
El guión que Pedro Sánchez está interpretando para atraerse el voto de la izquierda radical está escrito hace más de diez años. Exactamente desde el primer Gobierno de Zapatero.
En su caso ni siquiera puede decirse que disimulara lo más mínimo. En 2004, a los pocos meses de convertirse en presidente del Gobierno, el líder socialista apadrinó la creación de la fundación Pluralismo y Convivencia, entidad que convirtió en emblema del laicismo durante su mandato.
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Suscríbete ahoraCreada por acuerdo de Consejo de Ministros de 15 de octubre de 2004, a propuesta del Ministerio de Justicia, Pluralismo y Convivencia ha colaborado con Europa Laica –que lideró la cruzada contra la presencia de los crucifijos en la vida pública- y con la mezquita Al Madina de Alcalá de Henares (Madrid), cuyo imán Abu Omar Hussein llegó a justificar la lapidación de mujeres adúlteras.

Esta fundación laicista también se volcó en la Alianza de Civilizaciones firmando convenios de colaboración con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, con el que editaron el libro Los otros mártires. Las religiones minoritarias en España desde la II República a nuestros días.
No es la primera vez que la izquierda en el poder defiende y difunde sus ideas y más tarde la derecha recibe y mantiene la herencia. En los presupuestos de 2012, el Gobierno de Rajoy concedió a Pluralismo y Convivencia 1,8 millones de euros. Un año después la cantidad fue de 1,5 millones, mientras que en 2014 la cantidad bajó ligeramente a 1,3 millones.
El solsticio de invierno sevillano
Y es verdad que en los últimos años el laicismo tiene cada vez más seguidores en las filas del PP. La hoy presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, presentó en 2012 una enmienda al congreso del Partido Popular pidiendo la retirada del término «cristiano» de la ponencia social en la que se definía al partido. Aquello no prosperó, pero fue un gesto sintomático de hacia dónde se dirige el PP.
Antes de que esta corriente impulsada por Zapatero fuera heredada por la derecha, algunos barones socialistas quisieron ser más zapateristas que el propio presidente abrazando el laicismo con fe de converso, sin duda, el método más rápido de acumular méritos con el jefe. A ese empeño se afanaron con entusiasmo cargos del PSOE en toda España.
Cristina Cifuentes presentó una enmienda al congreso del PP pidiendo la retirada del término «cristiano» de la ponencia social
Uno de ellos fue el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, que ya en el poder pronunció una frase que era toda una declaración de intenciones: «El laicismo y la aconfesionalidad son las señas de identidad de la izquierda que represento», dijo en 2003. Por ello no sorprendió que su ayuntamiento eliminara el término Navidad y lo cambiara por el de «solsticio de invierno». Así lo propuso el primer teniente de alcalde de Sevilla, Antonio Rodríguez Torrijos, de IU.
Uno de los padres de la Constitución y mentor intelectual del laicismo, el socialista Gregorio Peces-Barba, señaló en una entrevista en 2008 que fue un error «aceptar en la Constitución la mención expresa de la Iglesia Católica». Su opinión de los obispos no era precisamente la mejor: «Son enemigos de las libertades modernas, enemigos de la democracia».

Una década después, Podemos ha tomado el testigo al hacerse -a través de sus marcas blancas- con las alcaldías de algunas de las principales capitales españolas. Madrid, Barcelona, Zaragoza o La Coruña son testigos de la continuación de la herencia laicista que sembró Zapatero.
En el ayuntamiento de Madrid, el concejal Guillermo Zapata -Ahora Madrid- propuso la desaparición de la denominación religiosa de la Fiesta del barrio del Pilar de Madrid: la fiesta ya no se llama de la Virgen del Pilar, sino «fiestas populares del distrito de Salamanca».
Suprimir las misas
Además en el programa de las fiestas, Zapata incluyó las siguientes actividades: una gincana para ninos con el título Atrapa al banquero, talleres denominados La represión del Estado español, charlas feministas, sobre el movimiento obrero, la ley mordaza, etc, y una «comida a cargo del movimiento obrero».
