
Pedro Sánchez había ofrecido puestos de salida en las listas de las generales para los barones derrotados en las municipales y autonómicas. Un premio de consolación con efecto ‘boomerang’. Por una parte, permite a los suyos no bajarse del coche oficial. Pero por otra, se sube a la ola del ‘prestigio’ que todavía quede en los ‘barones’.
El problema es que los líderes regionales están cansados y hartos de Sánchez. Amenazan con una huelga de brazos caídos. Y han decidido que no dilapidan el capital político que les quede por el ‘cambiacolchones’. No irán en las listas. Un plantón de enorme significado. Porque puede ser un indicador adelantado de un rumor cada día más intenso: los ‘barones’ y la vieja guardia trabajan en un recambio. Incluso los cenáculos apuntan a ‘Chiqui’ Montero como la posible sustituta.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora¿Y Sánchez? El ‘Guapo’ encantado siempre que goce de puente de plata. Ya se trabaja con la secretaría general de la OTAN. Sólo tiene un problema: no se fían de él. Normal. Mucho tendrán que trabajar los diplomáticos para lograr cambiar esa opinión. Otra opción es inventarse una secretaría general florero. Un puesto ‘ad hoc’ que le iría como anillo al dedo a Pedro Sánchez.
De momento, Sánchez trabaja como si el puente de plata no existiera. Aspira a contar con el voto de los nacionalizados por la ley de memoria histórica y busca aglutinar todo el voto de izquierdas. Su discurso se ha podemizado mientras Yolanda y Podemos siguen abriéndose en canal.
En un ejercicio freudiano proyecta en el PP lo que le pasa a él. Acusa a los populares de no distinguirse de Vox cuando es él quien no se distingue de Podemos. Acusa a la derecha de discurso de odio y de embarrar la vida política cuando tarda minutos en soltar un doberman que mucho nos tememos nos acompañará hasta el 23J.
En el bloque de derecha, la situación es algo más pacífica, ‘ma non troppo’. Según OK Diario Abascal y Feijóo habrían acordado vetar gobiernos de izquierdas y aparcar las negociaciones hasta el 23 de julio. Pero El Correo asegura que el PNV negocia con el PNV la alcaldía de Vitoria y Durango y la diputación de Guipuzcoa. En todas esas instituciones es necesario el apoyo del PP. ¿Gratis?, ¿para que socialistas recuperen la relación con el PNV que les acusa de usarles como un kleenex?
Pero es que además, la candidata popular en Extremadura, abortista y pro agenda LGTB, María Guardiola, insiste en promover su investidura sin apoyo de Vox. ¿No termina de entender que no puede ser y además, es imposible, que diría Guerra? Por otra parte, Feijóo en Ana Rosa insiste en el chantaje: «si quieren derogar el sanchismo, pueden facilitarlo».
Y por si fuera poco, Macarena Olona, lanzando su partido aprovechando el hueco de la incomparecencia de Ciudadanos. Un movimiento que descoloca hasta a los que todavía le siguen: «no sabemos lo que quiere». ¿Lo sabe ella? Sus vaivenes ideológicos no auguran resultado. Pero toda la prensa de izquierdas se lanzará a darle un protagonismo que le han negado a Vox. El clavo ardiendo…