El CGPJ reunido el pasado lunes concluyó que el pacto de Sánchez con Puigdemont suponía la «abolición del estado de derecho«. Hoy conocemos que el pacto extiende la pretendida amnistía hasta el 2012 para que los delitos de terrorismo por los que se le imputan a Puigdemont queden cubiertos en la ‘gracia’ tan poco graciosa…
Pero es que además, el pacto del PSOE con Junts incluye «acciones de responsabilidad» para los jueces que hayan actuado con presunta intencionalidad política. Es lo que la izquierda radical llama «lawfare». Se lo traduzco:
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora«Como no puedo controlar a los jueces y me quiero saltar el estado de derecho, criminalizo a los que tienen que aplicar las leyes, les gusten o no».
Todo esto explica el enorme malestar de la judicatura. La asociación mayoritaria de los jueces, la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) dijo hace unos días que la democracia estaba en peligro.
Y hoy, la APM junto a la Francisco de Vitoria, Foro Judicial Independiente e incluso Jueces y juezas para la democracia han emitido un comunicado conjunto alertando de los enormes riesgos institucionales y convivenciales del pacto de la vergüenza:
Llueve sobre mojado porque ya la Audiencia Nacional dijo la semana la pasada que si Puigdemont era amnistiado de los delitos de terrorismo de los que acaba de ser imputado, llevarán el asunto al Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Y el comisario europeo de Justicia también ha advertido en los últimos días que la amnistía no cabe en el espacio europeo.
Con todo en contra, Sánchez ha lanzado su órdago a la grande. No lleva cartas. No tiene nada y sabe que el resto tienen la razón, el derecho y la institucionalidad. Pero también sabe del temor de todos a mover ficha. Quizás piense que enfrente tendrán el derecho pero que él tiene la fuerza. la policial y la militar. Quizás desconoce que los policías y guardias han jurado la Constitución. Y que el exceso de gasear a los disidentes del otro día ha generado anticuerpos.
En resumen: o el órdago se ve ahora o arrastraremos la ignominia de por vida. La llave la tienen los jueces. O defienden ahora el estado de Derecho o sólo sobrevivirán los serviles y todos seremos Venezuela. Confiamos en la responsabilidad de nuestro poder judicial.