
El ministro del Interior del Gobierno belga, Jan Jambon, ha presentado su dimisión al primer ministro Charles Michel, que no la ha aceptado, según informa el diario Le Soir.
Jambon, un independentista flamenco, está en el centro de las críticas por los fallos de seguridad antes de los atentados yihadistas de este martes 22 de marzo en Bruselas, que costaron la vida a al menos 30 personas y dejaron cientos de heridos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraTurquía ha informado de que detuvo en junio de 2015 a uno de los terroristas, Ibrahim El Bakraoui cuando intentaba pasar a Siria, y lo deportó a Bélgica, advirtiendo a sus autoridades de su peligrosidad.
Los signos de descoordinación entre agencias y poderes públicos en Bélgica han suscitado el debate sobre la capacidad de este Estado para combatir el terrorismo.
Bélgica se ha convertido en un hub del terrorismo yihadista. Entre 2014 y 2015, fue el país del mundo que más jovenes envió a Siria e Iraq a unirse al Estado Islámico.
El distrito de Molenbeek, en Bruselas, es el principal refugio de la mayor célula yihadista de Europa, responsable de los últimos atentados en París, el pasado 13 de noviembre, y de Bruselas, el pasado martes 22 de marzo.
La alcaldesa de Molenbeek, Françoise Schempans, dijo este miércoles a CNN que nadie en el Gobierno federal de Bélgica le informó de la alerta enviada por Turquía sobre uno de los terroristas de los ataques de esta semana.
Las señales de que Bélgica no está preparada para hacer frente a la amenaza yihadista, y de que tampoco tiene una política adecuada para prevenir la radicalización de sus jovenes musulmanes se han hecho visibles ahora, después de los atentados de Bruselas, a pesar de que muchos expertos vienen advirtiendo de la configuración de Bélgica como “un Estado fallido” en el corazón de Europa.
Al menos un tercio de la poblacion de Bélgica es musulmana, otro tercio está formado por inmigrantes de países del Magreb y el Sahel, y solo un tercio es culturalmente europea.