
Tras un año al mando de Madrid, en el que no han faltado un sinfín de ocurrencias y atentados contra la libertad por parte de Manuela Carmena, la alcaldesa decide ahora hacer preguntas incómodas a las funcionarios en una encuesta que tiene mucho de ‘Policía Política’.
Les pregunta, entre otras cosas, sobre la memoria histórica, el derecho a la libertad de conciencia y religión, el derecho de las mujeres a la no discriminación y el derecho a una vida libre de violencia machista.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Y como no podía ser menos, les pregunta sobre ideología de género y sobre el derecho de las personas LGTB a una vida libre de discriminación. Les pide, incluso, que se retraten -aunque la encuesta sea anónima- al preguntar por su orientación sexual.
En la pregunta en la que la persona que realiza el cuestionario tiene que indicar su sexo, aparece la opción ‘otro’, como si existiese un género distinto al femenino o masculino.

La encuesta, que se realiza a través de la Intranet del Ayuntamiento, puede ser una forma de detectar disidentes al pensamiento único. Quienes disientan pueden ser purgados, aunque es muy posible que otros muchos, por miedo a las represalias, respondan lo políticamente correcto. En cualquier caso parece una forma de intromisión en la intimidad de los trabajadores del Consistorio y un control ideológico propio de un sistema dictatorial.

La encuesta es anónima sólo en teoría… porque al obligar a los trabajadores a responder desde su ordenador les puede identificar
Aunque la encuesta de Carmena es ‘anónima’, se puede identificar a quienes la responden porque en el formulario se pregunta a los trabajadores todo tipo de detalles relativos al puesto que ocupan: área de Gobierno, distrito, organismo… Además, de obligarles a responder desde su propio ordenador de trabajo, que viene a ser algo así como firmar la encuesta.
Este ejercicio servirá a Carmena para detectar al empleado disidente y relegarlo hasta ser sustituido de sus funciones por otro más afín. Por el contrario, los que destaquen por sus buenas respuestas podrán ser promocionados.
Según fuentes cercanas al Consistorio de Madrid, hay secciones enteras de funcionarios que se están negando a responder el cuestionario y están poniendo resistencia a esta auténtica ‘caza de brujas’.