Fuera de promesas de campaña y de la agenda legislativa, los grupos liberales presionan a Andrés Manuel López Obrador para legalizar el aborto y las drogas.
Traen prisa y buscan modificar las leyes en los tres meses de interregno entre septiembre, cuando inició una nueva Legislatura federal y diciembre, cuando López Obrador rinda protesta como nuevo gobernante.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEn el nuevo Congreso, Morena y sus aliados tienen la mayoría para aprobar los cambios constitucionales e imponer una agenda a favor de la cultura de la muerte, pero el hoy presidente electo se ha colocado en una línea de flotación en donde no define su posición sobre esos temas.
Ninguno de los puntos de la agenda liberal formó parte ni de las promesas de campaña ni del discurso que dio como triunfador el primero de julio.
Tampoco forma parte de las acciones prioritarias de su gobierno, las cuales, hasta ahora, están enfocadas en redinamizar la economía del país; reducir los privilegios y los márgenes de corrupción en las esferas oficiales.
Las organizaciones ciudadanas defensoras de la vida y la familia han convocado a una serie de movilizaciones este 20 de octubre en 120 ciudades de todo el país
Sin embargo, esos grupos incrustados en los principales partidos, Morena, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y hasta el conservador Partido Acción Nacional han escalonado la presión hacia el nuevo régimen.
Han presentado, a través de distintos partidos, iniciativas encaminadas a que se reconozca el aborto como “un derecho humano” dentro de las primeras 12 semanas de gestación; también lo han propuesto sea reconocido el aborto como un “derecho sexual y reproductivo” sin plazos para ser practicado; han planteado modificar leyes administrativas para obligar a imponer el reconocimiento de los enlaces entre personas del mismo sexo.
Aliados con el PRI, su supuesto rival acérrimo, también han propuesto la legalización de la producción de la goma de opio con “fines medicinales”.
Todo eso en menos de seis semanas.
Ello ha vuelto a alertar a las organizaciones ciudadanas defensoras de la vida y la familia que han convocado a una serie de movilizaciones este 20 de octubre en 120 ciudades de todo el país. Aglutinadas en la Ola Celeste realizarán concentraciones, movilizaciones, festivales artísticos y hasta actos religiosos.
El espíritu del 2016, cuando cerca de un millón y medio de personas salieron a la calle en defensa de la familia, resurgió y se distribuyó por todo el territorio mexicano.
La respuesta de los liberales ha sido enviar a un prominente veterano del viejo régimen, hoy presidente del Congreso y diputado de Morena, Porfirio Muñoz Ledo, quien ha reiterado la intención de presentar otra iniciativa de despenalización del aborto.
Su tiempo se les agota, saben que después del 1 de diciembre López Obrador estará sujeto a otro tipo de presiones, entre ellas, una fundamental la del gobierno de Donald Trump. Hasta ahora, la agenda de Trump en materia de vida y drogas es contraria a López Obrador, pero éste aún no puede tomar decisiones de Estado.
Internamente, aunque Morena y sus aliados cuentan con los votos suficientes en el Congreso para aprobar modificaciones constitucionales, el mosaico de grupos e intereses que representa los legisladores parecen impedir una cohesión en torno a esos temas.
De aprobarlo antes del 1 de diciembre, López Obrador recibiría un país dividido, enconado en un tema históricamente rechazado por la mayoría de los mexicanos.