La llave de la política española la tiene un prófugo de la Justicia. ¿Qué pecado cometimos?
La llave de la política española la tiene un prófugo de la Justicia. ¿Qué pecado cometimos?

Tras el paso atrás de Aragonés llega el paso adelante de Puigdemont. El presidente de la Generalitat anuncia que deja el acta de diputado y la política en primera línea. Asume el coste de la debacle electoral que sufrió ERC el 12M. Poco después, Puigdemont lanza su órdago a la grande: anuncia que se presentará a la investidura y pide el apoyo implícito de ERC.

No salen los numeros. Por primera vez desde 1980 las fuerzas soberanistas no cuentan con mayoría absoluta del Parlament. ERC y Junts no suman. Pero tampoco suman si añades al cóctel a las CUP y a Alianza. ¿Entonces? Puigdemont reclama una abstención en segunda vuelta. Tiene que haber más síes que noes. Y eso significa que deben abstenerse. También el PSC.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Los socialistas catalanes ya han dicho que nones, que no aceptan el chantaje que pretende Puigdemont. Pero el ‘puto amo’ social-comunista todavía no habló. Igual la cursi “puerta a la esperanza” de la que hablaba ayer era esto. Igual tenían razón los que decían que Sáncghez sacrificaría a Illa en el altar de la sacrosanta gobernabilidad. Voilá.

Puigdemont lo dejó claro: la presidencia es lo que importa. Por menos que eso se va a su casa y se hace un Aragonés. Así que su apuesta es un todo o nada. A lo torero. Un órdago a la grande. Y como en todos los órdagos ya no cabe seguir jugando. O se acepta o no. Si no lo aceptas, bloqueo asegurado. Si lo aceptas, destapemos las cartas. 

Y eso significa elecciones. Mus y repartimos cartas de nuevo. Sánchez sabe que eso le beneficia. Si logra salvar los muebles con dignidad en las europeas, lo que es muy probable, quedará reforzado con los suyos y con un PP desfondado y desnortado. Si decide repartir cartas de nuevo es muy probable que Puigdemont pague el precio de la chulería.

El problema es que el prófugo -que no exiliado- no tiene nada que perder. Se echa al monte porque cualquier otro escenario le garantiza alargar su estancia francesa. Está por ver la respuesta de Sánchez a este jaque mate. Porque es Sánchez -y no Illa- quien resolverá el entuerto.

Apasionante ajedrez en el que se ha convertido la política catalana. Yo si fuera Sánchez vería el órdago. Y a ver quien viene más cargado: el prófugo resucitado por Moncloa y blanqueado por RTVE o el inquilino de Moncloa y el manipulador de RTVE. 

Quien con niños juega, meado se levanta…

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Soy economista de profesión y periodista de vocación. Como decía José Ignacio Rivero, director del Diario de la Marina, decano de la prensa de Cuba (otros tiempos), "el periodismo es en lo externo una profesión y en lo interno un sacerdocio". Colaboro en diversos medios y soy editor de campañas de CitizenGO.