Isabel Díaz Ayuso ha arrasado en las elecciones regionales de Madrid. Y la segunda fuerza por número de votos ha sido el comunismo bis de Más Madrid. El PSOE, con su peor resultado, es tercero. El resultado más relevante de Podemos no es que haya mejorado un poco. Ni siquiera que Pablo Iglesias haya anunciado (tal vez lo tenía decidido de forma previa) que deja la política de partidos. Sino que ahora Iglesias será tal vez más peligroso, dando la batalla cultural con el apoyo del magnate comunista catódico Jaume Roures.
En este panorama en el que casi nadie va a dedicar un minuto a la disolución nuclear de Ciudadanos, tiene un especial mérito que Vox no sólo haya aumentado sus votos, sino también su representación parlamentaria hasta los 13 diputados. Y que pueda ser decisivo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEs obvio que dada la masiva participación, el pueblo de Madrid le ha dado un espaldarazo más que considerable a Isabel Díaz Ayuso. Pero a Ayuso. Ni al Partido Popular ni -mucho menos- a Pablo Casado, por mucho que se haya arrimado a ella en el balcón de la sede en almoneda de la calle Génova, anoche esplendorosa.
Como es conocido, al volver a Roma tras una exitosa campaña, los generales romanos eran susurrados al oído por un esclavo que les recordaba su humana condición: «Recuerda que eres mortal».
Y algo así va a ser necesario con Isabel Díaz Ayuso. Pero ya no sólo por su salud moral en lo que al ego se refiere. Ya lo anunciaba ayer Alfonso Basallo. Ayuso necesita un Pepito Grillo que ahorme la embestida de sus políticas. Que ya se sabe que un Partido Popular con mayoría es más peligrosos que una vaquilla toreada en el pasado. Y hará falta valor, temple y oficio para torear el morlaco recrecido.
Ayuso podrá seguir haciendo muchas cosas bien de gestión, en especial respecto al covid. Pero no se le puede dar carta blanca por mucha mayoría que haya obtenido.
El Partido Popular de la mayoría absoluta practicó el dontancredismo en todo aquello que fuera pensar y defender una alternativa ideológica a la izquierda
Hay que atar en corto al Partido Popular, porque no ha sabido aprovechar los grandes respaldos electorales para dar batallas culturales de calado. El Partido Popular con la mayoría absoluta más aplastante a nivel nacional fue devastador en el campo de la batalla cultural.
Renunció por completo a defender el matrimonio y la familia como lo que son, diferentes y únicas respecto a otras formas de convivencia.
Se negó, como había prometido en su programa electoral, a defender de forma eficaz la vida humana frente a la ley Aído de barra libre de aborto.
Mantuvo sin cambiar una coma la Ley de Memoria Histórica, que es un instrumento para el enfrentamiento entre españoles.
En suma, el Partido Popular de la mayoría absoluta practicó el dontancredismo en todo aquello que fuera pensar y defender una alternativa ideológica a la izquierda.
El papel de recordar la necesidad de dar la batalla cultural y no dormirse en los laureles conyunturales de la gestión pandémica no lo ha de ejercer un esclavo. El «recuerda la batalla cultural» es trabajo que queda, en la Asamblea de Madrid, para Vox. Y desde la sociedad civil, para todo ciudadano no anestesiado que tenga arrojo, ingenio, valor y una red social a mano.
Si nadie tira del otro lado de la cuerda, la tendencia del Partido Popular es a dormitar en todo lo que no sea una cierta gestión económica. Es cierto que una estabilidad económica suficiente otorga un grado imprescindible para actuar en libertad. Pero la libertad no es sólo poder para hacer sin temor a perder los bienes básicos.
La libertad es libertad cuando está orientada al bien. Y el peligro de un Partido Popular con mayoría es perder la orientación adecuada: coherente con la esencia del hombre y la mujer y respetuoso respecto del papel esencial de la familia.
Mayoría, sí. «¿Para qué?» es la pregunta. Ayudémos al Partido Popular a entenderlo.