El uso del DIU y los implantes anticonceptivos no favorecen la salida de la pobreza de la mujer

    La experta cree que "las usuarios de anticonceptivos o para los no sexualmente activos en ambientes donde la norma de los compañeros es el sexo, 'no quedarse embarazada' requiere autodisciplina de una forma u otra, y esto, repetido insistentemente, se refuerza a sí mismo".

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    La píldora del día después se utiliza por muchas jovenes como un método anticonceptivo. / Flickr
    La píldora del día después se utiliza por muchas jovenes como un método anticonceptivo. / Flickr

    «Insertar a las mujeres pobres en el uso de anticonceptivos de larga duración puede provocar una generación mucho peor de personas pobres, sin las comodidades de la vida familiar«.

    Con esta frase, la articulista del diario The Federalist, Elisabeth Bauver, explica la relación directa que existe entre pobreza y uso de anticonceptivos. Así a través de un artículo, titulado ‘Cómo el integrar a las mujeres en la anticoncepción puede mantenerlas en la pobreza’ da a conocer estudios que avalan esta afirmación.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    Reproducimos por su interés el artículo publicado en The Federalist:

    Cómo llevar a las mujeres a la anticoncepción puede mantenerlas en la pobreza

    ¿Cuál es la «secuencia del éxito» en la vida? La investigación realizada por la Brookings Institution en 2013 lo definió como la espera para tener hijos hasta que uno cumpla con los siguientes criterios: terminar la escuela secundaria; obtener un trabajo a tiempo completo (o tener un cónyuge con uno); casarse.

    Según Brooking, «nuestra investigación muestra que, de los adultos estadounidenses que siguieron estas tres sencillas reglas, sólo el 2% está en la pobreza y casi el 75 por ciento se ha unido a la clase media (definido como la que gana alrededor de 55.000 dólares o más al año)».

    Más recientemente, el American Enterprise Institute reescribió los números en un informe de W. Bradford Wilcox y Wendy Wang, que concluye: «Finalmente, el 97% de los pertenecientes a la generación del milenio [también llamada Generación Y, generalmente se entiende como los nacidos en la década de 1980] que siguen lo que se ha llamado la ‘secuencia de éxito’… no son pobres al alcanzar sus primeros años de jóvenes adultos (entre los 28-34 años)».

    Algunos estudios critican la metodología y otros entendidos o políticas abogan por rechazar que haya que tener determinados trabajos, o que se derive algo bueno de la promoción del matrimonio, o que el  matrimonio sea un aislante contra la pobreza. Y parece que hay disputas sobre cómo se define «pobre».

    «LOS CRÍTICOS TAMBIÉN PARECEN DESCARTAR LA ADVERTENCIA DE QUE LA SECUENCIA DE ÉXITO COMPENSA A FINALES DE LA VEINTENA, EN LUGAR DE INMEDIATAMENTE»

    Obviamente, si su umbral es el nivel federal de pobreza, que es sólo ligeramente mayor para dos adultos que para uno (16.240 dólares frente a 12.060 dólares), contarán menos personas pobres que si usan múltiplos del nivel de pobreza para definir lo que constituyen «bajos ingresos». «Los críticos también parecen descartar la advertencia de que la secuencia de éxito» compensa a finales de la veintena, en lugar de inmediatamente.

    Así que vamos a esterilizar temporalmente a la gente

    Dicho esto, los progresistas dan la solución de disponer para todos un atajo en el camino hacia la secuencia de éxito: LARCs, o anticonceptivos reversibles de larga duración (DIU y los implantes anticonceptivos).

    Píldora anticonceptiva (Imagen referencial).

    En diversos grados, para facilitar estos componentes abogan por diversas acciones que van desde la disponibilidad de subsidios a cargo de los contribuyentes (lo que es ahora práctica general, y que constituía un objetivo clave del mandato anticonceptivo de la Ley del Cuidado Asequible de la Salud (Affordable Care Act), a promoverlos como opción «preferente» de las mujeres y adolescentes, para soñar con que cada mujer es automáticamente LARC’d [usuaria de estos anticonceptivos] hasta que esté lista para planificar su primer embarazo.

