Carles Puigdemont, líder de la rebelión separatista en Cataluña/Efe
Carles Puigdemont, líder de la rebelión separatista en Cataluña/Efe

Con el respaldo de las urnas a Puigdemont, la economía se echa a temblar. La primera en la frente: el Ibex ha caído un 1,61% por la incertidumbre generada en Cataluña; la prima de riesgo sube hasta los 110 puntos básicos y el bono a 10 años cotiza por encima del 1,5%.

Significativamente los valores más castigados son los que tienen grandes intereses en Cataluña, liderados por la banca: Caixabank retrocede un 3,6%, seguida de Sabadell que se deja un 3,5%.

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Pero esto es solo el principio. Si algo hace temblar al dinero es la incertidumbre. Y con un previsible Gobierno de «indepes», está asegurado el pánico de los inversores. Si la situación ha sido catastrófica para las empresas y el empleo de Cataluña durante los tres meses que van desde el referendum del 1-O hasta los comicios, lo seguirá siendo con un Ejecutivo presidido por el golpista Puigdemont. 

¿Quién va a querer invertir en Cataluña, cuando el éxodo de empresas (cerca de 3.000) ha sido la tónica y lo puede seguir siendo?

¿Quién va a querer invertir en Cataluña, cuando el éxodo de empresas ha sido la tónica y lo puede seguir siendo?.

Las cifras son las que son. Han abandonado esa comunidad autónoma 3.000 empresas, que representan el 85% de la capitalización de ese mercada, lo que representa el 36’5% del PIB.

Y la onda expansiva afecta a la economía nacional. La crisis catalana podría costar 27.000 millones de euros hasta 2019. El Banco de España preve una caída del PIB nacional de entre el 0’3% y el 2’5% hasta 2019, si la crisis persiste. Y a tenor de los resultados del 21-D va a persistir.

En una entrevista que ElConfidencialdigital.com Clemente Polo, catedrático de Economía de la Autónoma de Cataluña asegura que si los independentistas vuelven a la Generalitat, Cataluña entrará en recesión, y continuará la fuga de empresas, y los golpes al turismo y la hostelería.

En 2014 el pronosticó la Declaración Unilateral de Independencia, la aplicación de artículo 155 y el encarcelamiento y procesamiento de los golpistas. ¿Acertará también en esto?

La OCDE ha ofrecido sus previsiones de crecimiento de España y las ha situado en el 2,3%, un 0,1% menos, pero ha alertado de que esas previsiones podrían empeorar en caso de que se alargue el conflicto catalán.

Y en esa misma línea se ha mostrado la consultora británica Oxford Economics que afirma que la reducción del crecimiento del PIB español podría ser del 1,1% en 2018, lo que supondría unas pérdidas de 17.000 millones. Aunque también ha alertado de que esa situación podría agravarse en casa de que el conflicto catalán se prolongue.

Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ya ha advertido que la crisis catalana afectará a la previsión de España en tres décimas. Pero ha asegurado que el impacto será todavía mayor en la economía catalana, que pasará a formar parte de la cola del pelotón de las autonomías. Pasará de un crecimiento superior al 3% de 2017, a la mitad en 2018, junto a Extremadura y Asturias.

Durante las últimas semanas han aparecido continuamente datos macroeconómicos que explican que toda esta situación ha tenido no uno, sino dos perdedores: España y Cataluña. Algo comprensible teniendo en cuenta que aunque algunos no lo quieran, la unión entre ambas es intrínseca, y el daño que recibe una, repercute en la otra.

La unión entre España y Cataluña es tal que el daño que recibe una, repercute en la otra

Dos claros ejemplos. Uno ya es una realidad, el otro podría serlo. El conflicto en Cataluña ha provocado que Barcelona y España hayan perdido la sede de la Agencia del Medicamento. Ese traslado, que era tan claro hace unos meses, se ha malogrado gracias al conflicto.

Los criterios técnicos se cumplían de manera sobrada y la sede elegida ya estaba dispuesta para recibir la mudanza al día siguiente de la aprobación. Pero la inestabilidad generada a raíz de la Declaración Unilateral de Independencia ha llevado al traste todas las opciones. La ciudad ganadora iba a acoger a los 900 empleados de la Agencia, a 36.000 expertos que anualmente acuden a sus congresos y el presupuesto de 322 millones con el que cuenta.

