El mayor éxito del recién retirado jugador de Los Angeles Lakers Kobe Bryant, apodado la ‘bamba negra’, no es haber ganado cinco anillos de la NBA, dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos o varios MVP (Mejor Jugador de la Liga), entre otros muchos premios, sino haber superado dos graves crisis matrimoniales y mantener unida a su familia.
Y es que es en estos momentos, al retirarse después de veinte años en la élite mundial del baloncesto, cuando Bryant echa la vista atrás lo que recuerda con mayor ahínco es como a través de la fe, y con la ayuda de un sacerdote en concreto, se salvó su matrimonio.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraFue en 2003 cuando saltó la bomba: la estrella de los Lakers ha violado a una empleada del hotel en el que se alojaba. Hasta entonces ‘la bamba negra’ formaba una de esas parejas modelo que todos los medios de comunicación utilizaban como matrimonio perfecto.
Los padres de Bryant no dieron su visto bueno a este enlace y la relación con su hijo se tensó tanto que dejaron de verle
Kobe y Vanessa se conocieron cuando ella apenas tenía 17 años, pero ambos sabían que sólo era cuestión de tiempo que se formalizara su relación. Esperaron a que ella terminara sus estudios, y después de que Vanessa cumpliese 21 años (él tenía 23) ambos se dijeron sí en la iglesia católica de San Eduardo, en Dana Point (California).
Los padres de Bryant, también católicos, no dieron su visto bueno a este enlace por la juventud de su nuera, y la relación entre padre e hijo se tensó tanto que dejaron de verse. Pero para el joven matrimonio todo era perfecto: él triunfaba en la mejor liga del mundo y ella se quedó embarazada de Natalia, que nació en 2003, el mismo año de su crisis.
Kobe, del cielo al infierno
El escándalo fue mayúsculo, una de las estrellas de la NBA supuestamente había violado a una empleada de hotel, además de engañar a su mujer. Los patrocinadores huyeron despavoridos y el baloncestista no paraba de repetir que él no había violado a nadie, que había mantenido relaciones con ella pero que habían sido consentidas.
La primera demanda fue desestimada por un juez y la segunda, esta vez por lo civil, se resolvió un año después fuera de los tribunales.
No fue el dinero ni la fama los que ayudaron al baloncestista a superar aquel bache, sino un cura
Pero durante ese tiempo Kobe no encontraba consuelo. Pidió perdón a su mujer, a su familia, a la empleada del hotel e incluso de los ciudadanos de Colorado, ciudad donde ocurrieron los hechos.
Y no fue el dinero ni la fama los que ayudaron al baloncestista a superar aquel bache, sino un cura, y así lo contó hace pocas semanas durante una entrevista con GQ:
«La pérdida de los respaldos económicos fue realmente lo que menos me importó. ¿Que si tenía miedo de ir a la cárcel? Sí. Tenía 25 años, tío. Estaba aterrorizado. Lo único que realmente me ayudó durante aquel proceso (soy católico, me eduqué como católico, mis hijos son católicos) fue hablar con un sacerdote. En cierto modo fue divertido. Me mira y me dice: ´¿Lo hiciste?´. Le digo: ´Por supuesto que no´. Entonces me pregunta: ´¿Tienes un buen abogado?´. Y yo le digo algo como: ´Oh, sí, es fenomenal´. Así que se limitó a decir: ´Déjalo pasar. Sigue adelante. Dios no te va a dar nada que no puedas soportar, y ahora todo está en sus manos. Es algo que no puedes controlar. Así que déjalo pasar´. Y ése fue el punto de inflexión».
Liberado del peso, la ‘bamba’ siguió hacia adelante y tuvo a su primera hija, gracias a la cual retomó el contacto con su padre, ex jugador también de la NBA.
Su vida continuó, y su familia creció. A pesar de que en 2005 su mujer Vanessa sufrió un aborto natural, su segunda hija, Gianna, llegó poco después, en 2006 y durante algunos años la familia gozó de su buena racha, pero nada es eterno en esta vida.
Al igual que en su carrera deportiva, en la que gozó de dos épocas extraordinarias en las que ganó tres anillos seguidos en la primera junto a Shaquille O´Neil (1999-2002) y junto a Pau Gasol en la segunda (2009 y 2010), su matrimonio volvió a venirse a abajo en 2011, cuando su mujer pidió el divorcio.
Se separaron, y durante trece meses la reconciliación parecía imposible pero finalmente encontraron la fórmula y anularon su divorcio. «Todavía nos peleamos. No voy a decir que mi matrimonio es perfecto, eso no se lo cree nadie», reconoció el propio Kobe «pero si como atleta tengo que bajar el culo y trabajar, ¿cómo no voy a hacer lo mismo en mi vida personal, cuando afecta a mis hijos? No tendría ningún sentido».
Su Fundacion
Aparte de jugar al baloncesto, Kobe y su mujer tienen una Fundacion con la intentan mejorar la vida de aquellos jovenes y sus familias que necesitan ayuda, y lo hacen a través del deporte, formándoles además como líderes para que tengan un futuro mejor.
En la actualidad tienen tres proyectos en activo. ‘My friends place’, destinado a los jovenes sin techo que intentan sobrevivir en Hollywood.
‘Step Up on Second’, una iniciativa sin ánimo de lucro con sede en Santa Mónica que ayuda a las personas sin hogar desde 1984 con la creación de nuevas viviendas de apoyo.
Y su colaboración con HomeWalk anual de United Way, de la que Kobe Bryant ha sido su presidente honorífico por cuarto año consecutivo. En esta iniciativa se realizan eventos para recaudar fondos para los sin techo y para dar a conocer esta realidad a veces olvidada.