Los cristianos chinos, uno de los grupos más controlados por el régimen / Asia News

Durante una entrevista realizada por el Yaxue Cao de ChinaChange y que recoge AsiaNews, un pastor protestante (tras el anonimato por motivos de seguridad), explicó que «la iglesia cristiana es una intermediaria para un espacio auto-gobernado, pluralista y abierto», y considera que la Santa Cruz y las iglesias “son expresiones de la presencia física de las iglesias en el espacio público, y consideradas símbolos de poder social”. Con esto, justifican su demolición.

La campaña de demolición comenzó hace aproximadamente un año y medio y en este periodo varias grandes iglesias han sido destruidas y algunas estimaciones hablan de 1.500 cruces demolidas en la provincia de Zhejiang. Desde agosto, no hay apenas noticias, pero no significa que la campaña se detuviera.

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El pastor explica que la represión religiosa no se detuvo y que a los periodistas que informan sobre los hechos son acusados de “divulgar secretos de Estado” e incriminan a los pastores y catequistas por “difundir información sensible”. Relata que en Wenzhou, al menos 20 miembros del clero y abogados han sido arrestados y “está confirmado que algunos de ellos están bajo aislamiento en instalaciones no oficiales, donde los detenidos corren el riesgo de sufrir torturas y maltratos”.

Las iglesias han subestimado la crueldad del gobierno

Actualmente, las comunidades cristianas de la provincia de Zhejiang viven en un clima de derrota que no se percibía desde hace 30 años. Se pensaba que la represión habría terminado tras la demolición de la catedral Sanjiang, pero no fue así.

A causa de la extrema complejidad de los procedimientos para la aprobación de la construcción de las iglesias, las autoridades locales a veces lo han permitido, de manera no oficial, el pastor afirma incluso haber visto “a funcionarios locales pronunciar discursos de inauguración de las iglesias”.

Explica que en el año 2013, la ampliación de la catedral fue promovida y apoyada por nada menos que el gobierno municipal de Wenzhou, que la definió como un “trabajo arquitectónico maestro” que forjaría la imagen de una ciudad moderna, pluralista y tolerante.

El contexto de persecución cristiana en China se debe al fuerte control ideológico ejercido por el gobierno de Xi Jinping. Las autoridades ven el cristianismo como algo que está fuera de su esfera autoritaria y los consideran como un grupo político independiente.

El pastor, explica que “los creyentes son una de las categorías de ciudadanos que el gobierno considera como una amenaza a la seguridad del régimen”. Las otras son los abogados en defensa de los derechos humanos, los disidentes y los líderes de opinión de Internet.

Wenzhou ha sido apodada “la Jerusalén de China”

En Wenzhou, añade el pastor, “se dice que el secretario provincial del Partido, Xia Baolong, durante su visita en el mes de septiembre de 2013, cuando vio la gran cruz luminosa de la catedral de Sanjiang brillar sobre el río Ou preguntó: ¿Quién manda aquí? ¿El Partido o los cristianos?”. Incluso califican la ciudad como al Jerusalén de China.

Se trata de una ciudad donde el cristianismo está muy desarrollado. El 15% de la poblacion es cristiana, es decir, más de un millón de personas según las estadísticas oficiales. Es esta ciudad la que está propiciando la expansión de las iglesias cristianas por todo el país.

Al tiempo que las iglesias de Wenzhou maduraban, organizaron grupos de estudio de la Biblia para preparar a los futuros líderes cristianos, con conocimiento bíblico y de gestión de las iglesias, detalla el pastor. Además afirma que “varios miles de voluntarios sirven a las iglesias de las ciudades más grandes de China, tanto oficiales como clandestina, de Beijing, Shangai, Hangzhou, Nanjing y otras ciudades».

El objetivo de «chinización» del cristianismo

La campaña oficial dirigida por el gobierno para «chinizar el cristianismo» es esencialmente, como cuenta el pastor, la politización de la religión: “quiere forzar el cristianismo a convertirse en comunista. La intención es reformar y remodelar nuestra fe en un instrumento dominado por el Partido que se puede utilizar a su antojo”.

En una conferencia en Beijing, «chinizar el cristianismo» se explica que la expresión puede tener diferentes significados para diferentes grupos de interés. Pero el núcleo, la suposición tácita es que los cristianos son un potencial rival político del Partido Comunista.

El pastor añade que los funcionarios locales, si quieren mantener sus puestos de trabajo, tienen que participar en el concurso para suprimir los cristianos y son recompensados ​​por el número de cruces que eliminan. Algunos funcionarios locales dicen: «No queremos ser el número uno, pero tampoco el último de la lista».

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