«Está operando con creciente impacto, frecuencia, coordinación, recursos y apoyo». Así comienza el informe ‘Derechos en Riesgo‘ recientemente publicado por el Observatorio sobre la Universalidad de los Derechos, que incluye a las organizaciones españolas Hazteoir.org y CitizenGO entre sus ‘enemigos’, como integrantes del Congreso Mundial de Familias, de cuya Junta Directiva forma parte Ignacio Arsuaga.
En dicho informe, de casi 150 páginas, se pone de relevancia que las organizaciones provida, profamilia y defensoras de la libertad religiosa están experimentando un «nivel sin precedentes de compromiso» en los centros de decisión internacional sobre derechos humanos.
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Suscríbete ahoraEn concreto, se advierte que, desde su primera incursión en las Conferencias sobre la mujer organizadas por las Naciones Unidas en Pekín y El Cairo en los años 90 del pasado siglo, el número de grupos conservadores no solo «se ha disparado» sino que además es cada vez más activo y eficaz.
Esta eficacia se debe en parte a las alianzas regionales o globales establecidas, como es el caso del Congreso Mundial de Familias, entre organizaciones con diferentes basamentos ideológicos e incluso religiosos, que comparten la defensa de la familia, de la vida humana desde su concepción y de la libertad religiosa.
El Congreso Mundial de Familias, forma, junto a otras seis entidades, el monstruo de siete cabezas al que temen quienes propugnan la extensión del feminismo, el aborto, las políticas antinatalistas, la desnaturalización de la familia o los postulados de la ideología de género y los grupos de presión LGTBI.
La Santa Sede, enemigo número 1
La Santa Sede es criticada por ser considerado un estado con estatus de observador permanente ante las Naciones Unidas desde 1964, razón por la cual es invitada a participar en las conferencias organizadas por la ONU como cualquier otro estado.
Se reconoce, de hecho, la influencia de la Santa Sede en el «bloqueo de referencias al derecho de las mujeres a su sexualidad y fertilidad» [anticoncepción y aborto] desde la Conferencia sobre la Mujer de Pekín.
Resulta significativo que el informe resalte que El Vaticano intervenga en numerosos foros internacionales utilizando argumentos no explícitamente religiosos, o que presente «el derecho al aborto en oposición al derecho a la vida», toda vez que el aborto, objetivamente, supone provocar la muerte de un ser humano con carga genética irrepetible durante su etapa de vida intrauterina.
También se acusa al estado cuya cabeza visible es el Papa de «instigar alianzas conservadoras no sólo en acciones institucionales y religionales, sino entre religiones».
En la actualidad, el nuncio de la Santa Sede ante las Naciones Unidas es el arzobispo Ivan Jurkovic, cuyo anterior desempeño diplomático fue el de representante del Vaticano ante la Federación Rusa.
En este primer apartado de actores internacionales de carácter religioso, se pone al mismo nivel a la Santa Sede y a la Organización para la Cooperación Islámica, la segunda organización internacional más grande después de la ONU. Compuesta por 57 estados, cuenta con varios observadores, el más reciente de ellos, Rusia.
Esta organización está dirigida desde finales de 2016 por el exministro de Asuntos Sociales de Arabia Saudí, Yusuf al-Othaimeen.
Organizaciones Civiles
En el capítulo dedicado a las organizaciones de la sociedad civil, se destaca, en primer lugar, al Congreso Mundial de Familias, una alianza de organizaciones conservadoras, provida y profamilia con 20 años de vida que defiende cuatro postulados básicos:
- La familia natural fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer.
- Los derechos de los padres y el bienestar de los niños, incluido su necesidad de tener un padre y una madre.
- La dignidad y la sacralidad de toda vida humana desde la concepción.
- La libertad de expresión, religiosa y de conciencia.
Entre los ‘méritos’ para destacar al Congreso Mundial de Familias como enemigo de las políticas conservadoras se encuentra, a juicio de quienes han elaborado este informe, ser señalados por el ‘Southern Poverty Law Center’ de los Estados Unidos como un «grupo de odio anti LGTBI».
Para quienes han colocado a esta alianza en el panel principal de enemigos de la progresía, resulta inaudito que se afirme que «la familia existe antes que cualquier estado y posee una dignidad inherente y derechos respecto a los que los estados estánmoralmente obligados a respetar y proteger».
Esta suerte de causa general contra los social conservadores destaca que sólo cuatro de los 12 miembros de su Junta Directiva son externos a los Estados Unidos. Ahí es donde se refiere a Ignacio Arsuaga «el español fundador de las plataformas conservadoras de peticiones online y movilización CitizenGO y HazteOir.org».