    SUS DEFENSORES GENERALMENTE ADOPTAN EL ENFOQUE DE QUE SER SEXUALMENTE ACTIVA ES UNA PARTE PERFECTAMENTE NORMAL DE LA ADOLESCENCIA

    Mi primera reacción instintiva es un «¡No!», porque sus defensores generalmente adoptan el enfoque de que ser sexualmente activa es una parte perfectamente normal de la adolescencia y de la edad adulta joven, algo para explorar y disfrutar sin límites, excepto de asegurarse que todas las partes cuentan con el consentimiento del otro (u otros). Pero ciertamente un simple «¡No!» no se va a admitir como un argumento creíble sin acompañarse de una reflexión más profunda.

    Después de todo, en un mundo perfecto, el uso generalizado de LARCs ofrecería en potencia el acabar prácticamente con los embarazos no planificados, ya sea de adolescentes o de mujeres adultas, que no están preparadas, financieramente o emocionalmente, para tener un niño; y eso es algo bueno, ¿no? Y nada impide que una niña o que una mujer que quiera seguir las enseñanzas de su religión sobre la sexualidad lo haga, incluso si un LARC elimina prácticamente una de las consecuencias de no hacerlo.

    Las consecuencias inesperadas de aumentar el riesgo moral

    Pero los anticonceptivos universales se acompañarán de algunas consecuencias no deseadas. Entre los adolescentes, al menos un estudio ha demostrado que los adolescentes son menos propensos a usar condones cuando la niña está usando un LARC, y que esas niñas también han tenido más parejas sexuales que los usuarios de otras formas de anticoncepción.

    Es cierto que lo que causa y el efecto en concreto -ya sea que usar un LARC provoque que las niñas adolescentes tengan relaciones sexuales con múltiples parejas, o que las niñas que ya tienen múltiples parejas busquen LARC- no se identifica en el estudio, pero en un tiempo en el que los diagnósticos de ETS (clamidia, gonorrea y sífilis) figuran en un máximo históricoexiste el riesgo serio e inmediato de transmitir a los adolescentes y a los adultos jóvenes la idea de que se han terminado sus preocupaciones sobre el sexo.

    EL ESTUDIO SUGIERE QUE LA RESPUESTA A ESTE PROBLEMA SEA LA DE MÁS EDUCACIÓN, PARECE CONTRARIO A LA NATURALEZA HUMANA IMAGINAR QUE A LA GENTE QUE RECIBA LO QUE ELLOS DICEN

    Mientras que el estudio sugiere que la respuesta a este problema sea la de más educación, parece contrario a la naturaleza humana imaginar que a la gente que reciba lo que ellos dicen que es un dispositivo para eliminar cualquier necesidad actitud de responsabilidad continuada, indicando con frecuencia que simplemente no es posible estar suficientemente seguro usando otros métodos, se les inste al mismo tiempo a adoptar como medida continuada el uso de condones.

    Aquí reside otra preocupación: ¿qué sucede con las chicas que no deben o no pueden usar estos anticonceptivos? En un estudio realizado en 2017, el 25 por ciento de las mujeres que recibieron LARC lo interrumpió en algún momento durante los dos primeros años.

    Queriendo evitar el parecer exagerar la incidencia, una parte significativa de las mujeres que prueban estos métodos encuentra los efectos secundarios demasiado desagradables como para continuar.

    Una adolescente con un test de embarazo
    Una adolescente con un test de embarazo

    Añade a las mujeres que simplemente objetan a tener un dispositivo o un medicamento insertado en ellas, o el ser objeto por tiempo indefinido de la administración de hormonas artificiales y productos químicos a sus cuerpos, y las que los rechazan debido a la incertidumbre sobre si estos métodos impiden la implantación en lugar de la concepción (por no mencionar, asimismo, a las mujeres que optan por no usar ningún tipo de anticonceptivo artificial), y básicamente dividirás a la población femenina en dos: las que podrían quedar embarazadas y aquellas para las cuales el embarazo es altamente improbable.

    ¿Hasta dónde llegaría la presión del grupo anterior para que usaran los LARC? ¿Hasta qué punto se minimizaría su incomodidad personal por el » bien superior» de evitar embarazos no planificados? ¿Y cómo cambiarían las relaciones con los hombres, para ambos grupos, si perciben al último grupo como «sexualmente disponible»?

