rajoy cifuentes gallardon
Mariano Rajoy, Cristina Cifuentes y Alberto Ruiz-Gallardón

El último ha sido Luis Peral, un gestor eficaz -que entre otras cosas fue consejero de Educación en tiempos de Esperanza Aguirre-, un político de dilatada trayectoria que se remonta a los tiempos de UCD.

Ha presentado a Cifuentes la renuncia a su acta de diputado. Aduce motivos personales. Pero todos conocen sus discrepancias en materia de vida y familia. Votó en contra de los vientres de alquiler y se ausentó del pleno en el que se votaba la ley contra la LGTBIfobia.

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Peral era uno de los díscolos ante la línea de Celia Villalobos (en el PP no caben los que dicen ‘No’ al aborto) y de Cristina Cifuentes (con sus leyes LGTB o el intento -frustrado- de aprobar una norma de vientres de alquiler.

Aunque, en puridad, quienes han traicionado los principios del Partido no son Peral ni los demás parlamentarios del PP depurados por Rajoy por su posición pro-vida  (entre ellos Lourdes Méndez, Azpiroz, o Ángel Pintado) sino Cifuentes, Villalobos, y el propio Mariano Rajoy.

Porque sobre el papel, la formación liberal-conservadora defiende la familia y la vida. En el XVII Congreso los estatutos aprobados recogieron, en el artículo 3, que «el Partido Popular quiere distinguir su actuación general por un compromiso renovado con el derecho a la vida».

El senador del PP, Luis Peral
El senador del PP, Luis Peral

Sin embargo ya hemos visto cómo Cifuentes ataca a la familia (la patria potestad, el derecho de los padres a elegir la educación) con la ley LGTB; y cómo Rajoy ataca a la vida, al no cumplir su promesa electoral de que reformaría la ley Aído del aborto (pag. 108 del programa electoral de 2011).

Sotillos bañado en tecnocracia

La renuncia de Luis Peral, uno de los últimos de Filipinas del PP verdadero, se produce a los pocos días de que la presidenta madrileña Cifuentes decidiera imponer una multa de 1.000 euros al director del colegio Juan Pablo II por manifestar una opinión (¿?) crítica (¿?) sobre la ley LGTB.

Y lo más significativo es que tal sanción es un dictado administrativo de la presidenta, que no emana de ningún tribunal. Y que la impone la señora Cifuentes, en contra del criterio de la Fiscalía y de la inspección educativa, que no ven delito en ello.

La depuración de los rebeldes o la renuncia voluntaria de algunos pone de manifiesto la esquizofrenia ideológica que vive el PP

El episodio y la depuración (o renuncia voluntaria) de los rebeldes a la nueva línea oficial pone de manifiesto la esquizofrenia en la que vive el PP desde, al menos, el Congreso de Valencia en 2008.

En lo ideológico, Rajoy o Soraya no son más que un Alberto Sotillos bañado en tecnocracia.

Por eso no van mal encaminados los que dicen que el PP es la izquierda con un par de legislaturas de retraso. El último ejemplo de esta deriva ha sido la imposición de la ideología de género consagrada en la ley LGTB de Cristina Cifuentes.

Tan liberticida es la medida que hasta el propio director general de Familia de la Comunidad, Alberto San Juan, dijo que «es una ley que roza la ilegalidad», apresurándose a matizar que lo decía a título personal.

Director General de Familias Numerosas en la Comunidad de Madrid, Alberto San Juan/Twitter
Director General de Familias Numerosas en la Comunidad de Madrid, Alberto San Juan/Twitter

No es el único que discrepa de la deriva antidemocrática del Partido. Pero nadie más se atreve a alzar la voz. Hay incluso altos cargos del Gobierno que, en su momento, se manifestaron críticos con la Ideología de Género. Es el caso de Agustín Conde, recientemente nombrado «número dos» de Defensa, por la ministra Cospedal.

Pero impera el silencio. «Parece que los raros somos nosotros, pero defendemos algo que está en los estatutos del partido. En el PP tienen cabida liberales y conservadores, por eso pedimos que se respeten los estatutos del partido», señala a Actuall uno de sus miembros.

El PP ha pasado de presentar un recurso de inconstitucionalidad ante el TC por la ley del matrimonio gay, a respaldarla por la vía de los hechos en la boda de Javier Maroto

Esta persona con años de responsabilidad en la formación reta a la presidenta de la Comunidad de Madrid a que «si es tan liberal», presente sus propuestas en el congreso de febrero. «Cifuentes está actuando de forma cobarde, si es tan valiente que presente sus propuestas en el congreso y ya veremos qué dicen los compromisarios».

Lo evidente es que el partido ha mudado radicalmente de piel. En 2005 el PP presentó un recurso de inconstitucionalidad ante el TC cuando Zapatero impulsó el matrimonio homosexual. Pero los populares han pasado de salir a la calle contra esta norma a respaldarla por la vía de los hechos en la boda de Javier Maroto.

Y el problema es que nadie  va a poner frente a sus contradicciones a Rajoy porque su figura política está ahora más reforzada que nunca, tras haber logrado mantenerse en el Gobierno, pese a un año de tormenta perfecta en su contra.

De suerte que es quimérico esperar primarias o renovación interna en el Congreso del próximo febrero. 

Los estatutos del partido no contemplan la celebración de un congreso abierto, algo que cierra las puertas a cualquier propuesta regeneradora. Todo está atado y bien atado.