Asimismo, se nombra al mexicano Vicente Segú, al italiano Luca Volontè y al ruso Alexey Komow.
Según el informe «la contribución más significativa del Congreso Mundial de Familias a la constelación de actores activos regresivos de afiliación religiosa (sic) en los ámbitos internacionales de derechos humanos es su poder de convocatoria, su trabajo en red y su papel formador».
Dirigido por Austin Ruse, C-Fam es una referencia obligada para el mundo conservador a nivel mundial, por su prolífica labor informativa desde 1997
En este apartado relativo a las organizaciones civiles también se dedica amplio espacio en señalar al Center for Family and human Rights (C-Fam) como uno de los ‘principales enemigos’ de los defensores del feminismo, la ideologia de género y los postulados LGTBI.
Dirigido por Austin Ruse, C-Fam es una referencia obligada para el mundo conservador a nivel mundial, por su prolífica labor informativa desde 1997 sobre los procesos ideológicos desarrollados en las instituciones internacionales, en especial en las Naciones Unidas.
Lo hace a través de Friday Fax un envío semanal por correo electrónico que en sus inicios se remitía por fax y que hoy llega a 400.000 personas en todo el mundo. C-Fam también cuenta con una rama juvenil, la International Youth Coalition, que resulta ser también una «amenaza» para los intereses de los grupos proaborto.
Entre los méritos de C-Fam para ser señalado en el informe está su dedicación a monitorear cada decisión, papel, declaración, documento de trabajo y votación de la Convención sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra las mujeres (CEDAW). Se trata de un organismo dedicado a la promoción del aborto, la anticoncepción y la ideología de género antifamiliar.
Asimismo, es señalada Family Watch International, una organización basada en Arizona (EE.UU.) que también está señalada como odiadora oficial pese a lo cual ha logrado el estatus de organización miembro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas.
En este caso la acusación se circusncribe a que Family Watch International, liderada por Sharon Slater, se congratula de «destapar las pruebas de cómo el sistema de la ONU está siendo manipulada» para forzar leyes locales que «promuevanjj el aborto, la prostitución, la el homosexualidmos, la pormiscuidad y la sexualización de los niños».
Entre sus virtudes, censurables por el informe, está que «desarrolla y hacer circular un amplio espectro de detallados informes sobre políticas» relacionadas con sus intereses, en especial su Manual en defensa de la failia titulado ‘Stand for the Family‘ [Firmes por la familia].
Para cerrar el capítulo dedicado a las principales organizaciones provida y profamilia de la sociedad civil, el informe se centra en la World Youth Alliance, [Alianza Mundial de la Juventud].
Esta organización juvenil fue fundada en 1999 por la canadiense Anna Halpine en Nueva York para «luchas contra las tendencias deshumanizadoras, antivida y antifamilia de la cada vez más decadente cultura occidental». Cuenta con sedes en Nairobi, Bruselas, México y Beirut, entre otras.
Mantiene vínculos con otras organizaciones señaladas com C-Famo sitios web como LifeSiteNews, así con personajes como el exministro italiano Rocco Buttiglione.
La Iglesia ortodoxa rusa
Para completar el retrato de los ‘siete magníficos’ que ponen de los nervios a Planned Parenthood y sus aliados, se cita a la Iglesia ortodoxa rusa. Curiosamente, no en el apartado relativo a las organizaciones religiosas, junto a la Santa Sede y la Organización para la Cooperación Islámica, sino en un capítulo aparte llamado «actores estatales».
Se asegura en el informe que desdela caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, la Iglesia ortodoxa rusa se ha viinculado cada vez más al Gobierno de la Federación Rusa.
Un dato que apoya la supuesta connivencia es la aprobación de una ley de libertad religiosa en 1997, la introducción de capellanes castrenses en 2009 o la restitución de los bienes confiscados durante la dictadura comunista.
¿Cargos en contra? Promover valores tradicionales y mantener buenas relaciones con gobiernos como el ruso, el polaco o el húngaro.
El Observatorio sobre la Universalidad de los Derechos es una alianza de organizaciones laicistas, proaborto y antifamilia formada por 14 entidades internacionales entre las que se encuentran Planned Parenthood, Católicas por el Derecho a Decidir-México, el Consejo Mundial de las Iglesias, Musulmanes por los Valores Progresistas o, a título de experta independiente, Cyntia Rosthschild.