Es bueno aprovechar el episodio de la blasfemia cometida por LalaChus, al parecer humorista, durante la retransmisión de las “Campanadas en la 1” de TVE, para explicar algunas cuestiones importantes, que a mi entender, tienen relación con el mismo; ya que, si “los responsables no son conscientes de lo que hacen”, es nuestro deber ayudarles a tomar conciencia del significado y la trascendencia que tienen sus actos. De no hacerlo, correríamos el riesgo de contagiarnos de “la banalidad nos rodea» y podría alcanzarnos alguna responsabilidad moral por no enseñar al que no sabe.

«Yo siempre llevo encima mi estampita de la vaquilla de El Grand Prix…”, dijo Lalachus

Algunas personas creen que La Sexta da información.

Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

Suscríbete ahora

El toro como símbolo en nuestra civilización.

Recordemos otros eventos, recientes y antiguos, en los que se ha dado al toro algún protagonismo. Me limitaré a una sucinta mención de los hechos para no alargar el artículo en exceso. Quien esté más interesado, no tendrá dificultad alguna en conocerlos mejor, así como el significado que se les aplicó.

En la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París 2024, una cabeza de toro colocada en el escenario, ante la Torre Eiffel, acaparó todas las miradas y fue objeto de muchos comentarios.

En la apertura de los Juegos de la Commonwealth, en Inglaterra, llamó la atención de muchos la gigantesca figura de un toro que se incluyó en la ceremonia y que algunos compararon con la adoración a Baal en tiempos antiguos.

Recordemos que la imagen de Baal tiene su origen en las religiones fenicias, donde también se le conocía como dios Baal –símbolo del fuego purificante. A Baal se le conoce también por haberse comido a sus propios hijos para que éstos no le suplantaran en el poder. Durante siglos, muchos niños fueron quemados vivos como una ofrenda para él.

En el Coliseo de Roma, con motivo de una “exposición arqueológica” celebrada entre diciembre de 2019 y marzo de 2020, se exhibió una estatua de la deidad Moloch -algunos la identifican con el dios Baal- a modo de bienvenida a los visitantes. A continuación, una breve crónica de uno de esos días:

«Los turistas que visitan el Coliseo en Roma en estos días se están sorprendiendo. En la entrada se erigió una gigantesca estatua de una deidad pagana cananea conocida como “Moloc”. En la antigüedad, los que servían a Moloc sacrificaban a sus hijos por él, quemándolos vivos hasta la muerte. Y ahora una estatua masiva de este ídolo pagano es la pieza central de una “exposición arqueológica” en el mundialmente famoso Coliseo Romano. Sí, exactamente el mismo Coliseo donde innumerables cristianos fueron martirizados por su fe es ahora el hogar de una de las deidades paganas más monstruosas que el mundo haya visto.

Sé que esto suena casi demasiado extraño para ser verdad, pero en realidad esto está sucediendo. Lo siguiente viene del comunicado de prensa oficial de esta “exposición.

“Una reconstrucción de la terrible deidad Moloch, vinculada a las religiones fenicia y cartaginesa y presentada en la película de 1914 Cabiria (dirigida por Giovanni Pastore y escrita por Gabriele D’Annunzio) se colocará en la entrada del Coliseo para dar la bienvenida a los visitantes a la exposición.”

También en Roma, podemos visitar antiguos mítreos, espacios en los que se desarrollaba el culto al dios Mitra, el cual logró su condición de divinidad al sacrificar al toro primordial, en cuyo cuerpo se encontraban todos los gérmenes de la vida: de sus astas salieron los árboles, vino de su sangre y granos de trigo de su cola, como se aprecia la imagen que va a continuación, que reproduce un relieve romano, conservado desde 1594 en la colección de los museos Capitolinos en Roma, de donde pasó a la Villa Borghese, antes de ser enviado en 1808 al Musée du Louvre.

El mitraísmo era una religión mistérica que rendía culto a la divinidad Mitra. Alcanzó gran difusión en el Imperio romano entre los siglos I y IV d. C. con una especial implantación entre los legionarios que habían servido a Roma en las fronteras orientales del Imperio.

Por último recordemos un conocido hecho bíblico [Éxodo, capítulo 32]:

Moisés había subido al monte Sinaí llamado por Yavé y allí permaneció 40 días hablando con Dios hasta que “descendió de la montaña con las dos tablas de la Ley en su mano, escritas por los dos lados, en sus dos caras. Las tablas eran obra de Dios y su escritura, escritura de Dios.”