Algo deben de tener los de Podemos contra la Virgen del Pilar, ya que en Zaragoza el alcalde Pedro Santisteve se negó a asistir a la misa pontifical de la festividad de la patrona. Un paso más dio la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, prohibiendo la misa en Montjuic en recuerdo por todas las víctimas de la Guerra Civil y suprimiendo la de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Merced, en el programa oficial de las fiestas.
No es la primera vez que Podemos y sus marcas se lanzan contra las expresiones de religiosidad popular. Los alcaldes de La Coruña, Ferrol y Santiago se negaron a participar en el homenaje de las ciudades al Santísimo Señor Sacramentado, en Lugo, y organizaron un acto paralelo, en homenaje a una mujer matemática. Pero no sólo eso. Durante la última celebración del día de Galicia, el alcalde de Santiago, Martiño Noriega, se negó a acudir a la ceremonia al declarar que el formato del acto no le agradaba.
Si en Madrid Carmena eliminó el nombre de las Fiestas de la Virgen del Pilar, en Barcelona Colau suprimió la misa de la patrona, la virgen de la Merced
Por supuesto, a esta moda -como a tantas otras- se ha apuntado Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE ha propuesto la eliminación de la religión en las escuelas como uno de los puntos fuertes del programa electoral con el que se presentará a las elecciones generales del 20 de diciembre.
La nueva cara del socialismo ha tirado de viejas recetas anticlericales en sus planes para la educación. «Es más importante que la Religión se pueda dar fuera del horario escolar, en la agenda de los gobiernos socialistas ha habido prioridades políticas, y la prioridad política de esta generación es reformar el Estado y convertirlo en un Estado laico«. En su lugar, Sáchez apuesta por introducir en el currículo escolar asignaturas como Educación para la Ciudadanía.
Aconfesionalidad y laicismo
No es ningún secreto, por tanto, que haya una ofensiva en España que no se conforma con el Estado aconfesional actual, sino que persigue un Estado laico en el que desaparezca de la vida pública cualquier vestigio de religiosidad.
El magistrado del Supremo José Luis Requero señala a Actuall que la aconfesionalidad no significa indiferentismo ante la realidad de la implantación en España de tradiciones de origen y raíz religiosa.
«No es que las distintas instancias públicas se declaren católicas -eso sí sería inconstitucional-, sino de que se hagan presentes en esas tradiciones. Hay unos usos oficiales y protocolarios perfectamente compatibles con la aconfesionalidad y que se plasman en la asistencia a actos propios de esas festividades», declara.
«Porque no se trata de que un ayuntamiento celebre sus fiestas en nombre de la Virgen porque se identifique con lo que representa, sino de que el ayuntamiento se identifique con las costumbres y tradiciones de sus ciudadanos», explica.
Hasta en la Sorbona de París hay una capilla
El juez Requero señala que la identificación con valores pretendidamente ‘neutros’ es ficticia. «En el ejemplo que del homenaje a una mujer matemática, no sé donde está escrito que los ayuntamientos se tengan identificar con las matemáticas. En fin, en todas estas actitudes hay mucho de ignorancia y paletismo del malo».
Por su parte, el abogado Javier Pérez-Roldán recuerda que un Estado aconfesional como el nuestro no adopta oficialmente ninguna religión como verdadera, pero ve de manera positiva el hecho religioso. Por eso, las pretensiones de los laicistas son bien claras: ocultar el hecho religioso. «Los de Podemos pretenden eliminar el factor religioso de las fiestas populares, ya que tratan de construir un estado laicista por la vía de los hechos, en realidad van más allá del laicismo», afirma a Actuall.
Uno de los mantras más repetidos por quienes aspiran a borrar cualquier huella religiosa de los espacios públicos es que en un Estado no confesional no se debe permitir la presencia, por ejemplo, de las iglesias en las universidades. Pero hasta en Francia -Estado laico- la Universidad de la Sorbona tiene una capilla. «En cambio, aquí ya sabemos por qué Rita Maestre quiere eliminar las capillas del espacio público», señala Pérez-Roldán.
