Pinchazo. Ese fue el resultado de la reunión mantenida en Suiza entre Puigdemont y San tos Cerdán. El secretario de Organización del PSOE trató de negociar las cuentas públicas con el prófugo a pesar de que el hipócrita Marlaska dijo que le habría gustado que le detuvieran… Puigdemont respondió lo esperado: no. “Esto no tiene solución”, apuntan desde Junts.
En el gobierno ya descuentan que no habrá presupuestos y tendrán que prorrogar. Por segundo año consecutivo, por cierto. “Eso no sería un drama”, dice ese intelectual de Oscar Puente en el road show mediático al que le ha empujado Sánchez. ‘Sal tú, que a mi me da la risa’…
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPor si fuera poco, desde la izquierda también dan por amortizada la legislatura y lanzan el mensaje de que “el gobierno durará poco”. Realmente, la desafección entre Sumar y el PSOE es total. Y la guerra civil en Sumar es cada día más visible.
Y a todo esto están los críticos internos del PSOE. Silentes, pero críticos. Están esperando su momento. Y creen -o más bien esperan- que en Congreso extraordinario convocado por Sánchez no sea para laminar a los disidentes sino para preparar un adelanto electoral.
Puede. Si las encuestas le permiten a Sánchez adelantar a Feijóo, puede que vuelva a repartir cartas. Pero si no, ¿por qué iba a hacerlo? Es verdad que no tiene mayoría parlamentaria para aprobar ninguna ley. ¡Pero puede legislar por decreto! ¿Que es ilegal porque no hay razones de urgente necesidad? Pumpido lava más blanco.
También es verdad que sin presupuestos es más difícil maniobrar. Pero no imposible. Tiene los 140.000 millones de fondos europeos para gestionar de manera opaca, sin los controles habituales. ¿Para qué quiere presupuestos?
Además, es posible que Junts y las izquierdas vayan de farol. ¿Con qué gobierno van a poder sacar más tajada que con el de Sánchez? Es verdad que tienen que vender a los suyos distancia de cara a una posible cita electoral. Postureo. Porque saben que fuera del sanchismo hace mucho frío.
Lo saben hasta los de Junts que ya preparan un relevo a Puigdemont que parece echado al monte. Independencia sí, pero jugar con las cosas de comer, no.
Conclusión: mucho me temo que queda Sánchez para rato.
Así que el bloque de derechas tienen que decidir qué quiere ser de mayor. El PP tiene que elegir entre apoyarse en Vox o la mano tendida a Junts y PNV; parece que están en esto último. Por su parte, Vox debe de decidir si quiere acompañar al PP o aspira a un gobierno en solitario tipo Meloni; la ruptura en las autonomías parece que también apunta a lo segundo. El problema es que quizás los dos están en vía equivocada.
El anzuelo del pescador
Vox debate los presupuestos autonómicos. Tras salir de los gobiernos autonómicos ahora toca aprobar -o no- las cuentas públicas. Desde la sede nacional se aboga por no aprobar presupuestos, pero los barones locales recuerdan el caso Madrid y advierten del riesgo de extinción. La suerte está echada: Vox quiere ser Meloni. No habrá presupuestos autonómicos.
El error del café con leche. Sánchez pacta con el PNV la entrega de las competencias sobre litoral. Alfonso Rueda, presidente de la Xunta, afirma que espera que el mismo día que se transfiera la gestión del litoral a Euskadi se haga también para Galicia. El desguace del Estados debe de ser completo…
El soberanismo alemán llegó para quedarse. Alternativa por Alemania logró un 29,2% de los votos en las elecciones de Brandenburgo frente al 30,9% de los socialdemócratas de Scholz. Salva los muebles. Tocado aunque no hundido. Y el soberanismo alemán, llegó para quedarse.