El congreso mexicano podría debatir hoy una ley que criminaliza las llamadas terapias de conversión, es decir el tratamiento psicológico y/o profesional del colectivo LGTB. Una violación de la libertad profesional, la libertad de cátedra y de la libertad de expresión.
Así lo expresó en el mismo Congreso el presidente del Frente Nacional por la Familia de México. Rodrigo Iván Cortés. Por su interés reproducimos íntegramente sus palabras:
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Suscríbete ahoraEstimado presídium, permítanme compartirles, desde esta Cámara de Diputados, el contenido del desplegado que ha sido publicado en medios nacionales el día de hoy tanto por el Frente Nacional por la Familia como por Iniciativa Ciudadana y cientos de organizaciones sociales de toda la República Mexicana.
“Legisladores de todos los partidos, con la iniciativa que pretende crear nuevos delitos contra la identidad sexual o identidad de género, adicionando un artículo 209 Ter. en el Código Penal Federal, se estaría criminalizando a padres de familia, maestros, ministros de culto, funcionarios públicos y comunicadores con una simple denuncia de alguien que considere, subjetivamente, que se le está, y cito, “obstaculizando, restringiendo, impidiendo, menoscabando, anulando o suprimiendo su orientación sexual, identidad o expresión de género”, con penas que van de los 2 a los 24 años de cárcel.
La mala redacción de esta iniciativa radica en su ambigüedad. El término “cualquier práctica” es tan amplio que puede abarcar cualquier expresión. Los términos “obstaculizar, restringir, impedir, menoscabar, anular, suprimir” son sumamente subjetivos y ambiguos.
La ambigüedad en la ley va en detrimento de los derechos ciudadanos y en beneficio de decisiones arbitrarias del poder. Lamentablemente, ya hemos visto cómo se están usando este tipo de términos y procedimientos para perseguir a personas en los ámbitos de la sociedad civil, medios de comunicación, educación, salud, religión, e incluso, contra legisladores, tanto del mismo régimen como de la oposición.
De aprobar esta iniciativa, se estaría convirtiendo a México en el peor país en el mundo en cuanto a respeto a libertades fundamentales se refiere, ya que se instalaría un régimen de terror contrario al ejercicio profesional de la salud, la libertad de expresión, la libertad de religión y la libertad de cátedra”.
A partir de este desplegado nacional les hacemos 2 preguntas. Primero, para los legisladores de la 4T: ¿quieren que éste sea el legado del gobierno de López Obrador? ¿con esta pésima señal de autoritarismo quieren que arranque su candidata presidencial Claudia Sheinbaum?.
Para los legisladores de oposición del PAN, PRI y PRD, ¿quieren ser cómplices de una iniciativa que criminaliza a padres de familia, profesionales de la salud, maestros, ministros de culto, comunicadores y funcionarios públicos?, ¿quieren que esto defina el talante de su candidata presidencial Xóchitl Gálvez? La diputada Anabey García Velasco ya nos adelantaba la respuesta por parte de su Grupo Parlamentario, el de Acción Nacional, que está en rechazo de este tipo de iniciativas que pretenden cancelar libertades fundamentales.
Esta iniciativa va en el mismo sentido, aunque de manera encubierta, que la iniciativa presentada en esta misma Cámara con una persona disfrazada burlonamente de obispa o papisa para modificar el artículo 29 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, que pretende sancionar a los ministros de culto y personas de fe por, y cito “ejercer actos de discriminación con motivo de la identidad sexual o expresión de género de las personas”. ¿Notan alguna relación?
Ambas iniciativas constituyen severas violaciones a la libertad de expresión y a la libertad religiosa, ya que se pretende criminalizar la proclama y la enseñanza de lo contenido en las sagradas escrituras, y en específico en materia sexual y familiar, que va desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, desde el Génesis hasta el Apocalipsis, contraviniendo los dispuesto en el artículo 24 Constitucional donde se reconoce que, y cito, “toda persona tiene derecho a la libertad de convicciones éticas, de conciencia y de religión”.
Estas iniciativas van en contra de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en contra de tratados internacionales, además, contravendría el principio de autonomía expresado en el artículo 25 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que en su párrafo segundo dice: “las autoridades federales, estatales y municipales no intervendrán en los asuntos internos de las asociaciones religiosas”
Y, sin embargo, ahí están las iniciativas como la del Congreso de Guerrero, que quieren intervenir en las iglesias para meter criterios de género…
Mientras el crimen real, la violencia real, se come a la población a mordidas, hay legisladores que quieren inventar crímenes, inventar violencias; mientras no se combate al crimen organizado que ejerce una violencia real, se quieren inventar delitos para acallar las libertades fundamentales de los ciudadanos con iniciativas de ley como las de “violencia simbólica”, “discursos de odio”, “nuevos delitos de género” que van contra las libertades fundamentales de expresión y de religión.
Estamos ante la mentira totalitaria, estamos ante el esfuerzo de reinstalar el mito del estado totalitario, que pretende disponer todo de todos, la vida y la muerte, quien puede decir qué y cómo. Ese mito ya fue superado y desmitificado por el legado cristiano, “dad al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Con este tipo de iniciativas quieren emprender una guerra contra la realidad y su Creador, una guerra contra la verdad, una guerra contra la ley natural, una guerra contra la ley divina, que no es otra cosa más que una guerra contra la razón y la fe.
Quisiera terminar con algunas citas de un mexicano que fue perseguido y asesinado por defender la libertad religiosa hace casi cien años, Anacleto González Flores, que decía “un pueblo que rompe entre sus manos el respeto y el amor a Dios y se entrega a los delirios de la impiedad, queda convertido en una fiera, en un monstruo que no reconoce más norma de conducta que sus locuras, que sus deseos y sus pasiones” y nos recuerda las palabras de aquel revolucionario francés, Louis Blanc que, ante la barbarie de la época del terror de esa Revolución dijo: “lo que en la sociedad se le resta a la soberanía de Dios, se le otorga a la soberanía del verdugo”.
Anacleto también advertía, “ahí, donde el elemento religioso va debilitándose y extinguiéndose, se va preparando una época tormentosa, en que unas veces rugirán triunfantes las pasiones de las muchedumbres y, casi siempre, resonará imponente y despótica la voz de los tiranos”…
Pero culmino con esto de Anacleto: “y así es como la razón y la experiencia nos llevan a la conclusión de que ahí donde perece la religión la libertad es imposible y ahí donde la religión florece la libertad surgirá magnífica y gloriosa”.
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