El Gobierno paquistaní y los convocantes de la protesta que hace cuatro días iniciaron miles de islamistas anunciaron este miércoles el fin de la concentración frente al Parlamento en Islamabad.
El ministro del Interior del país asiático, Nisar Ali Khan, aseguró a periodistas en la capital paquistaní que «no se alcanzó ningún acuerdo escrito entre Gobierno y los manifestantes», sino que «se fueron por ellos mismos».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLos manifestantes, seguidores del radical Mumtaz Qadri, protestaban por la ejecución de éste último tras ser condenado por el asesinato confeso en 2011 del gobernador de la provincia oriental de Punyab, Salman Tasir.
El ministro del Interior subrayó que desde que comenzó la protesta el domingo las fuerzas paquistaníes detuvieron a 1.070 participantes en Islamabad y en la vecina Rawalpindi, donde ese día empezó una marcha que desembocó en una sentada frente al Parlamento en la capital.
Khan avanzó que las protestas de partidos políticos u organizaciones religiosas serán prohibidas en la zona de seguridad de Islamabad, donde se encuentran edificios institucionales como la sede parlamentaria.
Un portavoz de una de las organizaciones convocantes, Muhammad Wasi, del movimiento islamista Tehreek Labbaik Ya Rasoolallah, declaró a Efe que decidieron concluir la concentración tras alcanzar un «acuerdo» con el Ejecutivo de Nawaz Sharif.
«La mayoría de las demandas fueron aceptadas por el Gobierno y el resto nos garantizaron que serán tomadas en consideración, por lo que acabamos la sentada», indicó Wasi.
La televisión paquistaní Geo TV informó de que los líderes de la protesta acudieron a la concentración para anunciar su término tras haber negociado con responsables gubernamentales, además de que fue restablecido el servicio de telefonía móvil que había sido suspendido en la capital por motivos de seguridad.
Casi 500 activistas y líderes de partidos religiosos han sido acusados por la Policía paquistaní de cargos por terrorismo y enviado a prisión, tras haber sido detenidos el domingo en Rawalpindi.
Ese día miles de personas se congregaron ante la tumba de Qadri, al cumplirse un mes de su ejecución por el asesinato del gobernador de la provincia oriental de Punyab.
El político fue asesinado por Qadri, su guardaespaldas, por su oposición al extremismo religioso y su defensa de la cristiana Asia Bibi, condenada a muerte por blasfemia.
Tras enfrentarse a la Policía en Rawalpindi, los islamistas avanzaron hacía la vecina Islamabad, donde acamparon frente al Parlamento para demandar que Qadri sea declarado un mártir por el Estado, que Bibi sea ejecutada y que se imponga la sharia o ley islámica, entre otras peticiones.
Para frenar la ejecución de la cristiana Asia Bibi, la plataforma cívica HazteOir.org ha iniciado una recogida de firmas en la que se le pide al presidente de Pakistán que sea fuerte y resista a la presión del fundamentalismo.