El segundo caso es el del Mobile World Congress. El consejero de la GSMA, organizadora del Congreso de Móviles, anunció hace unas semanas que si la situación de Cataluña no se normaliza, la empresa se plantearía cambiar de sede en 2019, pues el evento necesita “seguridad y estabilidad política”, afirmaba.

La empresa que organiza el Mobile World Congress se plantea cambiar de sede si no hay seguridad ni estabilidad política

El impacto económico de este evento se cifró en 465 millones de euros y generó 13.200 puestos de trabajo temporales. En caso de huida, todo eso se perdería y nada da a entender que el congreso fuera a tener lugar en otra ciudad española, por lo que la pérdida sería, una vez más, para Cataluña y para España.

  1. Caída del PIB nacional 

El PIB nacional se resentirá en alrededor de 14.000 millones de euros y se perderán cientos de miles de puestos de trabajo, lo que se suma al destrozo en Cataluña, que verá mermada la riqueza de su economía en 11.540 millones después de que las 62 principales compañías hayan trasladado su sede fuera de esta comunidad.

  1. Huida de empresas

Durante estos dos meses desde la votación el día del referéndum, cerca de 3.000 empresas han abandonado Cataluña y han situado sus sedes sociales en otros puntos de la geografía española. Y pese a que con la aplicación del artículo 155, se ha detenido la hemorragia, todavía sigue habiendo un goteo que podría volver a incrementarse dependiendo del resultado del 21-D y de las declaraciones de los políticos independentistas -cuando el ex presidente Puigdemont pidió un referéndum en Cataluña para salir de la Unión Europea-.

La Bolsa española también se ve afectada por la incertidumbre de los resultado del 21-D / EFE
La Bolsa española también se ve afectada por la incertidumbre de los resultado del 21-D / EFE

De esta manera, Cataluña pierde centros de decisión estratégicos, que en muchos casos no tienen pensado volver. Las últimas en anunciar su cambio de sede social el martes, 5 de diciembre, han sido la empresa de embutidos Argal, la filial española de Pirelli y AC Marca, compañía que tiene marcas como Norit o Ceys. Recordemos las más destacables –y que han destacado, en su mayoría, que la decisión de irse de Cataluña no es temporal-: Gas Natural (a Madrid), Sabadell (a Alicante), CaixaBank (a Valencia), Abertis (a Madrid), Pastas Gallo (a Córdoba), Codorniu (a La Rioja), Bimbo (a Madrid), Grupo Planeta (a Madrid) y Allianz Seguros (a Madrid).

Cataluña pierde centros de decisión estratégicos, que en muchos casos no tienen pensado volver: Gas natural, Sabadell, caixabank, planeta…

La salida de empresas, como indica Javier Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios, ha sido «un enorme baño de realismo». Los ciudadanos deben saber que, de porfiar en el disparate secesionista tras las elecciones del 21-D, España se verá abocada a un deterioro económico de graves consecuencias. Los causantes de este desastre son los líderes independentistas, pero la factura ya la están pagando empresas y trabajadores.

  1. Pérdida real de empleo

Pero no sólo son cambios de sedes sociales. En muchos casos, supone también un traslado de equipos que, poco a poco, se va produciendo. Quizás de ahí se entienda que Cataluña registrara en octubre la mayor subida del paro desde 2008, lo que se ha confirmado con los datos de noviembre, ya que Cataluña ha registrado la primera caída en número de afiliados a la Seguridad Social desde hace cuatro años. También es la primera vez que Cataluña destruye empleo en noviembre sin que haya una crisis económica.

  1. Pérdidas en la facturación del sector de la restauración

El último dato que se tiene del lunes 4 de diciembre son las pérdidas en los bares -ese lugar típicamente español, y por lo tanto también catalán-. Según datos de la consultora NPD Group, las pérdidas por la caída de ventas en el sector de la restauración es de 71 millones de euros. Esto se debe a que, ante la incertidumbre que se vive en estos meses pasados y los venideros, la gente ha preferido quedarse en casa antes de ir a comer o cenar fuera. Si «se toma como referencia el comportamiento objetivo del sector en el mes de octubre y se compara con el crecimiento del trimestre anterior, lo que se aprecia es una caída en las ventas valorada en 71 millones», ha señalado.

