
Un grupo de mujeres pertenecientes, de forma curiosamente unánime, al PSOE (Isabel Mastrodoménico, Rocío Blay Salces, María Ubago Moreno, Emilia Escudero…) presentó hace unos días una agencia de asesoría llamada COMUNICACIÓN Y GÉNERO en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid.
Lo más granado del feminismo “generista” arropaba esta nueva agencia de imposición de género a golpe de talonario con el especial “amadrinamiento” de la Fundacion Mujeres, lobby feminista del PSOE, vinculado a la Federación de Mujeres Progresistas, a la Asociación de Mujeres Jóvenes, a la Asociación de Mujeres Juristas Themis y a otros grupos de presión y discriminación del varón, de los que han salido mujeres tan poderosas y sectarias como poco preparadas para dirigir ministerios y organismos públicos de primer nivel. Recordemos con ninguna nostalgia a Elena Valenciano.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora«El poder de este entramado de lobbies de mujeres es paralelo al propio PSOE y actúa como grupo de presión fuera y dentro del partido»
El poder de este entramado de lobbies de mujeres es paralelo al propio PSOE y actúa como grupo de presión fuera y dentro del partido. La propia directora de la Fundacion Mujeres se sentaba en la mesa de la presentación para dejar clara la “adscripción PSOE” del nuevo monstruillo que nace.
Se veía, por la calidad física del material ofrecido a los asistentes, que el dinero no era un problema para esta nueva empresa privada de mujeres políticas pero apoyada por una ONG, Fundacion Mujeres, que pertenece de facto a un partido político que vive de los fondos públicos. Si siguen el hilo de la frase, encuentran el ovillo de la financiación.
Entre bromas y chascarrillos feministas, que son tan graciosos y tranquilizadores como cuando el lobo te enseña los dientes antes de comerte, nos contaron la imprescindible oferta de esta agencia de “asesoramiento en género”. Sus servicios consisten en ofrecer “perspectiva de género” (que es la forma “fisna” de decir ideología de género, para intentar evitar la evidencia de adoctrinamiento que tiene ese término) a medios de comunicación, empresas e instituciones públicas y privadas.
Para llevar a cabo su trabajo realizan labores de asesoría y “desarrollan programas formativos para que se incorpore la perspectiva de género, y se trabaje la responsabilidad social corporativa de las entidades en materia de igualdad”. No me digan que la frase no es mona. Aunque no se entienda.
«Que hay que poner tantas fotos de escultores barrocos como de escultoras barrocas, por ejemplo, y hablar del nuevo genocidio, la «violencia de género» o de la brecha salarial»
En román paladino, te hacen un estudio donde, después de contar la entrepierna de los trabajadores y de los materiales que sacas, desde libros hasta dibujos animados, te dicen que no están “fifty-fifty”. Que hay que poner tantas fotos de escultores barrocos como de escultoras barrocas, por ejemplo, y hablar del nuevo genocidio, la “violencia de género” o de la “brecha salarial”, venga a cuento, o no, en un manual de instrucciones de una tostadora.
Luego, vista tu situación “poco responsable corporativamente en materia de igualdad”, te ofrecen un taller dirigido a los trabajadores, a los que ilustran para detectar micromachismos, tonterías imperceptibles a las que dan importancia capital porque son las que siguen manteniendo a las mujeres en el “pozo de la opresión”.
Como para ver eso hay que colocarse en “modo microscopio” invitan a todos a colocarse unas gafas de género distorsionadoras de la realidad incrustadas en las narices para que perciban violencia de género, discriminación y opresión por todas partes.
Por ejemplo, si pides una caña y un zumo y ponen la caña a tu amigo varón, ves que no obedece al aprendizaje por probabilidad del camarero sino que, con las gafas moradas, descubres un micromachismo: que el camarero lo hace para oprimirte, discriminarte y llamarte “sana” mientras con la caña ensalza la figura del varón llamándole “borracho”. ¿O es un microfeminismo? Lo seguro es que es un microalgo muy micro.
«La única causa que admite el ‘gafoso de género’ es el machismo y el patriarcado opresor»
En el cursillo a Medios de Comunicación seguro que te incluyen la prohibición de “justificar”, por ejemplo, un feminicidio indicando que el asesino estaba en tratamiento de depresión, esquizofrenia o era alcohólico. Buscar las causas últimas de un presunto crimen “de género” es justificarlo porque la única causa que admite el “gafoso de género” es el machismo y el patriarcado opresor. Y que el asesino odiaba a las mujeres así, como entelequia, y “como odio a todas, pues mato a esta que la tengo cerca”.
Luego te pasan una minuta, que sospecho es abultada, por tan ingente trabajo y unas gafas de género que cuestan un ojo de la cara y que ya nos han costado el otro ojo y hasta el tercer ojo de Lobsang Rampa. Y no quiero seguir hablando de ojos que llegamos a muy mal puerto.
No cabe duda de que esta asesoría es imprescindible y un clamor popular avala su existencia. Por ello, la primera pregunta que se hizo a las empresarias fue “cómo se va a financiar este sorprendente negocio en una época de crisis y recesión”.
La respuesta es sencilla. Si se fijan en los posibles clientes, sobre todo organismos públicos, la “placa PSOE” abre la puerta a la contratación por parte de concejalías, ayuntamientos observatorios, empresas públicas, fundaciones… dirigidos por PSOE, claro, que invertirán en tan necesaria asesoría el dinero público que haga falta. Porque, a ver quién es el guapo que no está de acuerdo en que “se trabaje la responsabilidad social corporativa de las entidades en materia de igualdad”. Al precio que sea. De hecho, se vanagloriaron de que ya las había contratado la concejalía de un Ayuntamiento. Sin presentarse, aún, ni en sociedad. Con dinero público de ese que no es de nadie.
Y en el caso de empresas de aspecto privado, seguramente tras contratar los servicios de esta asesoría, se verán beneficiados por unas subvenciones públicas para los entes privados que introduzcan la “perspectiva de género” en sus programas formativos y organigramas.
Y me preguntarán ¿qué tienen que ver “los papeles de Urdanga” con este noble negocio? Ah, sí, “los papeles de Urdanga”, esos proyectos de asesoría, tan caros como innecesarios, que ofrecía a los organismos públicos de toda índole y que se le pagaban por ser vos quién sois y con dinero público de ese que no es de nadie y no duelen prendas soltar a los colegas. Pues no sé para qué los mencionaba. Se me ha ido el santo al cielo.