El pueblo de Israel, viendo que Moisés tardaba en bajar del monte, se congregó en torno a Aarón y le dijeron: “Anda, haznos un dios que vaya delante de nosotros, pues de ese Moisés que nos sacó del país de Egipto no sabemos qué ha sido de él.” Aarón accedió a la petición de los hijos de Israel. Todo el pueblo se quitó los pendientes de oro de sus orejas y los entregaron a Aarón. Él los recibió de sus manos y, fundiéndolos, moldeó un becerro de oro -conforme a lo que habían visto en Egipto, donde eran considerados como sagrados-. Ellos exclamaron: “Éste es tu dios, Israel, el que te ha sacado del país de Egipto.”

Aarón edificó un altar ante el ídolo y proclamó una fiesta en su honor. Al día siguiente se levantaron temprano, ofrecieron holocaustos y presentaron sacrificios de comunión. Después el pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se levantaron para divertirse.

Entonces el Señor dijo a Moisés: “Anda, baja porque se ha pervertido tu pueblo, el que sacaste del país de Egipto.”

Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro y las danzas, se inflamó su cólera y arrojó las tablas de su mano, destrozándolas al pie del monte. Luego tomó el becerro que habían hecho, lo puso al fuego y lo trituró hasta reducirlo a polvo; después lo esparció en agua y se la dio a beber a los hijos de Israel.

Inspirándose en el instante en que “se inflamó su cólera”, el genial Miguel Ángel, que lo definió como terribilitá, esculpió su “Moisés”, obra cumbre de la escultura que se puede admirar en la basílica de San Pietro in Vincoli, en Roma, cerca del Coliseo.

Arte Cristiano

En contraste con esta iconografía de divinidades paganas, crueles para preservar su poder, la imagenería católica nos muestra a Jesucristo, Dios que se hace hombre para liberarnos de la esclavitud del pecado, que nace indefenso en una familia como las demás niños de su tiempo, que, ya adulto, trabaja y predica su mensaje de salvación con fatiga y que acepta, libre y voluntariamente, morir en la cruz, para saldar nuestras culpas ante Dios.

A diferencia de otras religiones, que tienen prohibida la representación de la divinidad, el cristianismo, asumiendo los cánones de belleza de la cultura greco-romana, aprovecharán el arte para la catequesis, para enseñar al pueblo las verdades de fe y sus misterios, cuando sea el caso; esta manera de entender el arte tendrá una relevancia especial en el catolicismo con la Contrarreforma, tras el concilio de Trento, cuando se produce la separación entre el mundo mediterráneo y el nórdico, es decir, entre catolicismo y protestantismo. Así, por ejemplo, los interiores de las iglesias calvinistas suelen aparecer como espacios vacíos y estériles con paredes blancas, ventanas de vidrio transparente y una notoria falta de decoración; mientras que los espacios religiosos católicos flamencos contienen una profusión de pequeños altares y obras de arte piadoso y devocional; esta diferencia entre las iglesias calvinistas y católicas persiste hasta el día de hoy.

Entre otras representaciones devocionales y piadosas, los católicos veneramos el Sagrado Corazón de Jesús, devoción sobre la que recientemente ha publicado el Papa Francisco la encíclica “Dilexit nos”, “sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo».

Conclusiones

De todo lo expuesto, en sintonía con muchos expertos en temas de religiones, se puede concluir que existe un significado simbólico del Toro, asociado tanto al mundo funerario como al culto de divinidades, en ritos y sacrificios.

Además, si en la actualidad se sigue utilizando la imagen del Toro en eventos de gran repercusión mediática, se puede entender que es como el símbolo de preferencia hacia divinidades paganas y de rechazo a Jesucristo Nuestro Señor y Salvador.

¿Quería LalaChus, con su comentario al mostrar su estampa blasfema, manifestar su rechazo a Dios -Sagrado Corazón de Jesús-? Ella, naturalmente, no ha dicho eso, y yo no puedo saberlo, pero tampoco puedo descartarlo.

Y una aclaración, por si fuera necesario, lo que aquí se expone es el uso que hicieron de la imagen del Toro algunas culturas en la antigüedad o se sigue haciendo en la actualidad. Nada de lo que se dice va contra los toros, ni contra la tauromaquia, tan arraigada y reconocida en España y en medio mundo, ni contra la figura del toro, tan unida a la imagen y tradición cultural de nuestra querida España.

Julio Íñiguez Estremiana, Colaborador en Enraizados

Comentarios

Comentarios