«Los de Podemos tratan de construir un estado laicista por la vía de los hechos, en realidad van más allá del laicismo», dice Pérez-Roldán
La pregunta es inevitable: ¿hay alguna forma de parar la ofensiva laicista? Es complicado, asegura el abogado, porque habría que demostrar que el ánimo de esta gente es la persecución religiosa. «Es una realidad, pero penalmente hay que demostrarlo. Ellos hacen como Zapata ante el juez: ‘No era mi intención, no quería ofender’. En todos los ataques contra la religión, sus defensas judiciales han dicho que no tenían intención de ofender, y quedan absueltos».
Contreras: «La decisión de Colau, inconstitucional»
Sin embargo, hay casos flagrantes de inconstitucionalidad en esta oleada laicista. Por ejemplo, la prohibición de la misa de Montjuich por parte de la alcaldesa Colau. El catedrático de Filosofía del Derecho, Francisco José Contreras, afirma con rotundidad que esa prohibición es inconstitucional, ya que el art. 16.1 de nuestra carta magna garantiza la libertad de cultos sin otro límite que el mantenimiento del orden público, «contra el cual la misa evidentemente no atentaba. Me parece muy grave», declara a Actuall.
Otra cosa son el resto de gestos de «desafección a la tradición católica española». Contreras, asegura, que no se puede hablar de casos inconstitucionales, pero sí «estrambóticos (lo de cambiar ‘Virgen del Pilar’ por ‘distrito de Salamanca’), beligerantes, delatadores de un odio que, según parece, les resulta electoralmente rentable».
En opinión del profesor Contreras, es mejor que políticos como los de Podemos no participen en las ceremonias religiosas. «Casi prefiero que políticos como los de Podemos no participen en ceremonias religiosas de manera institucional. Ya me escandaliza ver a los alcaldes y mandatarios autonómicos de PSOE y PP en las procesiones del Corpus, por ejemplo. Es como mantener una fachada absurda y anacrónica de Estado católico, que evidentemente no se corresponde con la realidad».
Navarro-Valls: «El PSOE contradecería al Derecho»
El catedrático de Derecho Canónico y secretario General de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, Rafael Navarro-Valls, señala que el caso de España resulta una anomalía en el mundo occidental. «Ningún estado europeo o americano ha aprobado un conjunto de leyes similares a las españolas, que hayan alterado tanto la ecología social«, declara a Actuall.
El laicismo ha ganado terreno en España en las últimas décadas, especialmente, desde la llegada de Zapatero al poder. «Como dice un colega italiano, quisiera volver a meter a Jonás en el oscuro vientre de la ballena. El laicismo relega los sentimientos religiosos al plano privado, vetando su presencia en la plaza pública. Se olvida así que la belleza de la laicidad es que garantiza un espacio de neutralidad en el que germina el principio de libertad de conciencia y de libertad religiosa. Si deja de ser ‘neutral’ y trata de imponer una ‘filosofía’ por un camino legislativo, entonces ya no es lo que dice ser».
«El laicismo relega los sentimientos religiosos al plano privado, vetando su presencia en la plaza pública», dice Navarro-Valls
En opinión de Navarro-Valls, la medida de erradicar la enseñanza de la religión de la enseñanza pública y privada contradice el artículo 27.3 de la Constitución española que establece que «los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones».
«La Constitución no garantiza solamente que quien lo desea pueda dar a sus hijos la formación moral o religiosa que prefiera. El dictado constitucional reclama además que, en la programación educativa de la enseñanza institucionalizada, se incluya también esa formación religiosa acorde con las propias convicciones».

Hay que recordar que en aplicación de este precepto, los Acuerdos con la Iglesia católica de 1979 establecieron que los diversos niveles educativos de la enseñanza no universitaria incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los centros de educación.
La última ocurrencia de Pedro Sánchez de revisar los acuerdos del Estado español con la Santa Sede ha provocado un gran revuelo mediático y social. ¿Sería posible materializar esa amenaza? Rafael Navarro-Valls asegura que al ser un tratado internacional, es aplicable la Convención de Viena del año 1980 sobre derecho de los tratados. «En ella se dice que los Tratados que no tienen cláusula explícita que regule su propia extinción -como ocurre con los Acuerdos españoles- solamente pueden modificarse conforme a las disposiciones del mismo. Una denuncia-repudio sería contraria al Derecho internacional«.