«Despacho especializado en hombres maltratados por la ley”. Así se presenta el bufete de Yobana Carril, Celtius Abogados, que se ha convertido en una de las referencias más reconocibles de la lucha de tantos hombres y mujeres frente a la desigualdad y el maltrato que, de forma irónica, producen las leyes basadas en la ideología de género.
Muy en especial contra los hombres, quienes se ven señalados como maltratadores en potencia por el mero hecho de su sexo y son apartados de sus hijos por la mera interposición de una denuncia, aún sin sentencia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraCarril transmite fuerza y convicción, pero el pasado 17 de noviembre, en la I Marcha por los derechos de los niños frente a la ideología de género convocada por decenas de organizaciones, se rompió de emoción al comprobar que este movimiento cada vez está más concienciado y decidido a hacerse oír con fuerza.
La abogada ha sufrido toda clase de insultos, vejaciones y amenazas por ejercer su profesión en un campo tan específico y políticamente incorrecto. “Han llegado a desear que violen y maten a mi hija”, explica a Actuall a lo largo de una extensa conversación celebrada en su despacho profesional, situado en El Escorial.
En la manifestación por los derechos del niño del pasado 17 de noviembre expresó con gran emoción que se siente muy cansada de dar la lucha en defensa de los hombres víctimas de las leyes de género. ¿Tan duro resulta?
Mucho. Desde dos perspectivas. Una porque ves mucho sufrimiento y a veces hasta tú mismo, ya no como persona, ni como mujer, sino como abogada sientes una impotencia muy muy difícil de digerir. Y otra por el machaque continuo.
Muy habilidosamente la parte de este feminismo más endogámico, este feminismo tan radical lo que pretende es hacer creer que si tú defiendes que es tan reprochable la violencia dirigida hacia una mujer, como hacia un hombre, como hacia un niño, ellas lo transforman diciendo que tú está a favor del maltrato a las mujeres. Hasta ese punto.
Hay momentos en los que yo he llegado a recibir amenazas, pero hacia mí y hacia mis hijos. Llega un momento en que cuando ves la pasividad de las personas que directamente lo sufren, que acaban tan desmoralizados económica y emocionalmente, que por eso yo me emocioné el día 17. Porque por fin vi que se empezaba a perder el miedo de verdad.
«Al feminismo radical hay que reconocerle una habilidad, que es la de la ingeniería social»
Allí había gente que no le importaba dar la cara y que no le importaba decir: “Sí, soy denunciado y esta denuncia no es real”. La gente perdió el miedo y eso para mí fue un alivio, incluso por ejemplo para Jesús Muñoz (malostratosfalsos.com). Habíamos hablado antes de la manifestación y habíamos dicho si esto no cambia, nosotros no podemos seguir siendo la cara que recibe las bofetadas si no sirve para nada.
Pero al mismo tiempo expresó que la gran afluencia de ciudadanos y el esfuerzo de unidad de acción de muchas asociaciones le habían reconfortado. ¿Hay esperanza?
Todo esto llegó tan lejos porque se aprovechó una circunstancia. Al feminismo radical hay que reconocerle una habilidad, que es la de la ingeniería social. Se aprovechaba de que al otro lado estaban un poco como las mujeres a principios del siglo XX. Los hombres se avergüenzan de decir que son maltratados, se avergonzaban de decir que eran hombres denunciados aunque fuese falsamente.
Entonces, el ver que esa gente ha perdido el miedo significa que están dispuestos a levantar la voz y las cosas se cambian no porque Jesús Muñoz, Leire, asociaciones y yo que no sumamos más de 100 demos la cara y digamos la verdad y recibamos las bofetadas. Las cosas se cambian cuando la gente sale a la calle y se les dice a los políticos: “Soy un problema para ti. Ya no me voy a callar”.
«La sociedad ha comprado el eslógan de que un hombre no puede ser maltratado»
El 17 de noviembre muchos vimos que se había plantado la semilla de ese inconformismo, de ese “no nos vamos a dejar pisotear, ni por ser hombres ni por ser padres”. De hecho allí había curiosamente casi tantas mujeres como hombres. Porque mucha gente se olvida de que esta ley [Ley Integral de Medidas contra la violencia de Género] afecta tanto a hombres como mujeres y niños. Fue emocionante porque había hombres, mujeres y niños.
