La venezolana Lilian Tintori recibió esta semana de manos de la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, el premio Lindebrække en defensa de la Democracia y los Derechos Humanos como un reconocimiento a su lucha por la libertar de los presos políticos en ese país.

“Gracias por este reconocimiento, que es para todos los venezolanos que queremos cambio y respeto a nuestros derechos humanos”, dijo Tintori, esposa del preso Leopoldo López.

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La venezolana explicó durante su discurso la difícil situación que enfrenta la oposición al régimen en Venezuela  y recordó a los más de 100 prisioneros, 23 de los cuales necesitan atención médica urgente, que han sido torturados, violados y maltratados por sus ideas políticas.

“Yo no soy política. Soy una madre que debe sacar sola adelante a sus dos hijos. A Leopoldo lo callaron y lo metieron a la cárcel por sus ideas, pagó el precio de defender la democracia con su libertad. Yo debo ser su voz”, dijo.

“Queremos que este horror pare en Venezuela; esto es una pelea moral, espiritual y de vida”, dijo Tintori antes de pedir que haya presión internacional hacia Maduro y cobertura periodístico para que el país sudamericano pueda cambiar “con amor, en paz y democracia”.

El premio llega a manos de la activista en medio de las fuertes tensiones políticas que se viven en Venezuela a raíz del veto que ha dado el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la Ley de Amnistía. La decisión se tomó después de que este órgano considerara que aprobar la normativa era inconstitucional, por lo que el Congreso, de mayoría opositora, no podría indultar a los presos políticos en ese país.

Como muestra de respaldo a la lucha de Tintori y de la oposición, la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU se manifestó en contra de la decisión del Supremo asegurando que dicha normativa “cumple con los estándares internacionales” y pidió el respeto a la libertad.

A esta postura se sumó José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, quien aseguró en un artículo que el pronunciamiento del Supremo otorga a los gobiernos latinoamericanos y al Secretario General de la OEA, Luis Almagro, “otra razón más para iniciar un debate sincero sobre la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela”.

Pese a la presión internacional, el presidente Nicolás Maduro arremetió contra los diputados opositores de la Asamblea Nacional de Venezuela y les dijo que se “prepararan” para ser retirados de sus puestos en un discurso populista a sus seguidores.  Su amenaza se sumaría al reciente anuncio de una enmienda para reducir el periodo constitucional de los legisladores.

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