LGTBI: Vean lo que pretende hacer con sus hijos pequeños la ley totalitaria de Cifuentes

    La ley LGTBI aprobada en Madrid es una de las más totalitarias porque se carga la presunción de inocencia, impone la ideología de género en los colegios y reduce al ghetto a los heterosexuales. Alex Rosal, director de Religión en Libertad, lo denuncia: Hay libertad para abrazar la vida gay, pero no para salir de ella.

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    Cifuentes y la ley de antidiscriminación LGTBI
    Cifuentes y la "ley antidiscriminación LGTBI".

    La ley impulsada por el Gobierno de Cifuentes y aprobada por unanimidad en la Asamblea de Madrid es una de las más totalitarias aprobadas nunca en un Parlamento autonómico.

    Por su carácter injusto, excluyente y antidemocrático. Se lleva por delante pilares básicos de la democracia como la libertad educativa o el derecho a la presunción de inocencia, como hemos señalado en Actuall. 

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    Con la excusa de evitar la discriminación del colectivo LGTBI suprime y recorta derechos y libertades recogidos en la Constitución. E impondrá obligatoriamente en los colegios esas prácticas, saltándose a la torera el derecho de los padres a elegir la educación de los hijos.

    Así lo subraya el periodista Alex Rosal, director de Religión en Libertad, en un artículo titulado “Querer ser heterosexual”, al advertir al incoherencia que supone consagrar la libertad sexual pero solo para poder ser LGTBI (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales e intersexuales), nunca para ser heterosexual.

    Con la excusa de una supuesta protección a la diversidad sexual o a la ideología de género, lo que se pretende es imponer el pensamiento único: que todos piensen y se expresen de la misma forma; y para los rebeldes, multas. No hay sitio para los que piensen diferente.

    Por su interés reproducimos el artículo de Alex Rosal.

    «Nunca pensé que el Partido Popular pudiera mostrar tanto entusiasmo en votar una ley más propia de mentalidades totalitarias que de gente que ama la libertad.

    Es verdad que solo dos diputados peperos (David Pérez y Luis Peral) mostraron cordura en no sumarse a este aquelarre de modernos inquisidores, y se fueron al baño para no traicionar su conciencia…

    ¿Queremos matar nuestra democracia? Venga, muchachos, sigamos por este camino y lo acabaremos consiguiendo. Hoy va de la cuestión LGTBI (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales e Intersexuales), pero mañana, una vez abierta la puerta a recortar las libertades individuales, vendrán otros colectivos con la misma aspiración totalitaria: que se imponga una única manera de pensar en beneficio de una supuesta mejora en la convivencia…

    ¿Cuáles son las imposiciones totalitarias de esta ley? Hay muchas, pero nos centraremos en las más importantes para no cansar al personal.

    1.- Lo más terrible de esta ley es que penaliza y prohíbe que una persona quiera ser heterosexual. Se consagra la libertad sexual pero solo para poder ser LGTBI (Lesbianas, Gais, trans, bisexuales e intersexuales), pero nunca si se quiere ser heterosexual. Hay libertad para abrazar la vida gay, pero no para salir de ella. Curioso sentido de la libertad…

    Si una persona, mayor de edad y en el uso de su libertad personal, aspirar a ser heterosexual; no puede. Y si alguien le ayuda, le pueden multar con 45.000 euros.

    Conozco a muchas personas, tanto hombres como mujeres, que en su momento optaron libremente por vivir una vida gay y, tras no experimentar nada divertido en ello, decidieron libremente explorar otros caminos. Y libremente, sin que nadie les presionara, optaron por cambiar de vida y hacer un camino a la inversa. Pasaron de tener sentimientos homosexuales a sentir atracción por personas de distinto sexo.

    Son miles, y en Religión en Libertad hemos publicado decenas de testimonios de España y de otros países que dan buena fe de estas historias. Todo ello gracias a la llamada Terapia del Cambio, en dónde no hay ni asistencia médica-psiquiátrica, ni pastillas ni medicamentos por medio. Eso va de otro rollo, y hay literatura suficiente para saber de ella sin filtros ni manipulaciones.

    La ley preve multas de hasta 45.000 euros a quien pretenda modificar su orientación sexual virando hacia la heterosexualidad

    En el artículo 70, punto 4.c, de esta desdichada ley, prohíbe que los ciudadanos que viven en Madrid tengan la libertad de modificar su orientación sexual virando hacia la heterosexualidad, imponiendo además unas multas de 45.000 euros:

    (Infracción para) la promoción y realización de terapias de aversión o conversión con la finalidad de modificar la orientación sexual o identidad de género de una persona. Para la comisión de esta infracción será irrelevante el consentimiento prestado por la persona sometida a tales terapias”.

    2.- Esta ley se carga el principio de presunción de inocencia. Si te acusan de asesinato eres inocente hasta que no se demuestre lo contrario; si te acusan de ladrón puedes estar tranquilo ya que la parte acusadora lo tiene que demostrar, pero, ay amigo, si estás en Madrid y alguien del colectivo gay te acusa de algo, no es el acusador el que debe demostrar esa afrenta sino tú que eres inocente.

    En todos los demás ámbitos de la vida seguirá existiendo en Madrid la presunción de inocencia salvo para todo lo relacionado con el colectivo LGTBI (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales e Intersexuales). Un verdadero disparate jurídico y una puñalada a la igualdad de derechos.

    Esto es lo que dice la ley en su artículo 66: “En los procesos autonómicos, cuando el interesado aporte hechos o indicios razonables, fundamentados y probados por cualquier medio de prueba admitido en derecho, de haber sufrido discriminación por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género, corresponde a aquel a quien se atribuye la conducta discriminatoria, la aportación de justificación probada objetiva y razonable de las medidas adoptadas”.

    La ley obligará a todos los colegios de Madrid , tanto públicos, concertados como privados, a que el colectivo gay pueda adoctrinar a los ninos desde infantil

    3.- La ley vulnera el derecho de los padres de elegir la educación de sus hijos. Los políticos, una vez más, y da igual que sean del PP o de Podemos, siguen actuando como si creyeran que son ellos, y no los padres, los que deben elegir qué tipo de educación es la correcta para los más pequeños.

    "Juego" para la normalización del cambio de sexo entre los menores.
    «Juego» para la normalización del cambio de sexo entre los menores.

    Y con esa confusión de raíz, van a obligar por ley a todos los colegios de la Comunidad de Madrid, tanto públicos, concertados como privados, a que el colectivo gay pueda adoctrinar a los ninos desde infantil. Para ello, la administración madrileña pagará con dinero público las clases y talleres que deberán impartir los monitores de la LGTBI (Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales e intersexuales).

    Que por ley, de forma obligatoria y con amenazas de multas y retiradas de conciertos, todos los colegios y ninos de la Comunidad de Madrid tengan que ser educados en una ideología de género que es muy discutible en su enfoque antropológico, me recuerda al adoctrinamiento de la Formación del Espíritu Nacional, de tiempos del franquismo.

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