Como es del dominio universal, en días pasados, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO), teniendo como escenario las ruinas de Comalcalco (Tabasco) le pidió tanto al rey Felipe VI de España como al Papa Francisco que se disculpara por la Conquista y Evangelización de México que se iniciaron en 1521.
Algo fuera de lugar, especialmente si consideramos que son tantos y tan graves los problemas que en estos momentos afligen a México, que resulta absurdo condenar lo que ocurrió hace quinientos años en vez de trazar una estrategia para resolver problemas como el narcotráfico, la inseguridad, el robo de combustibles, el desempleo, la inflación, etc. Etc. Etc.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDesde luego que condenar la obra de España y de la Iglesia no solamente en México sino en toda Hispanoamérica revela una gran ignorancia.
Y decimos esto porque si, en realidad hubo los abusos propios de toda conquista, a la larga los pueblos que pasaron a formar parte del imperio español salieron favorecidos.
Gracias a la acción coordinada de España y de la Iglesia, aquellas etnias tan diferentes entre sí se unificaron en lo lingüístico, siendo así que el idioma español es el que hoy se habla desde California hasta el sur de la Argentina.
Gracias a la acción coordinada de España y de la Iglesia, todos los pueblos hispánicos profesan la fe de Cristo, tanto así que uno de los últimos Papas habló de aquella región del mundo poniéndole un nombre muy significativo: «El Continente de la Esperanza».
Asimismo, son de incalculable valor las obras de arte que los españoles dejaron en tierras de América; en México destacan de manera singular las catedrales de Puebla y de Morelia, así como infinidad de templos, palacios y pinturas barrocas.
¿Cuál es la explicación de que AMLO se haya atrevido a decir una barbaridad de tales dimensiones?
Durante los tres siglos de dominio español en México, pueblos que eran bárbaros y vagaban errantes por las montañas adoptaron las ventajas de la civilización y, gracias a sus maestros los frailes, aprendieron oficios con los cuales pudieron ganarse honestamente la vida.
Y eso sin contar como la Conquista liberó a los pueblos de Anáhuac, sometidos a los aztecas, de ser sacrificados ante el insaciable dios Huitzilopochtli.
Todo esto que acabamos de enumerar es del dominio público y no lo ignora toda persona que se precie de tener un mínimo de cultura.
Es aquí donde surgen las dudas: ¿Cuál es la explicación de que AMLO se haya atrevido a decir una barbaridad de tales dimensiones? ¿Acaso ignoraba que iba a publicar una feroz repulsa mundial en contra suya? ¿Acaso es tan torpe como para dispararse un balazo en el pie?
Desde luego que AMLO no es muy brillante que digamos. Y prueba de ello es que tardó catorce años en terminar su carrera.
Sin embargo -aunque no es brillante intelectualmente- AMLO es un tipo hábil y marrullero que sabe muy bien lo que se trae entre manos y que calcula a la perfección los efectos de cada uno de sus actos.
Si la jugada sale como AMLO la está planeando, en México tendríamos un presidente vitalicio al estilo de los hermanos Castro o de Hugo Chávez
Previendo la gran polvareda que iba a provocar con dichas declaraciones, AMLO no dudó en decir lo que dijo.
Calculando muy bien la jugada, AMLO sabía que todo ese escándalo distraería a la opinión pública internacional mientras el podría disponer del espacio necesario para hacer otra de las suyas.
En este caso, el objetivo oculto, o sea la gran jugada, es que, mientras todos se distraen con esta cortina de humo, los senadores sienten que no tienen puestos sobre ellos las miradas de la opinión pública.
Y al no sentirse vigilados, todo resulta mucho más fácil para que el Senado apruebe lo que AMLO desea: En este caso una ley que le permita al presidente presentarse en 2021 consultándole al pueblo si continúa o no en el cargo.
Aquí el verdadero propósito consiste en que, al aparecer su nombre en las boletas electorales, esto hará mucho más fácil que las elecciones de medio período las ganen los candidatos postulados por MORENA, que es el partido de AMLO.
De este modo, volviendo a contar con una cómoda mayoría y estando ya a mitad de su período presidencial, quedará el camino pavimentado para que AMLO reforme la Constitución y pueda relegirse cómodamente en 2024.
Si la jugada sale como AMLO la está planeando, en México tendríamos un presidente vitalicio al estilo de los hermanos Castro o de Hugo Chávez.
Eso explica tanto escándalo.
Y concluimos diciendo que el título que encabeza este artículo resulta inapropiado.
En el mismo hacemos alusión a la última “ocurrencia” de AMLO. Ojalá fuera la última.
Infortunadamente debemos decir que solamente se trata de la más reciente.
La última sabrá Dios cuando…