Si el virus no está secuenciado, ¿cómo se puede hablar de nuevas cepas y de vacunas?
Si el virus no está secuenciado, ¿cómo se puede hablar de nuevas cepas y de vacunas?

El Departamento de Salud de Florida ha emitido un reciente comunicado, motivado porque el 22 de agosto la FDA (La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) aprobó y autorizó versiones actualizadas de las vacunas de ARNm de Pfizer-BioNtech y Moderna. Concretamente la FDA aprobó la vacuna para personas de 12 años o más y otorgó autorización de uso de emergencia para niños de 6 meses a 11 años. Y señala que “el objetivo declarado de estos refuerzos es la variante ómicron”.

En su nota de prensa explica que el Depatarmanto de Salud de Florida prioriza la información y que se debe conocer que “la aprobación de refuerzo más reciente se otorgó en ausencia de datos de ensayos clínicos específicos de refuerzo realizados en humanos”. “Además, este refuerzo no protege contra la cepa actualmente dominante”. “Actualmente, hay datos limitados para informar si estas vacunas de refuerzo ofrecen alguna protección sustancial contra el virus y las variantes circulantes posteriores”. “El Gobierno Federal no ha exigido a los fabricantes de vacunas contra la COVID-19 que demuestren que sus vacunas de refuerzo previenen las hospitalizaciones o la muerte por la enfermedad de la COVID-19”. 

El comunicado del Departamento de Salud de Florida es tajante:

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“En base a la alta tasa de inmunidad global y los datos actualmente disponibles, el Cirujano General del Estado desaconseja el uso de vacunas de ARNm contra la Covid-19”.

El Departamento de Salud de Florida le echa en cara al Gobierno federal de los Estados Unidos que no haya reconocido “las preocupaciones de seguridad” asociadas con las vacunas y las vacunas de refuerzo contra la COVD-19, que incluyen:

– Circulación prolongada de ARNm y proteína pico en algunos receptores de la vacuna.
– Mayor riesgo de infecciones del tracto respiratorio inferior y mayor riesgo de enfermedad autoinmune después de la vacunación.
– La vacuna de ARNm contra la Covid-19 presenta un riesgo de miocarditis subclínica y clínica y otras afecciones cardiovasculares entre personas por lo demás sanas.
– La vacuna de ARNm contra la Covid-19 puede estar asociada con un mayor riesgo de síndrome de taquicardia orotostática postural.
-La vacuna de ARNm contra la COVID-19 puede estar asociada con un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes, incluido el lupus eritematoso sistémico (LES), la artritis reumatoide y la psoriasis.

– Los estudios en todas las regiones geográficas encontraron que las vacunas de ARNm contra la COVID-19 están asociadas con una eficacia negativa después de cuatro a seis meses. A medida que la eficacia disminuía, los estudios mostraron que las personas vacunadas contra la COVID-19 desarrollaban un mayor riesgo de infección.

– Los niveles elevados de ARNm y proteína de pico de la vacuna de ARNm contra la COVID-19 persisten en algunas personas durante un período indefinido, lo que puede conllevar riesgos para la salud.
– La posible integración del ADN de las vacunas de ARNm contra la COVID-19 plantea un riesgo único y elevado para la salud humana y para la integridad del genoma humano, incluido el riesgo de que el ADN integrado en los gametos de los espermatozoides o los óvulos pueda transmitirse a la descendencia de los receptores de la vacuna de ARNm contra la COVID-19.
– Existe un riesgo desconocido de posibles impactos adversos con cada dosis adicional de la vacuna de ARNm contra la COVID-19; actualmente, las personas pueden haber recibido de cinco a siete dosis (y contando) de esta vacuna durante un período de 3 años.

Joseph A. Ladapo, MD, PhD, es el Cirujano General del Estado de Florida. También se desempeña como Profesor de Medicina en la Universidad de Florida, donde su investigación examina estrategias económicas conductuales para reducir el riesgo cardiovascular en poblaciones de bajos ingresos y desfavorecidas. Clínicamente, ha atendido principalmente a pacientes hospitalizados. Su programa de investigación ha sido apoyado por los Institutos Nacionales de Salud y la Fundación Robert Wood Johnson, e incluye ensayos clínicos de intervenciones para la pérdida de peso, el abandono del hábito de fumar y la prevención de enfermedades cardiovasculares entre personas con VIH. Los estudios del Dr. Ladapo se han publicado en importantes revistas médicas, como The Journal of the American Medical Association, Journal of the American College of Cardiology y Annals of Internal Medicine. Sus escritos sobre políticas sanitarias y salud pública han aparecido en el Washington Post, el Wall Street Journal y USA Today. Antes de incorporarse a la facultad de la Universidad de Florida, fue profesor asociado titular en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA).

El Dr. Ladapo se graduó en la Universidad Wake Forest y recibió su título de médico en Harvard y su doctorado en Políticas Sanitarias en la Facultad de Artes y Ciencias de Harvard. Completó su formación clínica en medicina interna en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, donde recibió el Premio a la Enseñanza Residente de la Clase 2012 de la Facultad de Medicina de Harvard y el Premio Daniel E. Ford en Servicios de Salud e Investigación de Resultados de la Universidad Johns Hopkins.

En su reciente nota de prensa, el Cirujano General del Estado y el Departamento sigue alentando a los ciudadanos de Florida (USA) a priorizar su salud general manteniéndose físicamente activo, minimizando los alimentos procesados, priorizando las verduras y las grasas saludables, y pasando tiempo al aire libre para mantener los niveles necesarios de vitamina D.

Es de agradecer que haya autoridades sanitarias que estén ya desaconsejando abiertamente las inoculaciones tóxicas e hibridantes para la Covid19, advirtiendo a la población de las graves enfermedades que han causado siguen causando. Por otro lado, es triste que todavía no opten por desmontar por completo la versión oficial ya que no mencionan que las máximas autoridades sanitarias de todo el mundo, incluídas las de Estados Unidos, se han visto obligadas a reconocer que el virus Sars-Cov-2 no lo han conseguido aislar ni secuenciar. Y si el Sars-Cov-2 no lo tienen en cultivos, ¿cómo es posible que hayan hablado y sigan hablando de “nuevas cepas”?, ¿a qué cepas de qué virus se refieren?

Recuerdo que las solicitudes de información revelan que altas instituciones científicas y de salud de todo el mundo (¡224 y sumando!) reconocen que no tienen registro de aislamiento o purificación del SARS-COV-2 en ningún lugar y nunca lo han tenido y no saben quien lo tiene. ¿Estamos ya entonces ante la evidencia oficial de que la virología es una pseudociencia?

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Licenciada en Ciencias de la Información, Rama de Publicidad y Relaciones Públicas, en la Universidad Complutense de Madrid. Máster en Periodismo de Radio, también en la UCM. He trabajado en prensa digital, en Radio Nacional de España y en productoras de televisión. Madre de familia numerosa. Tomando conciencia de la inmensa batalla en la que estamos inmersos entre la cultura de la vida y la cultura de la muerte.