Si hay cambios en los estatutos no será en la dirección que muchos esperan. Por ejemplo, las bases del partido, que en marzo mostraron su indignación a Actuall, entre otras cosas, por la imposibilidad de celebrar unas primarias abiertas. Un militante, un voto.

Lo cierto es que los críticos hoy están en visible retirada. Si en los últimos cuatro años la mayoría miró hacia otro lado cuando no se cumplieron promesas electorales como la reforma del aborto, ahora el panorama no parece el más indicado para levantar la voz.

Este naufragio se ha cobrado figuras como Alberto Ruiz-Gallardón, que salió escaldado del Gobierno en su intento de sacar adelante la reforma del aborto. Rajoy y Soraya -siempre Soraya- se encargaron de boicotear su plan.

En el PP, ya se sabe, el que sale mal parado es quien reclama el cumplimiento del programa electoral o los estatutos.

Precisamente en el último congreso -el de Sevilla en 2012- intentó cambiarlos, aunque sin éxito, Cristina Cifuentes. La entonces delegada del Gobierno en Madrid propuso la supresión de las referencias a la tradición cristiana incluidas en la ponencia política del PP presentada en aquel congreso.

La ideología de género, el aborto o el matrimonio homosexual son temas que nadie -al menos con peso real en el partido o el Gobierno- se atreve a cuestionar

La jugada no le salió bien en un principio, pero por la vía de los hechos el PP asumió la mutación: hoy es cualquier cosa menos un partido basado en la tradición cristiana. Ni en la tradición democrática y liberal. Porque tanto el aborto como la ideología de género no son sino imposiciones totalitarias.

Eso explica que Cifuentes llegara a a apostar por un proyecto como la ley que regulaba los vientres de alquiler. Tal proyecto se da de tortas con los Estatutos del Partido (defensa de la dignidad de la persona -explota a la mujer y cosifica al feto- y defensa de la vida -por la destrucción de embriones).

Pero ¿quién se acuerda ahora de los principios del PP o de la dignidad de la mujer o del nino que va a nacer? Bien claro lo dijo Enrique Ossorio, portavoz del Grupo Popular: «No se puede arriesgar la unidad del PP por mojigaterías». No dejes que la conciencia te estropee un buena votación.

La política española Lourdes Méndez / Actuall
La exdiputada del PP, Lourdes Méndez / Actuall.

«Todo lo que el PP ha hecho ha ido en contra de los estatutos, así que es posible que los intenten modificar. Están traicionando a nuestros electores», señala Lourdes Méndez

«Todo lo que el PP ha hecho ha ido en contra de los estatutos, así que es posible que los intenten modificar. Están traicionando a nuestros electores» señala a Actuall la exdiputada Lourdes Méndez, una de las rebeldes.

«Al margen de los que nos hemos manifestado públicamente la gente está muy agazapada, tienen miedo» añade.

Uno de los que calla es Pablo Casado, vicesecretario general de comunicación del PP, al que muchos creen pro-vida. Claro que es sólo una intuición, porque si no se pronuncia cuando su partido escupe en la cara de sus votantes es tan cómplice como quienes ejecutan la traición. Seguramente tendrá en cuenta que optar por el silencio es la única manera de escalar en este PP.

Pablo Casado. / EFE
Pablo Casado. / EFE

El camino lo ha marcado Juan Ignacio Zoido, que si en privado muestra su oposición a la Ley Aído, en público calla para no disgustar a Rajoy. ¿El resultado?: hoy es el ministro del Interior.

Por su parte a la vieja guardia ni está ni se la espera. Ni Aznar -que ha renunciado a la presidencia de honor del Partido- ni Mayor Oreja ni el propio Ruiz-Gallardón planean aparecer en el congreso para espolear a los críticos en contra de la dirección. Tampoco parece viable que vayan a formar un partido político a estas alturas.

Isabel Benjumea, directora de la corriente crítica del PP Red Floridablanca / Actuall
Isabel Benjumea, directora de Red Floridablanca / Actuall

En las bases sigue habiendo críticos. La presidenta de Red Floridablanca, Isabel Benjumea, cree que si no se celebra un congreso abierto es porque la dirección del partido no quiere. «Depende de su voluntad, porque con los estatutos en la mano sí se puede celebrar el congreso en el que cada militante decida con su voto», declara a Actuall.

González-Pons: «Consideramos el programa del partido Demócrata más próximo a los principios y valores que nosotros defendemos en Europa» 

En suma, ¿a dónde va el PP? Ideológicamente a ninguna parte. Perdido entre el centro-reformismo y el tacticismo arriolista, está dejando pasar el tren para impulsar una revolución liberal-conservadora que se oponga a la izquierda y al establishment socialdemócrata.

Tenemos un expresivo botón de muestra. ¿Con quién estaban las simpatías -oficiales- del Partido en las pasadas elecciones de EEUU? Con quien más se identifica con ese establishment socialdemócrata y también con la cultura de la muerte: Hillary Clinton.

La prueba es que el PP sólo envió delegados a la convención del Partido Demócrata cuando tradicionalmente lo hacía a ambas formaciones. Otra muestra del cambio de rumbo que vive el partido desde el congreso de Valencia en 2008.

No tuvo ningún reparo en reconocerlo el portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Esteban González-Pons. «Consideramos el programa del partido Demócrata más próximo a los principios y valores que nosotros defendemos en Europa».

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Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.