
A mí en lo personal me sobran motivos más que suficientes para dudar si podemos o no confiar en el Partido Popular (PP).
Empezaremos diciendo que dicho partido no es un partido de derechas sino más bien de centroderecha puesto que a sus dirigentes –debido a inconfesables complejos- les avergüenza ostentarse como conservadores.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraTodo empezó cuando en la campaña de 1996 el entonces candidato del PP, José María Aznar, despotricó violentamente en contra del ya para entonces desaparecido régimen franquista.
Una actitud incoherente puesto que su abuelo, don Manuel Aznar, -quien gozaba de todas las confianzas de Franco- había sido representante de España en la ONU.
Esto le costó que, a pesar de haber ganado las elecciones, no obtuviese la necesaria mayoría absoluta y que se viera obligado a pactar con Jordi Pujol quien le cobró el favor obteniendo generosos privilegios para Cataluña y siempre en detrimento de España.
Asimismo, durante el gobierno de Aznar (1996-2004) se dio amplio apoyo a la Revolución Cultural que no solamente renegaba del pasado franquista sino que fue corrompiendo la moral del pueblo español.
Fue en aquellos años cuando, con todo el apoyo del gobierno del PP, se filmó la película “La lengua de las mariposas” en la cual de manera grotesca se presentaba al antiguo régimen franquista como una feroz dictadura.
Todo esto le fue pavimentando el camino a un PSOE que, una vez que –debido a los atentados de Atocha- colocó a José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, se decidió pisar a fondo el acelerador.
Fue durante el gobierno de Zapatero que se aprobó la Ley de Memoria Histórica que lo único que hizo fue resucitar inexistentes rencores que estaban enterrados desde hacía más de medio siglo.
En 2011 el candidato del PP, Mariano Rajoy, gana las elecciones con una mayoría absoluta de 186 diputados.
Pues bien, a pesar de acumular tanto poder, Rajoy no tocó la Ley de Memoria Histórica lo cual hizo que su gobierno fuese una continuación del gobierno socialista de Zapatero.
Una vez que los socialista, acaudillados por Pedro Sánchez, regresaron a La Moncloa debido a un “gobierno Frankenstein” dieron otro paso adelante aprobando ahora la Ley de Memoria Democrática que era mucho más radical que la anterior.
Gracias a dicha ley fue posible profanar la tumba de Franco y sentar las bases jurídicas para expulsar a los monjes benedictinos que están a cargo de la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos.
Si esto último hasta el momento no ha sido posible fue porque se precipitaron los acontecimientos, al gobierno de Pedro Sánchez se le acabó el tiempo y ahora todo depende del futuro gobierno que salga a partir de las elecciones del próximo 23 de julio.
Si los socialistas y cómplices que les acompañan retienen el poder no hay duda: Los benedictinos serán expulsados de la Abadía.
Ahora bien, si el triunfador en dichos comicios es Alberto Núñez Feijoo pueden darse dudas razonables.
Pudiera ocurrir que Feijoo hiciera lo mismo que Rajoy o sea que mirase hacia otro lado y que a la Ley de Memoria Democrática no se le tocase ni con el pétalo de una rosa.
A fin de cuentas, siempre que el PP ha gobernado se ha desentendido de tener como prioridades lo histórico, lo educativo y lo cultura. Al PP únicamente le ha preocupado que no se vacíen los bolsillos de los españoles.
No obstante, durante el debate celebrado el pasado 10 de julio entre Pedro Sánchez y Núñez Feijoo, el candidato del Partido Popular dejó bien claro que derogaría la Ley de Memoria Democrática.
Si Núñez Feijoo cumpliese su palabra, los monjes –y con ellos los católicos españoles- podrían respirar tranquilos.
A pesar de ello, existen varios elementos que hacen que nos mostremos escépticos puesto que dentro del Partido Popular militan una serie de sujetos que muy poco tienen de conservadores y en cambio mucho de liberales simpatizantes del PSOE.
No olvidemos la rabia con la cual, Pablo Casado, ex dirigente de dicho partido arremetió contra Santiago Abascal, líder de VOX, partido que si por algo se ha distinguido es por defender los valores tradicionales de España.
Otro punto que hace que nos mostremos desconfiados es que Núñez Feijoo haya dicho que “el aborto es un derecho de la mujer”.
¿Quién le dijo a Feijoo que un asesinato como el aborto –en el cual la víctima es un ser totalmente indefenso- es un derecho?
En fin, que observamos una serie de lunares que hacen de miremos con recelo a un partido que quizás lo único que tiene de conservador es que defiende a la libre empresa.
Porque en lo referente a cuestiones doctrinales en las que están en juego los valores patrios, el PP deja mucho, mucho que desear.