Una estatua y un monumento a Cristóbal Colón fueron atacados el mes pasado en la ciudad de Nueva York. La estatua, en el Bronx, apareció decapitada. Al monumento, en Queens, lo llenaron de pintadas como “Abajo el genocida”.
Y lo último todavía es más chusco: En Minneapolis, una campaña ha reunido firmas para sustituir la estatua de Colón por la de Prince al asegurar que el músico es mejor representante de «los valores de la paz, el amor y el entendimiento» que el actual presidente.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraColón es un genocida, pero Prince es un símbolo de la paz. Hasta ahí ha llegado la corrección política en EEUU, revestida en este caso, de hispanofobia.
La victoria de Donald Trump sigue provocando la histeria de los colectivos de extrema izquierda y atacar a Colón es el nuevo episodio de un odio colectivo que asola el país.
Según cita ABC, la portavoz del Ayuntamiento de Nueva York, Melissa Mark-Viverito, se muestra partidaria de eliminar estas estatuas para dejar de exhibir a un «símbolo de opresión».
Lo políticamente correcto de EEUU se ceba ahora con Cristobal Colón
El descubridor del Nuevo Mundo, en el imaginario de estos grupos, es el símbolo del “capitalismo financiero” y de la “esclavitud en América”.
Antifascistas, anarquistas y miembros del grupo Black Lives Matter son los responsable materiales de estos ataques, motivados por el odio visceral que a diario se inyecta en las mentes de los ciudadanos a través de los medios y de los centros de enseñanza.
Ataques por todo el país
Esta ola de ataques se ha extendido por todo el territorio. Baltimore, Houston, Búfalo, Denver, Berkeley, Phoenix o Albuquerque son algunas de las ciudades cuyos monumentos han sido objeto de actos vandálicos.
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