Es verdad que Guardiola defiende las causas ‘woke’ con un entusiasmo digno de mejor causa. Es verdad que probablemente le gane la soberbia y eso de “cumplí mi palabra” y no quiero que un día me pregunten por qué miento tanto…
El caso es que ha cumplido con su palabra de no gobernar con Vox. Y Vox cumplirá su palabra de no regalar sus votos ni ser la alfombra de nadie. El choque de trenes está servido. ¿Ataque de egos? No sólo.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraGuardiola ‘vende’ en la SER que ofreció a los de Abascal la presidencia de la Cámara e incluso el senador autonómico que les correspondía.
- ¿Les ofreció la presidencia de la cámara a los que niegan la violencia machista?, le espeta el periodista.
- Desde la cámara pueden defender sus ideas pero no afecta a la labor de gobierno, responde.
Es decir, insultar y deshumanizar a Vox para después reconocer que les había ofrecido la caseta del perro…
Ahora a todos les tiemblan las piernas. Porque si como consecuencia de este ataque de cuernos Vara mantiene la Junta, ¿quién será responsable del posible desaguisado? “Los sociaslistas en Extremadura que pueden equivocar una vez, pero no dos”, dicen los populares.
Obviamente Guardiola no es un verso suelto; no ha actuado a golpe de calentón. O si, pero con el visto bueno de Feijóo. El gallego no se sabe si sube o baja. Porque en Valencia sube pero en Extremadura baja. Cuando dijo que dejaba que los territorios jugasen sus cartas era cierto. Eso le permite a él jugar con todas. Con una Ayuso araña votos de Vox y con una Guardiola araña votos socialistas.
Que Guardiola se ponga estupenda le viene bien a un Feijóo que necesita escenificar distancia con Vox después del pacto valenciano y de los acuerdos en 140 ayuntamientos. Voilá.
Pero es que además, si se cumplen las expectativas que apuntan todas las encuestas, le permitía ofrecer al PSOE un acuerdo de la lista más votada. Pero esta vez con algo a cambio: tu me facilitas la investidura nacional y yo te facilito la investidura en Extremadura. Lo dejó claro con Ana Rosa: sacrificar Extremadura podría ser muy útil para ganar otras muchas cosas. ¿Con qué cara les pedirá su confianza a los extremeños tras verbalizar que no tiene empacho en tratarles como moneda de cambio?
Juega con fuego. Y la confianza es muy valiosa pero muy endeble.Es verdad que los populares tienen muchos reflectores mediáticos. Pero colocar a la región al borde del abismo tiene difícil relato. ¿Tan difícil era llegar a un acuerdo similar al alcanzado en Valencia o en Castilla y León?