Habla de superar el miedo. ¿Miedo a qué?
Miedo al rechazo social al los juicios paralelos. A los hombres maltratados se les trata de manera vergonzante. Porque es como si la sociedad española entendiese que un hombre no puede ser maltratado. Porque si a un hombre una mujer le agrede física o psicológicamente, por ser hombre tiene una capacidad reactiva tendente a la agresión. Con lo cual, no se puede entender que un hombre no sea agresivo. Es absurdo. Pero la sociedad ha comprado este eslogan.
Y luego miedo a los juicios paralelos. “Si está denunciado por algo será”; “cuando el río suena agua lleva”… todo esto hace mucho daño. Muchos hombres pierden las relaciones de su alrededor, pierden amigos, les vengan en el trabajo incluso antes de ser condenados. Antes de ser condenados por un juez son condenados por la sociedad. Y eso da miedo.
Hace poco, dijo en Twitter: “¡Qué ganas tengo de que la historia nos mire a la cara y nos recrimine semejante sinrazón!!!” ¿Caerá por su propio peso la ideología de género?
Yo digo siempre que esto me recuerda a la Francia de Josefina: “Si no hay pan, que coman pasteles”. Esta sinrazón debe caer. Supongo que llegará un punto tan álgido de sin razón que nos daremos cuenta. Entre otras cosas, por las consecuencias que vamos a sufrir. Esto ha llegado a un punto en el que es rara la persona que no tenga o un compañero de trabajo, o un hermano, o un sobrino que esté afectado directa o indirectamente por esta ley. Con lo cual, entiendo que llegará un momento en que nos demos cuenta de todas las consecuencias negativas de la utilización perversa de la ley. Y en ese momento sentiremos muchísima vergüenza.
«Ante miles de denuncias falsas, las primeras afectadas son las mujeres que son realmente maltratadas. Porque por muchos recursos que se destinen, esto es como un saco sin fondo. Nunca habrá recursos para tanta denuncia»
¿Cuáles son esas consecuencias de las que habla para los padres, para los hijos, para los futuros hombres y mujeres e incluso para las mujeres que denuncian en falso, animadas por los bufetes de abogadas feministas?
Aquí hay muchos factores. Ante miles de denuncias falsas, las primeras afectadas son las mujeres que son realmente maltratadas. Porque por muchos recursos que se destinen, esto es como un saco sin fondo. Nunca habrá recursos para tanta denuncia. Y al final estas mujeres se ven con unos recursos limitadísimos aún a pesar de moverse miles de millones de euros.
Lo otros son los propios niños. Lo que no es posible es que a un niño se le prive de ver a su padre, se le prive de tener una custodia compartida porque un hombre sea condenado por violencia de género, como pasó en Valencia, porque se tiró una ventosidad y le cayeron seis meses de prisión. A lo mejor los seis meses de prisión nos pueden parecer anecdóticos, que no lo son. Pero esta condena impide que este señor tenga la custodia compartida de su hijo.
Una condena por un “vete a la mierda”. Vamos a ver, si condenasen a todos los españoles que hemos dicho alguna vez a alguien “vete a la mierda”, creo que quedaríamos 46 millones en prisión y un millón fuera, con suerte. Esto es así. Y a todos estos niños se les convierte a sus padres en visitadores. Y son niños que acaban sufriendo y que acaban pagando las consecuencias con el tiempo.
«Mi hija lo tiene todo de su mano, para hacer lo que le salga de la peineta directamente y cómo mi hijo el día que se case y tenga hijos si a una mujer le apetece someterle, le someterá»
Niños que son arrastrados a informe tras informe psicosocial, que son convencidos de odiar a su padre por tener una condena de violencia de género sin distinguir ni si quiera por qué es esa condena.
Otros son los propios padres. Al final he llegado a la conclusión de que en este país discutir es violencia de género. Discutir es violencia de género. Si tú alzas la voz y eres mujer, estás discutiendo; si eres hombre y alzas la voz, estás maltratando. Ha llegado un momento, de hecho me lo dicen los hombres: “Tengo miedo a no discutir, tengo miedo a no estar de acuerdo y de hecho en determinados momentos acepto todo lo que me pongan por delante porque si no sé cómo puedo terminar”.
Y como sociedad también perdemos. Hemos intentado corregir una desigualdad creando otra desigualdad. Perdemos todos.
Parece claro que existe una censura, impuesta, y a veces autoimpuesta, para todo aquél que critique la Ley Integral de Medidas contra la Violencia de Género. ¿Cómo ha sido sido usted víctima de esta censura?
A niveles de todo tipo. Han llegado a llamarme fascista. Pero bueno, creo que fascista nos llaman a todos siempre y cuando seamos discordantes con según qué cosas. Machista. Han llegado a decir que seguro que soy una mujer maltratada y sometida por mi marido. Han llegado a desear que violen y maten a mi hija. Hasta ese punto.
«Hay veces que la profesionalidad de los equipos psocosociales es cuestionable, pero hasta para un ciego»
¿Cómo reacciona uno ante eso?
Primero me da mucha pena. Yo tengo una hija y un hijo y me da mucha pena el país que mi generación va a dejar a la generación de mis hijos. Me da mucha pena ver cómo el futuro de mi hija y de mi hijo son distintos. Cómo mi hija lo tiene todo de su mano, para hacer lo que le salga de la peineta directamente y cómo mi hijo el día que se case y tenga hijos si a una mujer le apetece someterle, le someterá.
Usted ha dicho: “Me tocan un montón las narices los jueces que dicen:
– «Yo voy a acordar lo que diga el informe psicosocial» y te dan ganas de decirle: -Pues que el técnico cobre su sueldo y dicte sentencia!!” Son muchos los que se quejan del funcionamiento de los equipos psicosociales en los juzgados de violencia de género y familia. ¿Cúal es su experiencia al respecto?
Como en todo, hay buenos profesionales y malos profesionales. Pero sí que me he encontrado en contadísimas ocasiones con equipos psicosociales buenos. Y con esto no estoy diciendo con equipos psicosociales que me den la razón. Me he encontrado con equipos psicosociales que no me daban la razón, que no secundaban mi petición, pero que lo hacían de una manera profesional, argumentada y motivada con razones que incluso mi cliente y yo podíamos llegar a entender y que sabíamos que teníamos que trabajar para mejorar deficiencias y podíamos llegar a entenderlo.
Hay veces que la profesionalidad de estos equipos es cuestionable, pero hasta para un ciego. Hay aberraciones como decir: el padre está cualificado, la madre está cualificada. Pero como llega dos o tres meses a cargo de la madre que siga así que es bueno para la niña o el niño. Que no se provoque ningún cambio. Y dices tu ¿pero qué pasa? ¿Que los niños tienen que vivir en una petrificación constante? Los niños sufren cambios a lo largo de su vida.
En cambio luego cuando ves a una mujer que solicita la modificación de medidas porque se va a vivir a la otra punta de España, los equipos psicosociales dicen: “el cambio de domicilio, como el niño tiene menos de ocho años… Este arraigo es superable, los niños se adaptan a todas las circunstancias…” Pero eso dicho en una diferencia de meses por un equipo psicosocial.
Yo he tenido un informe en Cataluña, el más aberrante de todos, hace tres o cuatro años, que de hecho sí se consiguió quitar al niño a la madre… Era un caso muy crudo, con una madre con una enfermedad mental diagnosticada. Y los equipos psicosociales decían que si bien la madre tenía una enfermedad mental que no se trataba y que había llegado a dar su propia medicación al menor, también era cierto (como equiparándolos) que el padre a los 18 años había cometido un delito de seguridad vial por haber conducido bajo los efectos del alcohol. Y lo hacía de una manera que comparaba una actuación con la otra como similar. No conseguimos arrebatar al niño del entorno materno tan dañino hasta que la madre no amenazó con inmolarse junto a su hijo frente al colegio. Tardamos tres años.
¿Se hacen bien los informes psicosociales?
Lo que no es normal es que un equipo psicosocial en España tarde un año en ver a una familia y que después vea 50 minutos a la madre, 50 minutos al padre y 50 minutos a un hijos. En 150 minutos, no puedes, es imposible -y he hablado con decenas de psicólogos y de peritos- determinar lo que es mejor para el futuro de unos niños. Es imposible. Pero España lo acepta. Y es más, son tan vinculantes, que la mayor parte de los jueces acuerda lo que aconseja el informe psicosocial, sea lo que sea y diga lo que diga ese informe, sin valorar otras pruebas.
Por eso yo dije, este creo que fue a demás un Twitter de hace unas seis semanas, porque recuerdo por qué lo dije, y es cierto. Si vas a acordar lo que dice el psicosocial y siempre lo haces, ahorra al Ministerio de Justicia un sueldo y que el equipo psicosocial explore, acuerde y dicte sentencia. No hay más.
Recientemente murieron dos mujeres el mismo día. Una, al parecer, a manos de su exmarido. La otra, presuntamente, acuchillada por la actual novia de su exnovio. El presidente del Gobierno sólo emitió un mensaje de condena, sobre el primer caso. ¿Por qué este doble rasero?
Este doble rasero lleva viviéndose en los medios de comunicación años. Y en los dos últimos años además de una manera ya saci indecente. ¿Por qué? Porque [la idea de] la violencia machista vende muy bien, es mayoritariamente aceptada por la sociedad, sin cuestión y se ha planteado desde el punto de vista de que los hombre matáis y sois agresores, asesinos y violadores. Y se ha creado la falsa idea de que las mujeres sólo matamos para defendernos, o sólo matamos si tenemos una depresión.
«El suicidio de hombres desesperados por las denuncias falsas es una realidad que no queremos ver»
Acuérdese de que hace unos años una señora se tiró por un balcón en Cataluña y se llevó con ella a su hijo y no fue “un asesinato”, sino un “suicidio subrogado o ampliado”. Un año después un señor hizo lo propio, se tiró por el balcón. El titular fue “Padre amenaza a sus hijos y posteriormente se suicida”. La situación era la misma. Los dos se habían tirado junto a sus hijos por el balcón de su domicilio. A la mujer, que fue el primer caso creo que suicidio ampliado o subrogado, el Ayuntamiento de Girona llegó a dedicarle un minuto de silencio. No al niño, a la madre. El otro padre fue denostado, criticado… La situación era la misma pero cambiaban los autores.
Hablando de suicidios… En su experiencia, ¿ha conocido casos de primera mano en que hombres desesperados por las denuncias falsas hayan tomado ese camino?
Hasta en tres ocasiones en los últimos tres años he tenido que verme en la tesitura de llamar a la Guardia Civil o los Mossos de Esquadra a que acudiesen a la casa de un padre, de tres padres en este caso que se…
A Yobana Carril se le entrecortan por un momento las palabras y le asoma un destello húmedo en los ojos, pero continúa.
Dos de ellos en intento y otro… Es una realidad que no queremos ver.
¿Por qué se oculta esto?
Se dice que hay casi 3.000 suicidios al año. Si empiezas a decir y a dar datos, la gente podría empezar a cuestionarse, porque estos datos chocan frontalmente con los datos de violencia de género o con el mensaje sobre la violencia de género que nos quieren dar en la tele. Lo más fácil es borrar todos los datos o hacerlos poco accesibles. Porque en la sociedad en general tenemos la mala costumbre de que es más fácil que nos traguemos aquello que nos viene ya masticado. Entonces como pocos se ponen a buscar y a mirar y a querer entender es más fácil tragarse esto.
Hace unos días hablaba con una persona que tiene un cargo político y decía: “Es curioso. La gente que se suicida en el metro, se procura que no salga en los medios de comunicación, porque está demostrado que eso produce un efecto llamada. En los suicidios de otra índole, también, porque produce un efecto llamada. Curiosamente con la violencia de género no se teme que se produzca un efecto llamada y casi parece que es lo que se desea porque te lo repiten de la mañana a la noche”.
Curiosamente en otro tipo de delitos, está demostrado, que no debe hacerse un hincapié machacón porque produce un efecto llamada, como cuando hay muertes de niños. Y en violencia de género esto no se tiene en cuenta.
Hablando de datos. Dicen las fuentes oficiales que no existen las denuncias falsas de violencia de género. Dejando a un lado el sesgo de estas cifras, es claro que no hay apenas condenas por denuncia falsa. Pero sí hay un consenso entre los que padecen los rigores de la Ley de VIOGEN sobre el uso instrumental de muchas de estas denuncias. ¿Podría explicar qué beneficios otorga la interposición de estas denuncias a la mujer y, por tanto, en qué perjudica a los varones?
Desde le punto de vista emocional, automáticamente el padre de tus hijos pierde el derecho a solicitar la custodia compartida, con lo cual te garantizas que vas a ser el guarda y custodio de tus hijos y con esto viene el uso del domicilio familiar aunque sea propiedad íntegra del padre de tus hijos, una pensión alimenticia y tomar casi todas las decisiones importantes de tus hijos.
Por otro lado, las ayudas económicas, ayudas al alquiler, puntuación en determinados puestos que están reservados para víctimas de violencia de género… Pero víctima de violencia de género no es aquella que tiene una condena contra el padre de sus hijos o contra su expareja. Es aquella que ha denunciado. Esta utilización del lenguaje es muy perversa. Porque si yo soy víctima automáticamente tiene que haber un agresor. Con lo cual, aunque tú no hayas sido condenado, el hecho de que a mí me consideren víctima, automáticamente te pone a ti en la posición de agresor. Y esto es una perversión.
Parece que hay que hacer muy poco para obtener muchísimo…
Los beneficios son muchísimos. Por eso se han desmantelado organizaciones que se dedicaban de manera profesional a interponer denuncias, de hecho en Andalucía hubo una, para conseguir papeles y la estancia legal de gente extranjera. En Canarias, hace como dos años una señora que vivía de ocupa con su hijo salió en la tele diciendo que había acudido a Asuntos Sociales a solicitar ayudas y la asistente social lee dijo que como tenía todas las ayudas agotadas, todas las vías agotadas una buena vía sería que denunciara a su pareja por violencia de género. Ella alucinaba, no daba crédito.
Ahora hay que plantearse: si tu eres una mujer, si tienes un hijo o dos, aunque adores a tu pareja y te encuentras en que no puedes dar de comer a tus hijos y de repente te proponen esto, con lo cual te proporcionan techo, comedor gratuito para tus hijos, libros gratis para tus hijos y 426 euros al mes, pues… a lo mejor, de alguna manera también lo puedes entender. Y de hecho no es el primer caso que se detecta en que hombre y mujer pactan una denuncia que tenga una pena leve para poder cobrar ayudas y luego viven juntos.
¿Qué ganan los servicios de los Ayuntamientos, los bufetes de abogados, las organizaciones feministas en fomentar este tipo de denuncias?
La mayor parte de las subvenciones van por número de casos y expedientes abiertos.
¿Con independencia de si hay o no condenas?
Claro.
Ha habido una reciente sentencia del Tribunal Supremo cuyas consecuencias son llamativas…
En caso de una separación, la mujer en la mayor parte de los casos tiene la guardia y custodia y el uso de la vivienda. Si esta mujer, establece una nueva relación y establece un nuevo núcleo familiar, se entiende que la casa ha perdido el motivo por el que se le concedió el uso, por razón de la primera familia, entonces el uso se extingue. Sobre todo cuando están casados en régimen de bienes gananciales. Entonces hay que liquidar los bienes y automáticamente se pierde el uso.
A esta sentencia lo único que puedo reprocharle es que llega tarde. Porque se han llevado por delante la economía de miles de padres. Llega tarde, pero bienvenida. Vamos avanzando.
Sobre la primera sentencia contra ‘La Manada de Sanfermín’: «No digo que esté claro que sí o que no, pero nuestro Código Penal dice que en caso de duda hay que absolver. Creo que aquí una duda razonable existe»
¿Cuál es su opinión como mujer y jurista de la polémica sobre la primera sentencia de la llamada Manada?
¿De qué manada? ¿De la española o de la otra?
De la de San Fermín, la “oficial”.
Como abogada tengo que respetar toda resolución judicial y lo que no voy a hacer es como han hecho ciertos sectores de lasociedad denostar esa sentencia porque me interese o no me interese. Dicho esto, lo que sí tengo es mi derecho a poder opinar sobre ella y criticarla dentro del respeto.
Sobre el fondo, no puedo opinar con rigor porque y no conozco toda la instrucción, pero a través de una sentencia tan extensa como pocas en este país, te puedes hacer un poco a la idea. Yo estoy más de acuerdo con el voto particular. Dirán: “claro, porque tú eres una machista, defiendes a los hombres…” No. Si no porque la base de nuestro Código Penal es la preservación de la presunción de inocencia y el principio in dubio pro reo. Es decir, en caso de duda, hay que beneficiar al denunciado o acusado. Y creo que aquí había dudas más que razonables, ya no desde el punto de vista judicial, sino desde el punto de vista de la más pura lógica elemental. Ya no digo que esté claro que sí o que no, pero nuestro Código Penal dice que en caso de duda hay que absolver. Creo que aquí una duda razonable existe.
Ahora, lo que no es razonable en un país, sea por condena o sea por absolución es que un Gobierno se pronuncie contra una resolución judicial, que la sociedad llegue a amenazar a un juez y le diga lo que ese juez tiene que dictar. Puede resultarnos muy gracioso, de ¡oh, la justicia social!, pero esto lo que es es muy peligroso. De hecho hay jueces que off the record reconocen que aunque haya duda ahora tienen miedo a aplicar ese principio en toda la extensión como debería aplicarse por la reacción social. Y eso es muy peligroso.
Date cuenta que nosotros rozamos lo de hacer derecho de autor, pero lo rozamos, no estamos encima de la línea. Estamos rozando unos límites que como estado de derecho y nosotros, jueces y abogados y fiscales vemos quees una línea muy peligrosa.
Entiendo en esa línea que todo el proceso que ha vivido el juez Francisco Serrano ha sido muy ejemplarizante…
Sí.
El último decreto ley del Gobierno que habilita a las administraciones a otorgar la condición de víctima ¿Es inconstitucional? Por que al menos parece fuera del sentido común.
Yo no voy a decir que es inconstitucional porque el Tribunal Constitucional no se ha pronunciado y me gusta navegar en terreno legítimo. Sí te diría que es inmoral. Cuidado, esta especie de certificados ya existían. Ya había agentes sociales que decían: “Yo, Fulanito de Tal, psicólogo o asistente del Ayuntamiento tal, digo: que certifico que doña Fulanita de Tal es víctima de violencia de género”.
Tuve un juicio con uno de estos señores que hizo uno de estos certificados, una casi ‘trifulca’ -que tengo que agradecerle a juez que me lo hubiera permitido para cuestionarme- que llegó a decirme que él lo certificaba porque sí. Yo le pregunté ¿pero usted ha contrastado la información que le han dado, con los vecinos, con el colegio, con el trabajo de esta señora…? ¿Ha hablado con este señor [su cliente], ha hablado con la familia de ella, de él? ¿Con el vecino de arriba, el de abajo? No. A los cinco minutos, en los que daba vueltas, acabó reconociéndome que certificaba que esta señora era víctima de violencia de género porque ella se lo había dicho.
«Hay hombres que pueden tener la condición de agresor sin saberlo siquiera»
Pues esto ahora es un poco igual sólo que le han dado carácter más formalista. Esto es lo que decíamos antes. Tiene un peligro adicional que la gente no ha pensado. Si un ayuntamiento, me otorga la condición de víctima, ha condenado sin un juicio justo y sin la posibilidad de defenderse a la persona que es mi pareja o que lo ha sido y al parecer aquí no pasa nada. Lo que estamos haciendo es saltarnos el sistema judicial y el estado de derecho.
Hay hombres que pueden tener la condición de agresor sin saberlo siquiera. Porque en el momento en que denuncio a un señor y me otorgan la condición de víctima… Hombre, la RAE lo dice bien claro: si hay una víctima hay un agresor o una circunstancia negativa sobre esta persona. Con lo cual a este señor lo convierte en agresor. Este señor no ha tenido la oportunidad ni de desmentir la información, ni de aportar su versión ni de defenderse. Nada.
«La Ley de violencia de género nos hace parecer débiles a las mujeres»
De hecho, este señor puede llegar al día del juicio de divorcio, como me ha pasado en octubre de este año, y encontrarse con los certificados. ¿Y ahora qué? Estamos en un país donde una jueza ha reconocido la condición de víctima de violencia de género a una señora que era viuda de un señor que había muerto hacía casi 10 años. O sea, que ha condenado a una persona post mortem y todo ello, para que a la señora, que como estaba divorciada de la muerte de este señor, para que pudiera percibir la pensión de viudedad. O sea que a este señor, después de muerto, van y le sentencian como un agresor sin haberse podido defender. ¡Y España lo consiente! Estamos en este nivel.
Me gustaría que nos hiciera un comentario sobre dos casos que llaman la atención. Los de María Salmerón y Juana Rivas. La primera, indultada varias veces, y la segunda, pues esperando a que la indulten en algún momento, por lo que han avanzado…
Hay que aclarar que no indulta un juez. Indulta un gobierno. Los gobiernos permanecen o no por razón de los votos. Cuando se eleva el paro, a un Gobierno -me da igual de derechas, de izquierdas, de centro, de arriba o de abajo- ¿cuál es la mejor manera de que no se hablen de ello? Pues, por ser graciosos, o una final de liga, o un especial sobre violencia de género, o un discurso de un político sobre “os matan, os protegeremos”. ¿Cómo no vas a ayudar a quien sin esfuerzo alguno, sin tener que mojarse políticamente, te otorga un montón de votos? ¿Cómo no vas a hacerlo?
Ahora, en mi opinión, esos indultos son una vergüenza. Porque las indultan no por las circunstancias del delito cometido. Las indultan por ser mujeres. Es la primera vez, yo jamás había visto a un gobierno proporcionar a una ciudadana [Juana Rivas] en un caso particular asistencia jurídica. No asistencia jurídica de oficio a la que tenemos derecho todos los españoles que tengan unas determinadas condiciones económicas. No, no , no. De forma directa y por el hecho de ser mujer.
Curiosamente, según van apareciendo informaciones de los equipos psicosociales en el caso de Juana Rivas en Italia, donde después de cinco meses de exhaustivo estudio, no después de 50 minutos, determina que es una mujer con falta de empatía, manipuladora… se han empezado a desvincular. ¿Ha vuelto a oír -a Mariano rajoy ya no- pero a Susana Díaz, a Pedro Sánchez…? ¿Ha vuelto a ver cómo la defienden públicamente? Ya no. Ya no es interesante. Ya no genera empatía.
¿No es una contradicción de todo este movimiento que se indulte por el hecho de ser mujer, cuando eso indirectamente supone que la mujer necesita que necesita ayuda por todas partes porque por sí misma… ?
Llevo años diciéndolo. Esta ley nos hace parecer débiles. Siempre digo, como para quitar un poco de hierro, como si fuéramos florecillas silvestres. A ver, el mundo ay no se mueve por razón de fuerza. Y aunque lo fuese, hay mujeres que tienen mucha más fuerza que hombres y, aún así, la mayor parte de los delitos de violencia de género no son por razón de fuerza. Pero es que la sociedad ya no se mueve por esa razón. Y las mujeres somos capaces de ser tan maravillosas y tan cabronas como puede serlo un tío. Es más, yo lo digo siempre, lo que al parecer le cuesta entender a la sociedad, es que un hombre puede ser maravilloso y un pedazo de energúmeno, una mujer también e incluso un niño. Los niños agreden, matan, insultan, maltratan psicológicamente, porque esto es inherente al ser humano, no a hombres, ni a mujers, ni a niños, ni a perros ni a gatos. Es que es inherente al ser humano. Lo que pasa es que ahora es más rentable coger un objetivo.
Además, hay algo que mucha gente no sabe. La Ley Integral de Violencia de Género no protege a todas las mujeres. Sólo protege a las mujeres heterosexuales. Las mujeres homosexuales, las lesbianas o de género fluido o abstracto… (no estoy muy puesta) no están protegidas. A ellas se les aplica la ley de violencia doméstica que es la misma que se les aplica a los niños. Pero no se les aplica la ley de género. Con lo cual es muy difícil creer que tú haces esta ley para proteger a las mujeres. No. Haces esta ley para tener a un sector de la población con miedo. Y quieres hacerle dependiente para que te vote y sea dependiente de ti y que tú tengas el poder de protegerlas ‘a cambio de’, a costa de martillear a la mitad de la sociedad. Las mujeres somos igual de capaces de todo lo mejor y de todo lo peor que cualquier hombre.
Termina la entrevista y mientras nos despedimos le pregunto por qué se ha comprometido a defender sólo a hombres que son denunciados por violencia de género. La respuesta, suena tan inmediata como contundente: “Porque tengo un hijo”.