La mayor aliada de Hillary Clinton para llegar en noviembre a la Casa Blanca es Cecil Richards, la presidenta de la multinacional del aborto Planned Parenthood, que ha decidido invertir otros 30 millones (en enero recibió 20) de dólares para terminar de rematar la campaña electoral de la demócrata.

El brazo político de Planned Parenthood realizará este evidente esfuerzo económico para impulsar más si cabe las opciones de Hillary contra Trump y las futuras elecciones el Senado, donde el partido Demócrata busca recuperar la mayoría en favor de los republicanos.

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Para ello, los abortistas han creado una campaña sin precedentes en la que participarán 3.500 voluntarios que irán llamando puerta por puerta en busca del voto joven, de los llamados ‘millenials’.

La campaña se centrará en los estados donde todavía no dan a la mujer de Bill Clinton como clara favorita, que son: Nevada, New Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Pensylvania y Wisconsin.

Para el director de la fundación de acción de Planned Parenthood, Deirdre Schifeling, se trata de un trabajo sin precedentes, por ello recurren al puerta a puerta, el «corazón y el alma de este programa de cara al escrutinio», informa The New York Times.

Si Clinton cumple los pronósticos y sustituye a su exjefe Barack Obama, el dinero llovería sobre Planned Parenthood

La estrategia de este ‘cara a cara’ es abordar los comentarios sobre el aborto del candidato más odiado en los últimos años por los demócratas: Donald J. Trump. Ya que al fin y al cabo, si Clinton cumple los pronósticos y sustituye a su exjefe Barack Obama, el dinero llovería sobre Planned Parenthood.

Y no sólo porque estos hayan invertido cientos de millones a lo largo de los últimos años en el partido Demócrata, en especial en el matrimonio Clinton, sino porque Hillary no tiene intención de renovar la enmienda Hyde, que prohíbe financiar el aborto en EEUU, por lo que el futuro ejecutivo podría dar miles de millones a la multinacional abortista para que continúe matando fetos de forma legal.

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