Muchas cosas han pasado desde las pasadas elecciones generales del domingo 28 de abril. Sin embargo, a pesar del tiempo transcurrido, al vencedor socialista Pedro Sánchez no le ha sido posible formar gobierno.
A pesar de las fuertes presiones de grupos empresariales que insisten en que Albert Rivera y su partido Ciudadanos deben pactar con el PSOE para, de ese modo, imponer un gobierno estable alejado de cualquier tipo de extremismo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraNo nos cabe la menor duda de que Pedro Sánchez recibiría a los de Ciudadanos con los brazos abiertos ya que eso consolidaría un gobierno socialista que convertiría al PSOE en el amo absoluto de España al menos durante los próximos cuatro años.
No obstante, Albert Rivera se niega justificándose con el argumento de que a él -solamente a él- le toca ser el único líder de la oposición.
Quienes analicen de modo superficial, pensarán que el partido Vox de Santiago Abascal está compuesto por una manada de trogloditas indignos de recibir siguiera el más elemental saludo de cortesía
Quienes observen todo esto a la ligera creerán que Ciudadanos es el único partido conservador capaz de vencer a los socialistas, motivo por el cual está llamado a ser el gran vencedor en las elecciones generales que se convoquen tras el inevitable desgaste socialista.
Al mismo tiempo, quienes analicen de modo superficial, pensarán que el partido Vox de Santiago Abascal está compuesto por una manada de trogloditas indignos de recibir siguiera el más elemental saludo de cortesía.
Y todo porque VOX se niega a que lo utilicen como partido comparsa.
El caso es que, si alguna posibilidad tiene la derecha de gobernar en varios ayuntamientos y comunidades es solamente mediante la colaboración del Partido Popular (PP), de Ciudadanos y de Vox.
Y la prueba la tenemos con lo que pasó en Andalucía en donde, gracias a que la unión hizo la fuerza, se logró derrocar a los socialistas que llevaban más de tres décadas gobernando dicha comunidad.
¿Acaso son tan estúpidos como para no entender que si se frustra la coalición de los tres partidos el único beneficiado es precisamente el PSOE?
Tomando en cuenta que la unión hace la fuerza, Vox pretende seguir apoyando una coalición de los tres partidos tras los resultados de las pasadas elecciones.
Es aquí donde, de manera muy sospechosa, Ciudadanos pone el grito en el cielo negándose a cualquier clase de tratos con Vox.
¿No quedamos en que, según Albert Rivera, Ciudadanos se opone a cualquier tipo de apoyo a los socialistas? ¿Acaso son tan estúpidos como para no entender que si se frustra la coalición de los tres partidos el único beneficiado es precisamente el PSOE?
Y es que Santiago Abascal y los que lo apoyan (cerca de tres millones de votos) saben lo que es tener amor propio y no están dispuestos a que utilicen sus diputados en el momento de la investidura y que después se avergüencen de ellos como quien se avergüenza de un pariente pobre.
No se vale hacer pactos en la penumbra, obtener un provecho que de otro modo jamás obtendrían y luego voltear la cara diciendo: “No te conozco y si te he visto no me acuerdo”
Eso explica el justo enfado de VOX que, no queriendo engañar a los electores que le brindaron su confianza, exige que los pactos se hagan a la luz del día y como marcan las normas que debe cumplir quien se precie de ser alguien bien nacido.
Ahora bien, analizando con más detalle esta cuestión, nos encontramos con que hay mucho mar de fondo.
Hace ya bastante tiempo que fuentes fidedignas afirman que Ciudadanos tiene de partido derechista lo que ‘El Coletas’, Pablo Iglesias, tiene de falangista.
Dichas fuentes sostienen que el partido naranja fue creado con el fin de captar a un importante sector de votantes conservadores que estaban descontentos por las torpes políticas de Mariano Rajoy.
Todo parece indicar que quienes mueven tras bambalinas los hilos de la trama son los masones de un Manuel Valls que en Barcelona obedece las órdenes que, desde París, les envía el presidente francés Emanuel Macron.
La frase evangélica nos dice que “por sus frutos los conoceréis” y según estamos viendo los frutos de Ciudadanos no son los que daría un partido derechista.
A pesar de que Albert Rivera jura y perjura que jamás pactará con Pedro Sánchez, lo que en realidad está haciendo el facilitar el triunfo socialista en varias comunidades y ayuntamientos.
Y es que, haciendo gala de una estrategia perversa, en el momento en que Ciudadanos desprecia y ofende a Vox lo que provoca es que el partido de Abascal, justamente indignado, se niegue a darle su apoyo al causante de tantos desaires.
Y esta falta de apoyo impide que Vox, PP y Ciudadanos obtengan la mayoría necesaria para formar gobiernos.
Resultado: Ante la incapacidad de las derechas para unirse y gobernar, de inmediato quienes se unen son PSOE, Ciudadanos y varias agrupaciones menores, con lo cual logran pescar a río revuelto.
Y todo debido a una abstención de Vox que fue provocada por Ciudadanos que -a fin de cuentas- acaba favoreciendo a las izquierdas.
De este modo Ciudadanos mata dos pájaros de un tiro: Favorece el triunfo de las izquierdas a la vez que desprestigia a Vox presentándolo como un grupo irracional e intolerante.
De nada vale que Albert Rivera jure y perjure que jamás pactará con el PSOE si el resultado final es que -debido a su repudio a VOX- lo que hace es favorecer gobiernos socialistas.
No hay duda: Se trata de una jugada perversa.