Venezuela se ha convertido desde hace tiempo en objeto del debate político español. El interés que ya suscitaba durante la etapa de Hugo Chávez se ha incrementado en los últimos tiempos por el auge de Podemos y, sobre todo, por el paulatino deterioro del país. Y ello abarca desde las instituciones hasta las condiciones de vida de los venezolanos.
El encarcelamiento del opositor Leopoldo López en 2014 a 13 años de prisión supuso un antes y un después en la credibilidad tanto de la Justicia chavista como del propio Gobierno. Felipe González, nada sospechoso de simpatizar con el anterior régimen español, llegó a decir que la Justicia franquista era más garantista que la venezolana de hoy.
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Suscríbete ahoraEl resultado de las elecciones del pasado mes de diciembre fue favorable a la oposición, que gracias a su mayoría en la Asamblea Nacional, le ha permitido solicitar un referéndum revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro. Pero este revocatorio -contemplado en la Constitución venezolana- no parece, de momento, que vaya a celebrarse por la negativa de Maduro, que una vez más está dispuesto a saltarse la legalidad.
La preocupación es grande entre quienes ven con perplejidad la bunkerización del chavismo en el poder a cualquier precio. «Si Venezuela acaba el año sin que haya elecciones a gobernadores y sin que haya referéndum revocatorio, la democracia muere en 2016», ha declarado Felipe González a la radio venezolana Circuito Éxitos.
«El referéndum revocatorio se tiene que respetar como está previsto en la Constitución bolivariana y no alargar deliberadamente los plazos», dice Felipe González
Desde luego, el papel que González está desempeñando en Venezuela contrasta enormemente con el de otro expresidente socialista español: Rodríguez Zapatero. Aunque sin citarle, Felipe ha arremetido contra el segundo presidente del PSOE de la democracia por su papel mediador junto a los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Trujillo (Panamá) a propuesta de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Las diferencias entre González y Zapatero son notables. Sobre todo respecto a las cuestiones más candentes de Venezuela: el referéndum para revocar a Maduro y la libertad de los presos políticos. «El referéndum revocatorio se tiene que respetar como está previsto en la Constitución bolivariana y no alargar deliberadamente los plazos», sostiene González.
Una Comisión de la Verdad
Nada que ver con Zapatero, que ni siquiera mencionó una sola vez la posibilidad de convocar el revocatorio durante su discurso ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos. O sea, que hizo oídos sordos a la demanda de la Unidad Democrática, cuyo presidente, Luis Almagro, no pudo disimular su «preocupación».
Mientras tanto el Consejo Nacional Electoral impuso nuevos retrasos para que el referéndum revocatorio no pueda celebrarse este año. Justo lo que Maduro ha declarado varias veces. Las consecuencias de una nueva derrota chavista en las urnas sería casi la definitiva. Ello abriría las puertas a unas elecciones presidenciales en las que -según las encuestas- habría un casi seguro cambio de gobierno.
Mientras que González pide la excarcelación de los presos políticos gracias a la aprobada Ley de amnistía, Zapatero habla defiende la ‘Comisión de la Verdad’ chavista
El otro tema caliente, el de los presos políticos, también ha agrandado la fractura entre González y Zapatero. «La Asamblea Nacional aprobó una Ley de Amnistía, por lo que hoy no debería haber ningún preso político en la cárcel. Hay que recordar que la Sala Constitucional del Supremo se conformó en diciembre con un Parlamento saliente y que está laminando las competencias de la nueva Asamblea», declaró González.
Muy distinto es el discurso de Zapatero, que insiste en la necesidad de que en la mesa del diálogo se discuta la puesta en marcha de la «Comisión de la Verdad», órgano con el que el chavismo pretende blindarse y minimizar los efectos de la amnistía que pide la oposición.
Zapatero, el único con permiso de Maduro para ver López
Claro que el comportamiento de Zapatero no le está saliendo gratis. Carlos Vecchio, mano derecha de Voluntad Popular, ha acusado al socialista español de manipular al servicio del chavismo. «Maduro con ratificación de sentencia contra Leopoldo le da una patada al diálogo y confirma su manipulación con Zapatero».
Por supuesto, nadie olvida la visita por sorpresa que Zapatero realizó a Leopoldo López en la prisión militar de Ramo Verde, algo que sólo es posible con el visto bueno de Maduro. Porque ni González ni el exministro Alberto Ruiz-Gallardón (ambos participan en su equipo de abogados defensores) ni expresidentes latinoamericanos ni sus propios correligionarios han podido acceder a la cárcel.
Toda esta farsa la resume Felipe González: «Si Maduro no quiere revocatorio y libertad de presos es que no quiere diálogo, quiere aparentar ante la comunidad internacional que la oposición no quiere dialogar. Y a mi juicio la oposición no debe dialogar con los presos políticos en las cárceles y con el boicot permanente al revocatorio».