Bandera de la china comunista fundida con coronavirus.
Bandera de la china comunista fundida con coronavirus.

Durante mucho tiempo he sido de la opinión -basado en haber estudiado a China comunista toda mi vida y en mis estudios en Biología- que el virus de China es una fabricación de laboratorio.

En la más benigna de las hipótesis, como escribí en el New York Post el 22 de febrero del año pasado, fue el resultado de un experimento imprudente de «Ganancia de Función» que creó un patógeno altamente contagioso que de alguna manera escapó del laboratorio de Wuhan.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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En la más suspicaz, fue un intento deliberado de militares chinos diseñando genéticamente un arma biológica que podría utilizarse para atacar a los enemigos de China, principalmente Estados Unidos e India.

Hasta hace poco, simplemente insinuar cualquiera de las dos posibilidades era suficiente para que te cancelen en redes sociales o para ser descartado en los principales medios de comunicación, acusado de ser un maniático paranoico. De hecho, eso es exactamente lo que hizo Facebook, suprimiendo rápidamente mi columna como «Información Falsa».

Tomó un par de meses convencer a los veinteañeros «fact checkers” (verificadores de hechos) que trabajan allí que en la historia de la gripe Wuhan había algo más que alguien recibiendo un tazón de sopa de murciélago. Después de todo, había publicaciones científicas que demostraban que China estaba involucrada en peligrosas investigaciones de «Ganancia de Función» junto con evidencia de que tenía un activo programa de armas biológicas.

No se requiere mucha imaginación para anticipar que el mismo régimen asesino que ha ejecutado millones de abortos también pudiera estar desarrollando armas biológicas mortales para diseminar por el mundo

Como dice el viejo chiste, no es paranoia si de verdad quieren atraparte. Y, como he descrito extensamente en mi libro, Bully of Asia, el Partido Comunista de China en verdad quiere atraparnos.

No se requiere mucha imaginación para anticipar que el mismo régimen asesino que ha ejecutado de manera coercitiva millones de abortos y esterilizaciones, extracciones de órganos y genocidio en la actualidad también pudiera estar desarrollando armas biológicas mortales para diseminar por el mundo.

Lo que ahora podemos constatar es que los estrategas militares de China estaban planeando hacer precisamente eso.

El Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI por sus siglas en inglés) acaba de hacer público un libro chino que prueba que los científicos militares chinos han estado trabajando hacia el desarrollo de una «nueva era de armas genéticas». Estas armas, prometían los científicos chinos, podrían ser «manipuladas artificialmente en un virus de una nueva enfermedad humana, luego convertirla en un arma y liberarla».

En el volumen de 2015, llamado The Unnatural Origin of SARS and New Species of Man-Made Viruses as Genetic Bioweapons (El Origen Artificial del SARS y las Armas Genéticas con Nuevas Especies de Virus de Manufactura Humana), los científicos militares chinos vaticinaban que la Tercera Guerra Mundial se lucharía con armas biológicas. (Dele un vistazo a la noticia original de Australia.)

Y no hablaban de cualquier arma biológica.

Hablaban precisamente de los coronavirus, algunos de los cuales causan enfermedades respiratorias en las personas, y se dijo que pertenecían a una clase de virus que podrían convertirse fácilmente en armas. De hecho, los científicos chinos fueron aún más explícitos, señalando en su trabajo que el coronavirus que causa el síndrome respiratorio agudo severo, o SARS, era un candidato ideal para un arma biológica.

No creo que sea un accidente que el Virus de China -o COVID-19 como la Organización Mundial de la Salud insiste en que lo llamamos- sea un tipo de virus del SARS.

Con esta información ahora es fácil de entender por qué Peter Jennings, el director ejecutivo del Australian Strategic Policy Institute (ASPI), describió el nuevo documento como lo más cercano a una «evidencia irrefutable».

News.com.au citó a Jennings diciendo: «Creo que esto es significativo porque muestra claramente que los científicos chinos estaban pensando en la aplicación militar de diferentes cepas del coronavirus y pensando en cómo podría ser desplegado. Comienza a consolidar la posibilidad de que lo que tenemos aquí [en el Virus de China] es la liberación accidental de un patógeno para uso militar».

Jennings también cree, como yo, que los orígenes del Virus de China como arma biológica explican por qué China ha bloqueado las investigaciones. «Si éste fuera un caso de transmisión desde un mercado regional, China tendría interés en cooperar», señaló Jennings. «Lo que ha pasado es todo lo contrario de eso».

Cuando el brote en Wuhan comenzó fue el ejército chino, y no la entidad de salud pública de China, el que acudió para manejar la situación de emergencia

De hecho, hemos tenido un encubrimiento total por parte de China y que continúa hasta el día de hoy. Como señaló el exasesor adjunto de Seguridad Nacional (DNSA) Mathew Pottinger en una entrevista en febrero, la Inteligencia de EE. UU. creía que el Ejército Popular de Liberación de China (EPL) había estado «haciendo experimentos secretos clasificados con animales en ese mismo laboratorio [Instituto Wuhan de Virología]» desde 2017. Agregó que hay «buenas razones para creer» que un brote de una «enfermedad similar a la gripe» había ocurrido entre los científicos del Instituto de Virología de Wuhan (WIV) en otoño del 2019, justo antes de que se reportaran los primeros casos de un nuevo tipo de neumonía en Wuhan.

Mientras que el laboratorio Wuhan se hace pasar por una «institución civil», dijo Pottinger, la inteligencia de EE. UU. había determinado que el laboratorio ha colaborado en publicaciones y proyectos secretos de armas biológicas con el ejército de China.

Pottinger también señaló, como lo hice en mi artículo de febrero de 2020, un punto final y muy revelador: cuando el brote en Wuhan comenzó fue el ejército chino, y no la entidad de salud pública de China, el que acudió para manejar la situación de emergencia.

Esto es exactamente lo que uno esperaría que sucediera si el virus de China fuera un producto de un programa militar de armas biológicas.

Ningún funcionario de la administración Biden ha tomado en serio la posibilidad de estar frente a un riesgo militar. Pero recientemente sí han comenzado a hacer un análisis en retrospectiva partiendo de la insólita historia de la sopa de murciélago. La directora de Inteligencia Nacional de Biden, Avril Haines, admitió recientemente que una de las dos posibles explicaciones del origen de COVID-19 implicaría una «fuga» de un biolaboratorio chino en Wuhan.

El ex secretario de Estado Mike Pompeo dijo que Estados Unidos debería «desconfiar y verificar» todo lo concerniente al Partido Comunista Chino. Y ese sentido común ha comenzado a imponerse.

Hasta la misma explicación oficial de China apunta claramente a que se trata de una fabricación. Cada vez hay más pruebas de que el virus de China fue efectivamente un arma biológica que se lanzó deliberadamente sobre el mundo.

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