
Los datos del Instituto Nacional de Estadística deberían ser suficientes para que la clase política hiciera caso por fin a quienes llevan años denunciando que España agoniza demográficamente.
El invierno demográfico es una realidad a la que ningún Gobierno de la democracia en España ha puesto coto, debido a los cálculos cortoplacistas que sólo aciertan a otear horizontes de cuatro años.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraY sin embargo, los guarismos ya son de gules y harto preocupantes. Lejos quedan los 676.718 nacimientos en España en 1976 que resultaron más que suficientes para contrarrestar a los 298.219 fallecimientos de aquel año con un saldo vegetativo de 378.499 españoles.
Entonces, las mujeres se casaban a los 25 años y tenían de media su primer hijo a los 28. Lo dicho. Lejos queda.
Ahora el panorama se resume en cinco gráficos, toboganes imposibles, que dejan a las claras la urgencia de centrar los esfuerzos en combatir el invierno demográfico en España.
Agárrense que vienen curvas.
1.- Más muertes que nacimientos, sin contar el aborto

En los últimos 15 años, y de manera muy especial en la última década, el saldo vegetativo se ha ido desplomando de forma inexorable, de tal forma que, por tercer año consecutivo, España mueren más españoles de los que nacen.
El dato que acaba de publicar el INE es especialmente significativo, si se tiene en cuenta que se refiere sólo al primer semestre de 2017 y multiplica por 1.147 veces el resultado total de 2016.
Pongan este dato en relación al número de abortos que cada año se realizan en nuestro país: Desde 1985, constan en las estadísticas del Ministerio de Sanidad 2.124.336 muertes provocadas antes del nacimiento.
Hombres y mujeres que, a lo largo de los últimos 32 años, a buen seguro habrían aportado mucho a la maltrecha demografía de España.
2.- Maternidad tardía: más difícil y peligrosa

La mujer tiene un tiempo limitado en su vida en el que su cuerpo está preparado para poder traer al mundo a un hijo. El periodo fértil además de ser limitado en el tiempo, es decreciente en cuanto a su efectividad.
Si la probabilidad de un embarazo a los 22 años está en torno al 25%, con el paso de los años esta disminuye de forma drástica. A partir de los 35 años apenas supera el 15%. Pasada la cuarentena, al fertilidad natural se reduce por debajo del 8%.
Sin embargo, las españolas son madres por primera vez cada vez más tarde. En apenas 15 años la edad media de la primera maternidad ha aumentado 1,6 años, desde los 29,1 hasta los 30,7.
Salvo una pequeña bajada en 2008, esta cifra no ha parado de subir en los últimos lustros. La maternidad tardía supone, además de tener menos opciones de tener hijos, más opciones de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto, tanto para la madre como para el niño.
3.- Cada vez menos matrimonios

En 1990 se realizaban en España 220.000 matrimonios, la cifra actual está cercana a la mitad. En 2017, durante el primer trimestre, sólo fueron 68.769. En el caso de que en el segundo semestre se cerrara con igual saldo, se alcanzaría la cifra de 137.538.
En ese supuesto, sólo en el último año se habrían celebrado 37.805 enlaces menos. A esto hay que sumarle que alrededor del 2,5% son matrimonios infértiles de salida por tratarse de parejas del mismo sexo.
Las familias numerosas, que tienen más de tres hijos de media, muy por encima de la tasa media y que, en su inmensa mayoría están originadas en un matrimonio, por lo general eclesiástico.
Alrededor del 45% de los nacimientos en la actualidad son extramatrimoniales, el número de matrimonios sigue teniendo importancia como factor de natalidad
4.- Nos casamos casi a los 34 años

En los últimos tres lustros, la edad media a la que los españoles contraen matrimonio ha mantenido una tendencia ascendente desde los 29,6 años de 2002 a los casi 34 años de 2016. Supone un incremento de cuatro años y medio en apenas 15 años.
A pesar de que el alrededor del 45% de los nacimientos en la actualidad son extramatrimoniales, el número de matrimonios sigue teniendo importancia como factor de natalidad, dado que el matrimonio, aún devaluado por la ley del divorcio exprés, ofrece un marco de estabilidad que favorece la natalidad en mayor medida.
5.- Muy lejos del relevo generacional

El número mínimo de hijos que deberia tener una mujer para asegurar el relevo generacional es de 2,1, según todos los estándares mundiales.
Sin embargo España, que es una de las naciones más envejecidas del mundo junto a Japón, sigue muy por debajo de esta necesaria media.
Aunque con oscilaciones, dado que en 2008 se alcanzó un sorpendente 1,46 (aunque igualmente insuficiente) el hecho es que en los últimos 15 años apenas se ha pasado de un 1,26 al 1,33 hijos por mujer.