    NINGUNO DE LOS PROGRAMAS QUE HAN PROCURADO INCREMENTAR EL USO DE LARC HAN EVALUADO SI LA REDUCCIÓN DE EMBARAZOS HA ALCANZADO DE HECHO EL OBJETIVO DE CAPACITAR A ESTAS MUJERES EDUCATIVAMENTE

    Finalmente, tras todo esto, ¿veríamos realmente una generación de jóvenes sacados de la pobreza? Hasta donde yo sé, ninguno de los programas que han procurado incrementar el uso de LARC (por ejemplo, en San Louis y en Colorado) han evaluado si la reducción de embarazos ha alcanzado de hecho el objetivo de capacitar a estas mujeres educativamente o a formar parte de la clase media, o si son sólo «menos pobres» en el sentido estricto de que la necesidad de cuidar a un niño requiere más dinero que el sustentarse a sí mismo. En el mejor de los casos, comenzaremos a ver estos resultados favorables cuando haya transcurrido bastante tiempo.

    Los LARC pueden cortocircuitar la secuencia de éxitos

    Pero hay otra posibilidad, y es que el uso de LARC «cortacircuite» la secuencia de éxito. Para los usuarios de píldoras o preservativos, o para los no sexualmente activos en ambientes donde la norma de los compañeros es el sexo, «no quedarse embarazada» requiere autodisciplina de una forma u otra, y esto, repetido insistentemente, se refuerza a sí mismo. 

    Alternativamente, las niñas pobres que pasan su adolescencia y años de juventud adulta sin un embarazo pueden tener éxito no a causa de su falta de hijos, sino por las mismas características personales que les permitieron evitar el embarazo. El consentimiento para tener un implante o DIU no es lo mismo. Quizá la «ausencia de embarazo» pueda significar poco aislamiento.

    Una adolescente embarazada.

    De hecho, se está realizando en estos momentos un cierto experimento natural en las ciudades de América: si lo que está frenando a las mujeres jóvenes pobres es el embarazo no planificado, y los jóvenes pobres no están sujetos a las mismas limitaciones (la obligación inconsistente de pagar manutención no  es lo mismo que la necesidad de ser el cuidador directo), entonces ellos deberían estar millas por delante de sus hermanas y novias. 

    Pero no lo están: en Chicago, casi la mitad de los negros jóvenes (el 47 por ciento de los jóvenes de entre 20 y 24 años) son lo que se llama NEET (sin empleo, educación ni preparación). ¿Y las mujeres negras? A pesar de la mayor barrera del embarazo y la crianza de los hijos, sólo el 35 por ciento son NEET.

    Incluso si estas mujeres, ahora «liberadas» del riesgo de embarazo, terminan la escuela secundaria e incluso la universidad, es sólo la mitad de la ecuación. (Sí, los progresistas tienen algo de razón) ¿Hay suficientes empleos con tasas de salario de «clase media»? ¿Quién realiza los trabajos mal pagados que todavía existen, y no pueden globalmente ocuparse por adolescentes que trabajan a tiempo parcial, o por jubilados, o por estos jóvenes, que trabajan con sueldos bajos sólo temporalmente hasta que salen adelante, o por otros que no “necesitan” un salario de apoyo familiar?

    Si continuamos invariablemente apoyando a los trabajadores que perciben pagas bajas con suplementos salariales de uno u otro tipo cuando tienen hijos, es poco honesto prometer a los pobres una vida sin pobreza

    Porque si continuamos invariablemente apoyando a los trabajadores que perciben pagas bajas con suplementos salariales de uno u otro tipo cuando tienen hijos, es poco honesto prometer a los pobres una vida sin pobreza si sólo si casan y retrasan el tener hijos, tan deseables como serían estas acciones.

    Aunque estar casado todavía goza de todo tipo de beneficios -dos ingresos, gastos de vida compartidos, una educación estable y un padre involucrado con los niños- esto es sólo una parte de la solución.

    Pobreza en Cuba

    O si la esterilización reversible de facto de las mujeres pobres simplemente significa que son pobres y sin hijos, no pueden pretender eliminar su dispositivo, todo en lugar de convertirse en madres pobres, entonces quizá hemos resuelto un problema. Tal vez hemos «roto el ciclo de la pobreza», pero todavía tenemos una generación de pobres que pueden estar peor si la «solución» a la pobreza, para ellos, es excluirles de la oportunidad de las comodidades de la vida familiar.

    No puedo predecir el futuro. Ningún resultado está comprobado de una u otra manera. Sólo puedo ser muy cautelosa al considerar el LARC como una cura fácil y segura para la pobreza.

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