
Hoy es el día internacional de la llamada violencia machista. Hoy todos las feministas de todos los partidos nos hablarán de la necesidad de luchar contra esta lacra. La realidad es que desde que en el 2004 se aprobó la Ley de Violencia de Género la cifra de recursos invertidos no ha parado de crecer y -sin embargo- la cifra de fallecidas a manos de sus parejas o ex parejas permanece inalterable.
Veamos algunos datos:
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahora- El presupuesto del ministerio de Igualdad fue de 549 millones de euros en el 2021, 525 en el 2022 y 573 en el 2023. En total, 2009 millones de euros en los últimos 4 años.
- En el 2017 el pacto de Estado de Estado contra la Violencia de Género acordó destinar 1000 millones de euros en los siguientes 5 años.
- A todo esto hay que sumar las partidas de ayuntamientos, diputaciones, cabildos y ayuntamientos.
Conclusión: pongamos que estamos invirtiendo cerca de 750 millones de euros anuales en la lucha contra la violencia de género. ¿Cuál es el resultado? Ninguno. La cifra de fallecidas a manos de sus parejas o ex parejas permanece prácticamente invariable: 51, 49, 50, 58 en los últimos años. Este 2024 llevamos 40, aunque el año no ha terminado…
¿Podemos medir el impacto de las políticas públicas con criterios economicistas? Obvio que no. Pero sí podemos exigir resultados. Si invertimos en publicidad para concienciar a los conductores, esperamos que la cifra de fallecidos en accidentes de Tráfico baje. Y así ocurrió.
Por lo mismo, si invertimos en luchar contra la violencia de género esperamos que la cifra de fallecidas y agredidas baje, pero no ocurre. ¿Y cuál es la solución? Más recursos. ¿Y cuál es el resultado? Ninguno. ¿Y nadie se ha planteado que quizás -sólo quizás- la receta no es la adecuada?
¿Por qué creo que está fracasando la estrategia de violencia de género? Principalmente porque parte de un axioma falso que es que el hombre tiene un ADN violento y machista y que agrede a la mujer por el hecho de serlo.
El fenómeno de la violencia es mucho más complejo. El hombre no tiene un ADN violento o una masculinidad tóxica, sino una musculatura más desarrollada, que no es lo mismo. Y algunos hombres tienen un historial cultural por el que resuelven sus conflictos con violencia. Y esos hombres provienen principalmente de África y de Hispanoamérica. Cerca del 25% de la violencia de género proviene de extranjeros cuando suponen el 12% de la población. La conclusión es obvia: su prevalencia es el doble.

Pero es que además existen los crímenes pasionales, los problemas de convivencia. Que no justifican la violencia, pero la explican más allá del machismo. Porque la violencia es bidireccional, no conoce género. Los hombres muertos a manos de sus parejas o ex parejas no son una cifra marginal sino cerca de un 30% del caso inverso. El dato lo ofrecía el ministerio de Igualdad hasta que decidió esconderlo…
Por último, criminalizar al varón discriminándole penalmente, negándole la presunción de inocencia y creando juzgados específicos no ayuda a resolver el problema.
Dicho esto, ninguna muerte es justificable y hay que combatirlas todas. Y eso pasa por una verdadera educación afectivo-sexual que nos ayude a comprender, respetar y apreciar las diferencias, que permita a las mujeres desplegar su feminidad y a los hombres su masculinidad.
Menos sistema de violencia de género y más mediación familiar que ayude a resolver las diferencias y las crisis que siempre surgen.
La alternativa es la condena a la lucha y al conflicto. Y estamos llamados a la convivencia y la armonía.
Y no. No somos iguales. ¡Bendita diferencia!
Te dejo un video de un cura que lo explica muy divertido: