Nicolás Morás: «Queremos poner fin al feminismo supremacista» en Argentina

    Nicolás Morás preside Libertad y Equidad, una plataforma de combate intelectual contra la imposición del feminismo supremacista en Argentina. Morás: "Nos enfrentaremos al feminismo con la batalla cultural. Nos sobran datos sólidos para refutar su discurso"

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    Nicolás Morás, presidente de Libertad y Equidad, plataforma plural contra la ideología de género en Argentina.
    Nicolás Morás, presidente de Libertad y Equidad, plataforma plural contra la ideología de género en Argentina.

    En pleno Dia Internacional de las Mujeres, este 8 de marzo, nació una singular iniciativa que se opone frontalmente y sin medias tintas al feminismo supremacista: Libertad y Equidad.

    El parto fue en Argentina, el epicentro de las movilizaciones de género en el continente, y congrega a un puñado muy ecléctico de hombres y mujeres que han dicho “¡basta!” a la hegemonía de esta minoría que se ha impuesto a través de un ingente financiamento internacional.

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    Los 10 fundadores de Libertad y Equidad publicaron un manifiesto en el que anuncian que han dejado de lado diferencias ideológicas para apoyar a las víctimas del feminismo totalitario y defender cuatro principios: la libertad de expresión, la presunción de inocencia, las garantías procesales y la igualdad ante la ley.

    Entre sus fundadores hay hombres y mujeres de izquierda y derecha, conservadores y liberales, agnósticos, católicos y musulmanes. Un conglomerado plural que aspira a crecer y ocupar espacio.

    Lo integran los argentinos Lucía Prette, historiadora; Francisco Oneto, abogado; Roxana Kreimer, socióloga; Gonzalo Garcés, escritor; Chinda Brandolino, médico y activista provida; José Quarracino, filosofo; Jorge Rulli, activista político; Romina Rocha, comunicadora; y Flavio Gardella, abogado.

    También Juan Manuel Soaje, periodista; Guillermo Ferraro Medina, activista libertario; Martín Benegas Ortega, analista político; Leandro Bracamonte, profesor en lenguas orientales; Ricardo De Luca, abogado y empresario; Francisco Pérez, psicólogo social; Valentina Ortiz, youtuber; y Manuel Cantero, músico.

    Actuall conversó con Nicolás Morás, periodista y presidente de Libertad y Equidad. Esta es la entrevista:

    ¿Qué es Libertad y Equidad?

    Es una plataforma ciudadana con la que hombres y mujeres de bien hemos decidido ponerle fin a una nueva hegemonía que impone un discurso único y obligatorio, garantizado por la censura judicial, por una maquinaria de denuncias falsas que destruyen vidas inocentes, por el adoctrinamiento sistemático, y que es, a su vez, una coartada para todo tipo de prácticas inquisitoriales que de otro modo no podrían implementarse en nuestra sociedad.

    Nada de lo que digo es nuevo para su público español, dado que aquí en Argentina, lamentablemente se importó el modelo de José Luis Rodríguez Zapatero en la administración de Cristina Kirchner, aunque ahora el gobierno de Mauricio Macri multiplicó de manera exponencial sus alcances.

    «Contamos con los mejores argumentos y razones. Nos sobran datos sólidos para refutar su discurso. Ahora iremos, con la fuerza de la unidad, a conquistar los espacios que la censura nos arrebató»

    Quienes integramos Libertad y Equidad venimos trabajando por separado, en nuestros distintos ámbitos profesionales para combatir esta nueva hegemonía, pero a la vez somos conscientes de que tenemos por adversario a un leviatán de proporciones colosales, cuya base social es una minoría enardecida, pero gerenciada ni más ni menos que por buena parte de la élite global.

    Por esa razón consideramos que era un imperativo unirnos, dejar de lado nuestras diferencias ideológicas y movilizar a esa inmensa mayoría silenciosa que está en contra de esto, y que por desidia o miedo no se ha pronunciado.

    ¿A qué ‘nueva hegemonía’ se refiere?

    A la del feminismo supremacista, victimista y autoritario que se autodenomina “Tercera Ola” y a los demás negocios colaterales en su entorno.

    ¿Y cómo la enfrentarán?

    Primero, librando una batalla cultural. Contamos con los mejores argumentos y razones. Nos sobran datos sólidos para refutar su discurso. Ahora iremos, con la fuerza de la unidad, a conquistar los espacios que la censura nos arrebató.

    Desde la academia hasta las calles, pasando por los medios de comunicación. Muchos de nosotros estamos acostumbrados a no pedir permiso, pero extenderemos esa irreverencia hasta convertirla en norma para combatir a los censores. Sólo así se impondrá la verdad, en algún momento.

    Otro frente, si se quiere más importante, será acompañar a las víctimas de la falsa denuncia y de toda forma de opresión neo-feminista.

    Apuntaremos también los intereses ocultos detrás de esta maquinaria vil y sus devastadores efectos, y accionar legalmente contra las injusticias que existen y los peligros que se avecinan.

    «Músicos, escritores y periodistas de todo el país han sido escrachados, censurados por vía judicial e incluso detenidos ya sea por denuncias falsas o por ‘blasfemar’ contra el dogma feminista asumido por el Estado»

    ¿Qué peligros?

    Por ejemplo, está a la puerta la Reforma del Código Penal que propone el gobierno este año al Parlamento, un intento de consagrar de manera definitiva el apartheid de género, con ciudadanas de primera y ciudadanos de segunda.

    Les daremos batalla en todos los frentes, sin descanso, hasta las últimas consecuencias.

    ¿Qué hechos concretos motivaron el nacimiento de la iniciativa?

    Sin exagerar un ápice, puedo enumerarle cien.

    Mencióneme algunos…

    Desde la Ley 26.485 de 2009, calcada de vuestra Ley de Protección Integral del 2004, pasando por la campaña “Sacale Tarjeta Roja al Maltratador” que fue solventada publicamente por la Embajada de Zapatero, que no de España.

    Músicos, escritores y periodistas de todo el país han sido escrachados, censurados por vía judicial e incluso detenidos ya sea por denuncias falsas o por “blasfemar” contra el dogma feminista asumido por el Estado.

    Es el caso de Cristian Aldana y de Gustavo Cordera, así como de las documentalistas Ginger Gentile y Sandra Fernández, que produjeron ‘Borrando a Papá’, entre muchos otros.

    Durante el debate por la estatización del aborto, pues en Argentina está despenalizado de facto, absolutamente todas las cúpulas partidarias desde la derecha desideologizada hasta los trotskistas presionaron a sus legisladores para votar a favor, y ningún medio nacional, absolutamente ninguno, evitó hacer propaganda sistemática para la aprobación de la ley.

    Y aún así perdieron…

    Si, pero prosiguieron con la ingeniería social financiada por un préstamos de 200 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a condición explícita de gastar hasta el último céntimo en políticas de género.

    «Nadie en nuestro grupo cree que existen 112 géneros, no se preocupe. Tampoco ningún firmante está a favor de quitarle ni medio derecho a nadie en base a lo que haga con su propio cuerpo o en su cama»

    ¿Como cuáles?

    Como el adoctrinamiento obligatorio en las escuelas bajo la falaz consigna de “Educación Sexual Integral”, o la Ley Micaela García, ergo capacitación obligatoria so pena de despido para todos los funcionarios del Estado en ideología de género.

    Así como numerosas medidas draconianas de índole represivo e intervención en la vida privada de los ciudadanos: penalización para quienes se expresen en contra de la existencia de más de dos géneros; multas y cárcel para la amplísima figura del “acoso callejero” o la obligatoriedad del utilizar el dialecto “inclusivo” en la mayoría de las Universidades Nacionales.

    En el manifiesto que ustedes publicaron usan la palabra “género» ¿Con cuál sentido?

    Se refiere al tercer punto: “Condenamos la violencia indistintamente del género y cualquier otra característica particular de quién la practique”.

    Esto quiere decir sin más: “Violencia es violencia, no permitiremos que sigan robando con la mentira aberrante de la violencia de género”.

    Nadie en nuestro grupo cree que existen 112 géneros, no se preocupe. Tampoco ningún firmante está a favor de quitarle ni medio derecho a nadie en base a lo que haga con su propio cuerpo o en su cama.

    Al revés de las feministas radicales, que en eso de juzgar a la gente por condiciones innatas se parecen demasiado al Ku Klux Klan.

    También afirman que los fundadores dejaron de lado diferencias ideológicas para trabajar juntos ¿Qué tan plural es el grupo?

    Muy plural. El licenciado Juan Manuel Soaje Pinto, el filósofo Quarracino y la doctora Chinda Brandolino son conservadores y católicos practicantes.

    La doctora en Ciencias Sociales, Roxana Kreimer, es de izquierda. La comunicadora Romina Rocha y el profesor en lenguas orientales, Leandro Bracamonte, que es musulmán, son peronistas.

    «Somos profesionales honrados que hemos dado sobradas muestras de compromiso por la libertad de expresión, la presunción de inocencia, las garantías procesales y la igualdad ante la ley»

    También lo es el histórico pensador Jorge Rulli, once años preso por distintas dictaduras militares, repudiado en su día a partes iguales por las dos facciones violentas del peronismo en los años setenta.

    Los analistas Martín Benegas Ortega, Guillermo Ferraro Medina, la historiadora Lucia Prette, el letrado Flavio Gardella, el compositor Manuel Cantero y yo somos fervientes liberales.

    La youtuber Valentina Ortiz y el popular abogado Francisco Oneto no manifiestan ninguna inclinación política particular.

    Pero todos, absolutamente todos y sin excepción, somos profesionales honrados que hemos dado sobradas muestras de compromiso por la libertad de expresión, la presunción de inocencia, las garantías procesales y la igualdad ante la ley.

    En esos principios fundamentales no tenemos la menor discordancia, y sobre ellos construimos Libertad y Equidad.

    Difícil etiquetarlos simplemente como religiosos o de derechas…

    Así es. Hay algunos referentes católicos en el grupo, pero nuestra organización es cien por ciento laica y precisamente todos apuntamos a abolir esta pseudo-religión de Estado del supremacismo feminista.

    Otros miembros somos abiertamente ateos o agnósticos, como es mi caso.

    Nadie en su sano juicio podría acusarme de ser de derecha, por el contrario se me considera un referente de lo que Karl Hess llamó “libertarismo de izquierda” aunque no acepto ni pregono esa casilla.

    Me identifico con la integridad de pensamiento y acción de los liberales decimonónicos mucho más que con el empobrecimiento, profanación y corrupción de las ideologías que trajo el siglo XX.

    Le diré más, en muchas ocasiones del pasado, en relación a otros temas de discusión, me encontré en la vereda opuesta de mis actuales aliados, creo que seguirá siendo así a futuro y no vemos ninguna contrariedad. Por sobre todas las cosas, incluso sobre la filosofía liberal, está el ser humano y su libertad real, concreta y tangible.

    Elija aleatoriamente a cualquier firmante del Manifiesto y recibirá un respuesta similar. Y nos enorgullece saberlo.

    ¿Caben todos?

    Todos los que sinceramente quieran defender la verdadera equidad y el ejercicio responsable de la libertad. Libertad y Equidad es una iniciativa laica, apartidaria, y como ha visto, realmente plural. Y aspiramos a que sea masiva.

    Parafraseando a Edmund Burke en su crítica al Terror Jacobino: para que el mal triunfe sólo es necesario que los hombres honrados no hagan nada.

    Lamentablemente para los dantones y robespieres de este tiempo, que son más bien una burda imitación de los originales aunque con sponsors más ricos, el tiempo de la inacción ha terminado.

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