Caídas de ventas en bares, en comercio minorista y grandes superficies, del turismo… y subidas del paro

Si el trimestre anterior el sector crecía a un ritmo del 2,6% (en septiembre lo hizo un 2,3%), en octubre, cuando el conflicto catalán vivió su punto álgido, el avance fue nulo (0,1%). Este impacto se concentra sobre todo en el noreste del país y sólo incluye el gasto nacional (que supone el 83% del total), no el del turismo. Si se contara éste último, las pérdidas serían todavía mayores.

  1. Caída de ventas del sector minorista…

Esos datos en el campo de la restauración también se perciben en el comercio minorista. Según datos que ofreció el Instituto Nacional de Estadística, las ventas en el comercio minorista cayeron en el mes de octubre un 1,2% a nivel nacional en tasa interanual. Pero esa caída era más acentuada en Cataluña donde las ventas disminuyeron un 3,9% en relación al mismo mes de octubre de 2016.

  1. …Y también en las grandes superficies

Pero no sólo el comercio minorista se ha visto afectado. También las grandes superficies han notado esa caída. Según datos de Idescat, el Instituto Nacional de Estadística de Cataluña, en el pasado mes de octubre las ventas en grandes superficies han descendido un 12% en relación con el mismo mes de 2016. Esa bajada ha sido mayor en los productos no alimentarios, con unas pérdidas del 15,5%, mientras que en los productos de alimentación, el descenso sólo ha sido del 6,3%.

  1. El turista no quiere ir a Barcelona

Otro dato: el turismo. Durante el mes de octubre, el número de turistas extranjeros en Cataluña ha disminuido en un 4,7%, en comparación con los mismos datos de 2016, y en un 10,8% en comparación con el mes de septiembre que había tenido un crecimiento del 6,1%. Es la única autonomía entre las grandes receptoras que pierde turistas. Y cómo no, eso afecta también al resto de España porque muchas veces Cataluña es la puerta de entrada al turista extranjero que quiere visitar después otras partes del país. Si esa puerta no está clara, muchos visitantes optan por acudir a otros países.

turismo mata CUP
Pintada contra el turismo aparecida en un bus turístico de Barcelona / Twitter de la CUP

Y en el turismo nacional, los datos del Imserso, también son claros. Pese a que Cataluña ha sido siempre uno de los destinos preferidos de los jubilados españoles, la situación actual ha provocado unas caídas del 50% en las reservas. Por primera vez en muchos años, Cataluña no ha cubierto sus plazas.

La OCDE ha ofrecido sus previsiones de crecimiento de España y las ha situado en el 2,3%, un 0,1% menos, pero ha alertado de que esas previsiones podrían empeorar en caso de que se alargue el conflicto catalán.

Y en esa misma línea se ha mostrado la consultora británica Oxford Economics que afirma que la reducción del crecimiento del PIB español podría ser del 1,1% en 2018, lo que supondría unas pérdidas de 17.000 millones. Aunque también ha alertado de que esa situación podría agravarse en casa de que el conflicto catalán se prolongue.

Por su parte, la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ya ha advertido que la crisis catalana afectará a la previsión de España en tres décimas. Pero ha asegurado que el impacto será todavía mayor en la economía catalana, que pasará a formar parte de la cola del pelotón de las autonomías. Pasará de un crecimiento superior al 3% de 2017, a la mitad en 2018, junto a Extremadura y Asturias.

9. «España nos roba»… pero paga nuestras facturas

La manida frase de «España nos roba» se ha convertido en un mantra que repiten los independentistas. Sin embargo, el Gobierno español ha estado financiando a la Generalitat y salvando de la quiebra a las administraciones más endeudadas.

Es más, en los últimos diez años, los intereses provocados por la deuda de la Generalitat han costado al Estado más de 13.000 millones de euros, y se prevé que en 2017, la factura se elevará a otros cerca de 1.000 millones. Y no es nada: el recibo será de cerca de 9.000 millones en 2018 entre amortizaciones e intereses.

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