situación.

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    Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones/ Efe
    Mariano Rajoy, presidente del Gobierno/ Efe

    El discurso que Rajoy y los suyos vienen repitiendo hasta la saciedad desde la misma noche del 20-D es que ellos han ganado las elecciones al ser la lista más votada y que eso les da derecho a liderar el gobierno. Algo que es verdad, pero que no es toda la verdad, porque en España no hay un sistema político presidencialista, sino parlamentario, y por lo tanto el partido o candidato que consiga más apoyos en el Parlamento es el que se llevará el gato al agua y será tan legítimo un pacto entre la segunda fuerza política y otras como el que pudiera lograr la lista más votada.

    De momento el líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha conseguido un acuerdo con Ciudadanos, lo que le supone tener el respaldo de 130 diputados, siete más de los que tiene el PP. Un acuerdo, que desde el punto de vista de la aritmética parlamentaria, de momento ha sido insuficiente como se puso de manifiesto en la fallida sesión de investidura de la pasada semana.

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    Pero al menos, como dijo el propio candidato socialista con una frase un poco cursi, «hemos conseguido poner en marcha el reloj de la democracia» en referencia a que al haber aceptado el encargo del Rey de someterse a una sesión de investidura había empezado a correr el plazo de dos meses para investir a un Presidente, o en caso contrario tener que convocarse unas nuevas elecciones que tendrían lugar el 26 de junio.

    El drama para el PP y para Rajoy es que nadie, absolutamente nadie, quiere pactar con ellos

    El drama para el PP y para Rajoy es que nadie, absolutamente nadie, quiere pactar con ellos y por lo tanto la capacidad de sumar más apoyos a sus insuficientes 123 escaños es absolutamente nula. El partido que desde un punto de vista ideológico podría considerarse más afín a los populares, Ciudadanos, ya ha dejado claro durante el debate de investidura de Sánchez, que el proceso de reformas y de medidas que regeneren la democracia en nuestro País no puede ser liderado por Rajoy.

    El argumento explicado por el propio Albert Rivera ha sido tan claro como contundente: «alguien que no es capaz de poner orden en su propia casa -en referencia a la actitud de Rajoy respecto a los casos de corrupción que asolan al PP-, no puede liderar el proceso de regeneración política en España».

    En política, dos meses es un mundo y puede pasar de todo, como se vio recientemente en Cataluña

    Así las cosas, en este periodo de dos meses que se abre hasta saber si habrá gobierno o se deberán convocar elecciones, el margen de maniobra y de pacto que tiene el PP son nulos. Sólo el apartamiento de Rajoy al frente del partido y del gobierno podría desatascar esa situación, pero eso es algo que el propio interesado descarta absolutamente y que los suyos de momento no cuestionan. Subrayo lo de ‘de momento’, porque en política, dos meses es un mundo y puede pasar de todo, como se vio recientemente en Cataluña con el paso atrás dado en el último minuto de Artur Mas y que permitió el apoyo de la CUP a un nuevo candidato de Juntos por el Sí.

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    Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. Entre 1976 y 1996 trabajó en el periódico “Norte Express” de Vitoria, la Agencia EFE y la Agencia Vasco Press. Entre 1996 y el 2001 fue Director de Comunicación del Ministerio del Interior. De 2002 a 2003 fue el Director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Onda Cero y del Grupo Admira. De 2003 al 2008 fue columnista político de El Mundo y analista político en Telemadrid y Onda Madrid. Desde setiembre de 2009 es analista político y tertulinao en esRadio y colabora también con Telemadrid. Desde el 2004 es el Director del Observatorio Internacional de Víctimas del Terrorismo (OIVT) de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU,