Comienza la Convención del Partido Popular en Santiago de Compostela. Es la escenificación de un largo trabajo de planificación y diálogo con numerosos actores de la sociedad civil; más de quinientas personas que se han hecho ver por todavía Génova 13, y que han compartido lo que saben con la formación de Pablo Casado.
El líder del PP tiene a parte de sus adversarios dentro del partido. Ha logrado que le aplauda toda la bancada del Congreso, y no sólo la mitad como al comienzo. Pero sigue habiendo quien se resiste a verle como el mesías que conduzca a la organización y sus allegados a la tierra prometida: el poder. Esta convención forma parte de su camino para reafirmarse ante la sociedad española, y ante sus correligionarios.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraYo ya estaba con las mangas remangadas, dispuesto a fajarme con la amalgama de ideas que se fueran a exponer en la tal convención. De algo hay que hablar, que en eso consiste el periodismo, y la posibilidad de que haya una alternativa al Gobierno que no sea la de Vox no deja de ser una idea interesante.
Cuca Gamarra ha dicho que la “esencia” del proyecto del PP son el feminismo liberal y la sostenibilidad del medio ambiente que, según le hace ver el periodista, le permitirán distinguirse del elefante en la habitación: Vox.
No está claro qué propone Vox en uno u otro ámbito, más allá de una oposición firme al feminismo de última ola o al ecologismo anticapitalista militante. Bien está que se opongan a que los zelotes nos dirijan la vida, pero querríamos saber qué propone Vox al respecto. Es cierto que Vox pide una estricta igualdad jurídica de las personas con independencia de su sexo, y yo no pido más. Pero más allá de eso, incluso más allá de la cortina de los menas, no se ve qué más proponen a la sociedad española.
Gamarra habla de “feminismo liberal”, y yo no voy a torcer el gesto. Pero me gustaría que, más allá de volver a la vieja aspiración liberal de la igualdad ante la ley y la lucha contra el sexismo y contra los privilegios, el PP articulase un discurso que dé respuesta a la maraña totalitaria de la izquierda.
Y lo mismo cabe decir del medio ambiente. Los países, cuanto más ricos son, más medios le pueden dedicar al cuidado de la Naturaleza. Es el crecimiento y el cambio tecnológico lo que permite que podamos moderar o controlar la huella de nuestra actividad sobre el medio natural. Es necesario que un partido con aspiraciones de gobierno someta los discursos especiosos de la izquierda a los dictados de la razón. ¿Es eso lo que nos va a proponer el PP?
La cuestión no es feminismo y ecologismo, sino qué feminismo y qué ecologismo.
José Carlos Rodríguez