Cruda realidad / Por qué el lobby gay prohíbe Pink, la película crítica con el matrimonio gay

    Grupos LGTB mexicanos han pedido a su gobierno que impida la exhibición de 'Pink', una película que muestra 'el otro lado' de la adopción por parejas homosexuales.

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    Película Pink, de Paco del Toro
    Película Pink, de Paco del Toro/ Armagedon Films

    Casi lo de menos es la película en sí, aunque el cineasta mexicano Paco del Toro ha demostrado un valor fuera de lo común al enfrentarse en solitario a las élites del pensamiento políticamente correcto al realizar ‘Pink. Adopción gay… ¿Acierto o error?’, una película que muestra el otro lado de las adopciones de ninos por parejas homosexuales, el que nadie quiere ver. Pero lo más significativo ha sido la reacción casi universal a la película.

    Aunque el ataque más eficaz ha sido el silencio, en México los activistas homosexuales han protagonizado protestas, demandando al gobierno que prohíban su exhibición en las salas de cine del país. El Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación se negó inicialmente a actuar contra la cinta, pero posteriormente ha pedido a las autoridades que suban la Clasificación Moral a «solo para mayores de 15 años», además de emitir una nota pidiendo que la industria cinematográfica elimine «estereotipos, prejuicios y estigmas» asociados con las «familias» homosexuales.

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    ¿Cuál es la realidad de las familias monoparentales? ¿’Modern Family’, quizá?

    Pink ha costado unos ocho millones de euros y, según Del Toro, ha estrenado 205 copias a través de Cinemex y Henry Cinemas. Otras redes de salas, como Cinépolis, se negaron a exhibir la película.

    La reacción común ha sido el silencio, y cuando se ha informado de ella no ha sido para tratarla como película, sino para hablar de la ‘polémica’, una palabra que en su orwelliano sentido moderno significa algo tan negativo que no se piensa en absoluto polemizar sobre ello. ‘La polémica detrás de la película Pink’ es precisamente el titular con que el diario mexicano El Economista trata de la obra, con un antetítulo aún más revelador: ‘Distorsiona la realidad de las familias homoparentales’, una aseveración para la que la réplica inmediata debería ser: ¿y cuál es la realidad de las familias monoparentales? ¿’Modern Family’, quizá?

    Una película no es un tratado y cualquier historia que se narre, por el mismo hecho de ser una historia y no miles, ‘distorsiona’ la realidad de un fenómeno. No es, en fin, una crítica que se haya hecho a otras muchas películas.

    En la citada publicación mexicana, el director Sergio Tovar Velarde declara: “Pink se siente como un retroceso en la lucha por la consolidación de una sociedad empática, informada y libre de prejuicios. La tesis de Pink es que un nino criado por gays está destinado a sufrir inmensamente. Las investigaciones en todo el mundo han demostrado en incontables ocasiones que la vida feliz de un hijo no depende de la preferencia sexual de los padres sino de su calidad humana. Esta película carece de fundamentos científicos y se limita a tomar un caso y presentarlo como si fuera una muestra representativa, que no es”.

    Sergio Tovar dirigió ‘Cuatro Lunas’, una película que trata el tema homosexual de forma ‘correcta’ y no solo no tuvo problema de exhibición alguno sino que recibió las mejores críticas y fue incluso nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera.

    Porque el problema de Pink no es que ‘distorsione’, sino que ofrece una visión no solo posible, sino real y en absoluto extrema, de los problemas de los hijos adoptados por parejas de homosexuales que contrastan poderosamente con la imagen angelical de las películas y series aplaudidas y fomentadas por la élite cultural.

    ¿Es esa la realidad? ¿Qué hubiera pasado si Paco del Toro, en su afán de ajustarse a ‘la realidad’ más estricta, hubiera rodado un ‘biopic’ sobre la historia de la pareja australiana formada por Mark Newton y Peter Truong?

    Mark Newton y Peter Truong con su hijo (Imagen de brisbanetimes.com.au)
    Mark Newton y Peter Truong con su hijo (Imagen de brisbanetimes.com.au)

    En 2010, la cadena de televisión australiana ABC entrevistó a la pareja en uno de esos incesantes reportajes destinados a normalizar las familias monoparentales. En él aparecían como la pareja 10 y hablaban de su lucha por conseguir tener un hijo contratando un vientre de alquiler, pagando 8.000 dólares australianos a una mujer rusa.

    Y en 2014, cuando el nino tenía 6 años, fueron detenidos por abuso infantil continuado. El abuso empezó cuando el nino tenía 20 meses y la policía encontró más de 80 horas de película en la que se grababan los abusos. La pareja se llevó al nino por todo el mundo y permitía a otros -al menos, ocho- que abusaran de él mientras ellos.

    ¿Podría haber rodado Del Toro una película sobre el caso, igual que existe una sobre ‘Bonney & Clyde’?

    No, no es un caso representativo. Pero sí ‘real’, terriblemente real. ¿Podría haber rodado Del Toro una película sobre el caso, igual que existe una sobre ‘Bonney & Clyde’? ¿Es representativo cada caso de familia feliz e hijo adoptado equilibrado y radiante que aparece en la televisión como representativo de las familias homosexuales?

    De hecho, los protagonistas homosexuales de Del Toro están lejos de ser Newton y Truong. Uno de ellos se convierte y abandona el estilo de vida homosexual mientras el otro contrae el sida. Los problemas de su hijo adoptado se pintan como directamente derivados de un estilo de vida y unas condiciones que frustran el desarrollo normal de un nino, no de la ‘maldad’ de los componentes de la pareja.

    ¿Por qué, entonces, esta enconada oposición a una película marginal entre las docenas de cintas que cada año presentan el caso contrario? ¿Por qué arriesgarse a aparecer como censores quienes tanto se han beneficiado de la libertad de expresión?

    ‘Filadelfia’, en absoluto contraste con ‘Pink’, fue recibida con entusiasmo y recibió dos premios Oscar

    La explicación es que no pueden consentir la más insignificante narrativa que contradiga su línea oficial. Saben que el espectacular cambio social por el que, en solo unas décadas, se ha pasado de censurar las relaciones homosexuales a venerarlas no se ha debido a ningún descubrimiento científico, ni siquiera a sesudos análisis o reflexivos tratados, sino a las historias. Historias en forma de reportaje mediático o de película, serie, canción.

    Imagen de la película 'Philadelphia'
    Imagen de la película ‘Philadelphia’ / TriStar Pictures

    De hecho, si puede concretarse en uno solo el momento crucial en el cambio de actitud quizá habría que cifrarlo en el lanzamiento de la película ‘Filadelfia’ que, en absoluto contraste con ‘Pink’, fue recibida con entusiasmo y recibió dos premios Oscar y otros doce galardones cinematográficos más.

    En ella, la pareja protagonista se muestra de tal modo que sería la envidia de cualquier matrimonio homosexual: sacrificados, amantes, bondadosos, heroicos y, salvo el desliz en el que uno de ellos contrae el sida, fieles. Que todas las estadísticas conocidas sobre la vida sexual de las parejas del mismo sexo cuenten una historia muy diferente es irrelevante. Sí, de ‘Filadelfia’ bien podría decirse que «distorsiona la realidad de las familias homoparentales», apoyándonos en una montaña de estudios y datos. Pero no lo leerán muy a menudo.

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