Refugiados
Llegada de refugiados en una estación de tren de Alemania. / EFE

Los servicios secretos internos alemanes han observado con preocupación el aumento de intentos de los islamistas por reclutar nuevos yihadistas entre los refugiados que llegan al país.

«Hasta ahora hay más de 340 casos de los que hemos tenido conocimiento», ha señalado el presidente de los servicios secretos del Interior, Hans-Georg Maassen. «Sin embargo, estos son sólo de los que nos hemos enterado. Probablemente haya más casos», apuntó.

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Maassen explicó que los servicios secretos germanos están en contacto con los responsables de los centros de refugiados para transmitirles el problema y les han proporcionado información. «Nos causa preocupación que los salafistas y otros islamistas hagan promoción en los centros de solicitantes de asilo», asegura.

«Como es sabido hay entre los refugiados muchos hombres jovenes de confesión sunnita. Proceden con frecuencia de un ambiente islámico conservador y los viernes quieren ir a una mezquita de habla árabe», entre las que hay un gran número de mezquitas salafistas e islamistas en Alemania.

Comandos terroristas

El presidente de los servicios secretos del Interior advierte, asimismo, de que el contacto con estas mezquitas constituye el preludio de la radicalización. «Eso es peligroso. Por ello hemos puesto bajo vigilancia a un gran número de ellas», explicó. «En Alemania la comunidad de mezquitas de habla árabe no está organizada. Por eso, el Estado alemán tiene poca capacidad de influir».

Respecto de los recientes atentados en Baviera, Maassen ha recordado que ya hubo ataques islamistas en Alemania antes de los de Ansbach y Wurzburgo, contra un policía federal en Hannover y contra un templo sij en Essen. «La lección que se puede extraer de esto es que no debemos concentrarnos sólo en Estado Islámico y el posible envío de comandos terroristas a Europa, como en París o Bruselas, sino que también pueden ser atacantes solos, que se hayan radicalizado o que hayan recibido una orden«, afirmó.

Para el responsable de los servicios secretos una de las dificultades se encuentra también en la vigilancia de las comunicaciones de los islamistas. «El problema fundamental es que no sabemos la persona a la que escriben», dijo, y recordó los grandes obstáculos legales para poder leer o escuchar una comunicación en tiempo real. Descifrar los contenidos sigue siendo un gran problema, apuntó.

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Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.