¿Quien debe de asumir el coste de la inflación, el propietario, el inquilino o quien diga el gobierno?
¿Quien debe de asumir el coste de la inflación, el propietario, el inquilino o quien diga el gobierno?

En aplicación de la autonomía de la voluntad, propietario e inquilino pactaron una renta por el uso de un bien y la actualizació de dicha renta conforme al IPC. Pero ocurre que a mitad de partido el gobierno aprueba una ley que impide cumplir con esa voluntad pactada y limita la revalorización de la renta. ¿Dónde queda la seguridad jurídica?

El gobierno argumentará que se trata de proteger al débil en una relación contractual desigual. Señala también que es una decisión “excepcional” ante una situación excepcional. Bla, bla, bla.

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Lo que está detrás de esta medida es una desconfianza en la voluntad de las partes y una confianza ciega en la capacidad pública de regular la convivencia. Y eso a pesar de que la realidad es tozuda y que cada vez que se interviene se estropea. Da igual. La ideología pesa más que la realidad.

Todos los ejemplos internacionales de países de nuestro entorno y comparables como Alemania ponen en evidencia la realidad de que regular el mercado de alquiler no ayuda al inquilino a acceder de manera más fácil y barata a la vivienda sino que genera bolsas de fraude, mercado negro y retirada de producto del mercado.

Pero es que tenemos el ejemplo en casa y cercano en el tiempo. El gobierno decidió topar la revalorización de los alquileres por la pandemia. ¿Y qué ocurrió? Que los alquileres se dispararon incluso por encima del IPC. ¿Conclusión? Si quieres facilitar el acceso a la vivienda la evidencia te enseña que la regulación no es el camino eficaz.

¿Cuál es el camino adecuado? La seguridad jurídica. Garantiza los derechos del propietario y se verá incentivado a sacar su producto al mercado. Y si las viviendas vacías salieran al mercado, el precio bajaría por la sencilla ley de la oferta y la demanda. ¿Verdad que era fácil? Pues nada. Seguimos protegiendo al inquiokupa con la excusa de proteger al vulnerable. Seguimos condenando al propietario que cierra el agua y la luz del okupa por supuesto delito de coacciones…

Sin derecho de propiedad no hay progreso posible. El buenismo está muy bien cuando se practica sobre los derechos de otros. Proteger al vulnerable es estupendo. Pero no se entiende por qué razón lo debe de hacer el pequeño propietario que se esforzó para comprarse una vivienda que complementara sus rentas.

Si al buenismo le sumamos esos axiomas ideológicos como que la okupación no existe y tenemos el ‘combo’ perfecto del desastre. Y si la ‘solución’ es más intervención, mejoramos la perfección del caos. ¿Cuándo aprenderán que gobernar sobre la realidad es más fácil y eficaz?

El anzuelo del pescador

  • Sánchez pide perdón. El presidente pide perdón a las víctimas por los “efectos indeseados” de la ley de sólo sí es sí. ¿Y ya está?, ¿no piensa dimitir nadie?, ¿pelillos a la mar?
  • Iglesias mendiga “unidad”. Denuncia “ninguneos” pero reclama unidad. Es decir, siquiera la “caseta del perro” antes de quedarse fuera. ¡Quien le ha visto y quién le ve! La ‘fashionaria’ pisa fuerte
  • Doñana. El PSOE lleva décadas autorizando riegos en Doñana pero se rasga las vestiduras ahora que los autoriza PP y Vox. Su escándalo verde -con prolongación en Bruselas- no es nada creíble.

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Soy economista de profesión y periodista de vocación. Como decía José Ignacio Rivero, director del Diario de la Marina, decano de la prensa de Cuba (otros tiempos), "el periodismo es en lo externo una profesión y en lo interno un sacerdocio". Colaboro en diversos medios y soy editor de campañas de CitizenGO.