
A principios de este verano el batallón de infantería 309 del Ejército libio, leales al gobierno de Trípoli, encontraron un pasaporte español en un edificio de reunión para las milicias yihadistas del Estado Islámico, según recoge Libertad Digital.
Del pasaporte solo se puede ver la página cubierta y la interior en la que se puede observar el troquelado con el número de pasaporte, lo que permitiría a las Fuerzas de Seguridad españolas identificar al propietario del mismo. Sin embargo, no se ha publicado la primera página en la que está impresa la foto e identidad de su dueño.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl pasaporte fue encontrado, después de varios días de combate, por el batallón 309 del ejército al asaltar unos edificios utilizados por el Consejo de la Shura de los Revolucionarios de Bengasi, un colectivo de consenso del que forman parte las milicias yihadistas en varias ciudades libias.
Además, en el interior del documento, se puede apreciar los sellos de los visados de entrada y salida a dos países a los que habría viajado este yihadista con pasaporte español en diciembre de 2009.
El dueño del pasaporte español portaba documentación que le relaciona con el Estado Islámico
Solo se reconoce el sello de Emiratos Árabes Unidos, en un viaje del 1 al 17 de diciembre, pero también durante ese periodo hizo un segundo viaje entre los días 14 a 16 a un destino desconocido debido a que el sello está escrito con letras árabes.
Junto al pasaporte español, los miembros del batallón del ejército libio encontraron también diferentes documentos que relacionan al dueño del pasaporte con la organización terrorista.
Uno de los documentos, era un manual de varias páginas con el anagrama de Estado Islámico impreso en la cabecera y en donde, según las traducciones, se explica cómo se debe llevar a cabo la denominada yihad sexual.
Aunque los militares libios no están reconocidos por la ONU y la comunidad internacional por negarse a abandonar el poder tras perder las elecciones del 2014, y a pesar de que el país se haya convertido en un estado fallido por la mala gestión post Gadafi, los militares siguen luchando para acabar con los puestos de mando yihadista en la ciudad de Bengasi, la segunda más poblada de Libia y con una importante presencia de Estado Islámico y otras grupos islamistas como Ansar Al-Sharia.